Subiaco (Italia). La tarde del 20 de febrero de 2020, de la Casa de Oración S. Biagio en Subiaco (RM), el Señor de la Vida ha introducido en la Pascua eterna a nuestra querida Sor Maria Pia Giudici, FMA de la Inspectoría S. Giovanni Bosco (IRO).

Nacida en Viggiù (Varese) el 30 de septiembre de 1922. Después de haber vivido su infancia en Viggiù, se trasladó con el padre y la madre a Milán, donde estudió primero en las Hermanas Ursulinas de S. Carlo y después en las Salesianas de Don Bosco, en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Aunque viviese en Milán y frecuentase voluntariamente los cursos universitarios, María Pia estuvo siempre aficionada al ambiente viggiutese prealpino que recorría en verano, en bicicleta, con amigos y amigas del mismo mundo abierto a la alegría y fiel a los valores. Durante una carrera loca en bicicleta intuyó que su corazón estaba creado para el Amor Infinito.

“Mi vocación nació así: corría locamente en bicicleta, me gustaba mucho. Tenía diecinueve años, y me acuerdo que en una bellísima recta experimenté la emoción del infinito y la alegría de sentirme envuelta de mucho aire…”.  Video     

Se laureó en Letras, enseñó en Milán y en Lecco. Amó mucho a las jóvenes y fue muy amada. Después profundizó los estudios de Comunicación Social, organizando Cineforum  con grupos de estudiantes y jóvenes licenciados. Después se adhirió a otra llamada de Dios: la de ofrecer a los jóvenes y a las parejas la posibilidad de responder a las grandes preguntas existenciales: De dónde vengo, Qué hago en el mundo, A dónde voy…, cosa posible a quien diariamente sabe contactar con la Palabra de Dios.

A estas preguntas respondió, como escritora, publicando muchos textos, también traducidos a muchas lenguas.

Sor Maria Pia Giudici ha sido una Maestra del Espíritu y ha escogido siempre el Amor más grande: el que Dios ofrece a cada hombre, dándole la libertad de decidirse por una vida toda entregada a Él.

ES TIEMPO DE AMAR

Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir. Hay un tiempo de espléndido sol y un tiempo de nubes y tormenta. Siempre es tiempo de amar.

Hay  un tiempo para crecer y un tiempo para disminuir; un tiempo para sembrar y un tiempo para recoger. Hay un tiempo de fáciles caminos y un tiempo de senderos tortuosos; hay un tiempo en que florece la rosa y un tiempo en que pican las espinas. Siempre es tiempo de amar.

Hay un tiempo de alegría y sonrisa hay un tiempo de pena y dureza. Hay un tiempo de encuentros  benévolos y un tiempo de enfrentamientos temerosos. Siempre es tiempo de amar.

Hay un tiempo del manzano perezoso que ni siquiera una fruta te da;  y un tiempo de flor de almendro profecía de alegría en tu corazón. Siempre es tiempo de amar.

Hay un tiempo y un tiempo y no sabes hasta cuándo, pero el sol en ti no falla si aprendes con Cristo, en Cristo a amar.  Siempre es tiempo de amar.

Saber que Dios siempre te ha amado primero es tu renacimiento continuo  Sí, vivir es hermoso: una canción fluye en tu corazón. Siempre y para siempre Dios te ama:  hoy,  después mañana.  Él  te pide una cosa: Un único compromiso de vida:   ama también tú primero: la esposa, el esposo, los hijos, tus padres, tus hermanos y hermanas, el pobre y el rico. El hombre de bien y el pecador. Siempre es tiempo de amar.

Ahora tienes un corazón que canta: por siempre y para siempre Dios te ama infinitamente. Noche, día en el rígido invierno o en  la sucesión de veranos abrasadores. Él te enseña una cosa. Y es la única salvación verdadera: siempre y para siempre es hora de amar.

Suor Maria Pia Giudici, FMA

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