Ciudad del Vaticano. El 7 de abril se celebra la Jornada mundial de la Salud. Es una ocasión para promover a nivel global la sensibilización a argumentos relevantes sobre la salud asegurando el derecho a la salud para todas las personas.

La epidemia global de COVID-19 ha probado la resistencia física de la persona y ha revelado la fragilidad del organismo humano. También ha influido en el equilibrio psicológico de las personas. La preocupación por una enfermedad misteriosa y desconocida y un futuro esquivo ha traído miedo, soledad, abandono. La experiencia del luto por los propios seres queridos o por los amigos, sin posibilidad de efectuar ritos fúnebres, ha sido muy dolorosa. La investigación de una vacuna eficaz contra la COVID-19 ha dado esperanza al mundo.

También la Iglesia está llamada a caminar con los otros en un “viaje de curación”, llevando “luz en medio de las tinieblas, la alegría en medio de tanto dolor, […] la curación y la salvación en medio de la enfermedad y de la muerte, […] la ternura en medio del odio […] para “hacer viral” el amor y “globalizar” la esperanza a la luz de la fe” (Papa Francisco, Audiencia general, 30 septiembre 2020).

Hacer las vacunas anti Covid-19 disponibles y accesibles a todos es el primer paso en el camino hacia un mundo más justo, inclusivo y equo. “La vida es inviolable y nadie debe ser dejado de lado. Las vacunas son un instrumento para respetar y salvaguardar el don de la vida” (Papa Francisco).

Por esto, la Comisión Vaticana COVID-19 ha preparado un kit di risorse utili per tutti i rappresentanti della Chiesacon el fin de ayudar a las Iglesias locales a afrontar este duro período de pandemia y a contrastar la desinformación.

En el kit se encuentran informaciones sobre la vacuna COVID-19 para públicos diversos, citas relevantes del Papa Francisco, links a informaciones útiles, breves mensajes para sitios web, boletines parroquiales u otros medios y una Guía informativa sobre el Coronavirus.

Asegurar a todos el acceso a las vacunas debe ser considerado un acto de amor al prójimo. Vacunarse es una responsabilidad solidaria, porque protegiéndose a sí mismo se protege a los demás.

“Abrazar al Señor para abrazar la esperanza:
he aquí la fuerza de la fe que libera del miedo y da esperanza”.
(Francisco, Momento extraordinario de plegaria, 27 marzo 2020)

 

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