Roma (Italia). El 25 de abril de 2021 en Roma, en la Casa Madre Angela Vespa, sede de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación “Auxilium” se celebró la Fiesta de la Gratitud Mundial 2021 “En red, por una cultura de la vida”.

La Superiora General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, M. Yvonne Reungoat, en respuesta a los mensajes de gratitud recibidos de las Inspectorías del Instituto FMA y de la Familia Salesiana, ha escrito un Mensaje cuyo texto íntegro reproducimos.

“Está bien presente en mi corazón la experiencia inolvidable de la Fiesta de la Gratitud Mundial vivida el 25 de abril en la sede de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación “Auxilium”.

Ha sido una rica experiencia de comunión como “familia mundial” reunida en torno al carisma educativo, precioso don del Espíritu Santo a la Iglesia y que continúa siendo fuente de vida nueva para todos, especialmente para las  jóvenes y los jóvenes a los cuales el Señor nos envía hoy.

Hemos celebrado una fiesta con un corazón que late al ritmo del amor, que vive la misma vida compartida en muchos idiomas, muchas culturas diferentes, muchas costumbres, pero con un solo corazón lleno del espíritu de familia que caracteriza nuestra espiritualidad.

Deseo expresar un gracias especial por los numerosísimos y creativos mensajes que me han llegado de los cinco Continentes con ocasión de este evento anual.

Con un sencillo y afectuoso mensaje intento llegar a todas las Hijas de María Auxiliadora, las comunidades educativas, todos los jóvenes, las laicos y los laicos, las familias; los miembros de la Familia Salesiana, especialmente los Hermanos Salesianos, las personas que de maneras distintas se han hecho presentes con afecto, espontaneidad y sentido de pertenencia.

Un gracias especial a la Superiora de la Visitaduría Sor María del Carmen Canales, a la Decana de la Facultad “Auxilium” Sor Piera Ruffinatto, a las Hermanas de la Visitaduría, a cuantos han colaborado en el buen éxito de la fiesta. La habilidad en la gestión de los medios de comunicación nos ha sumergido en la riqueza típica de nuestras realidades presentes en todo el mundo: una conexión que ha sido apreciada por la calidad y la profesionalidad con que se ha realizado.

El Espíritu Santo encontró apertura de corazón y de pensamiento en la elección del tema de la fiesta que se nos propuso: En red, por una cultura de la vida. Ésta se logra esencialmente a través de la educación y educar quiere decir hacer nacer vida, hacerla crecer; quiere decir formar personalidades capaces, a su vez, de generar nueva vida también en este tiempo de pandemia que ha provocado una fuerte emergencia educativa: un desafío grande que afrontar en “red”, juntos.

Mi deseo es que la participación activa en la fiesta continúe cada día, construyendo aquella “red” indispensable para que el carisma pueda expresarse, expandirse y así continuar dando esperanza, promoviendo  la cultura de la vida hoy más importante que nunca, sobre todo para las nuevas generaciones.

Dar gracias a Dios por el don de la vida, ser apasionados por la vida, significa continuar diciéndonos concretamente y con alegría el gracias, comprometiéndonos a tener encendido el fuego del da mihi animas cetera tolle.

Ciertamente, lo que os he comunicado no expresa todo lo que llevo en el corazón, pero estoy segura de que cada expresión mía es acogida en toda su intensidad en vuestros corazones que saben mantener viva la “memoria” de todo lo bello que se ha vivido y hacer de ello motivo de esperanza para el hoy y para el futuro de nuestra misión en la Iglesia y en la sociedad.

Gracias, también en nombre de las Hermanas del Consejo general, las Inspectoras y todas las comunidades, por las generosas ofertas que  se han recibido y que vamos a utilizar de acuerdo con las indicaciones especificadas en la carta que se nos ha enviado.

Estamos ya en el umbral del mes dedicado a María. Mi deseo es que con su ayuda nos sintamos de verdad una gran familia: la grande y bella Familia salesiana, con vocaciones diferentes, pero todas en red, por la cultura de la vida.

En mi oración, sobre todo el 24 de mayo, pondré mi gracias en las manos de María Auxiliadora para que sea ella quien os lo haga llegar luminoso y cálido de afecto, como ha sido cada uno de vuestros gestos de gratitud y de solidaridad.

Deseo a todas y a todos también una buena fiesta de santo Domingo Savio y de Maria Domenica Mazzarello.

¡Dios os bendiga!»

Roma, 30 abril 2021

Suor Yvonne Reungoat
Superiora Generale dell’Istituto FMA

 

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