Roma (Italia). El 19 de marzo de 2022 se celebra la Solemnidad de San José, a quien el Beato Pío IX proclamó, el 8 de diciembre de 1870, patrono de la Iglesia universal. Después de haber vivido, en 2021, un especial año con San José, el Papa Francisco ha propuesto – en las Audiencias Generales entre el 17 de noviembre y el 16 de febrero de 2022 – un ciclo de catequesis dedicado a él, con esta motivación: “Nunca como hoy, en este tiempo marcado por una crisis global con diversas componentes, puede ser de apoyo, consuelo y guía”.

En la primera catequesis, explicando el significado del nombre, se habla del aspecto de la Providencia:                                                                                                                                     El nombre José en hebreo significa “Que Dios crezca, que Dios lo haga crecer”. Es un augurio, una bendición fundada en la confianza en la providencia y referida especialmente a la fecundidad y al crecimiento de los hijos. (…) Él es un hombre lleno de fe en su providencia: tiene fe en la providencia de Dios. Cada acción suya narrada en el Evangelio está dictada por la certeza de que Dios ” hace crecer”, de que Dios “aumenta”, de que Dios “añade”, es decir, que Dios provee para llevar a cabo su plan de salvación”.

Con su ejemplo, San José – que Don Bosco quiso como patrono del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora – enseña a estar disponibles a los designios de Dios y a tener confianza en la Providencia:

“La fiesta de S. José, el santo a quien Don Bosco nos dejó como Patrono del Instituto, es para nosotras ocasión para invocar su intercesión y para confrontar nuestra vida con su camino de santidad hecho de silencio, de acogida a Cristo, de humilde disponibilidad a los  signos de Dios”, se lee en el libro Las FMA en Oración (p. 98).

En el 150º aniversario de la fundación del Instituto FMA, es significativo reconocer las numerosas referencias a la presencia activa de San José desde los orígenes, que se encuentran en la Cronohistoria del Instituto, en la vida de Madre Mazzarello y en las biografías de las primeras FMA. Una de éstas es la Beata Maddalena Caterina Morano (1847-1908),

FMA de orígenes piamonteses llamada a cumplir su servicio en Sicilia, donde llegó a inculturar fielmente el carisma salesiano y el Sistema Preventivo.

Grande era la devoción a San José de Madre Morano, como se puede notar por algunas citas de la Positio sobre las virtudes de la Sierva de Dios Magdalena Caterina Morano:

“Su confianza se puede decir que era de una sencillez pueril, pero era profunda confianza, como cuando ató al cuello de la estatuilla de San José una bolsa de  piedras, tantas como millares de liras se necesitaban para pagar sus deudas, con la certeza de que San José proveería para el total. Esta jaculatoria quería que se escribiera en todas las puertas y en varios puntos del Colegio”. Sor Maddalena Morano había compuesto una coronilla en honor de San José y la hacía recitar con mucha fe, cuando necesitaba gracias.

Con respecto a la Casa de vía Caronda en Catania, se dice: “No había un centavo disponible, pero había mucha confianza en la Divina Providencia y en la intercesión del Patriarca S. José y, con un trabajo continuo y persistente, llevó a término ésta que es la casa más importante de Sicilia”.

Y aún: “Esta devoción a S. José la inculcó a las chiquillas y a las hermanas”. “No daba inicio a ninguna construcción de nueva fabricación sin confiarla al patrocinio del Patriarca S. José”. “Lo había nombrado ecónomo de la casa”. “Lo invocaba con los nombres más familiares, como el de “mi viejecito”.

Un obrero de la casa de Catania dice: “Testifico desde el conocimiento personal que la Sierva de Dios tenía una fe viva que supo inculcarnos también a nosotros los obreros. Se inició la construcción de la Capilla del Instituto (de Catania) sin ni un solo  centavo en casa y la Madre Morano nos infundía valor asegurando que S. José ya habría pensado en ello. Con gran sorpresa, a menudo nos llamaba y nos entregaba considerables sumas, sin dejar deudas”.

El celo apostólico la lleva a invocar a San José para obtener más espacios que dedicar a las obras para las niñas: “En la Casa de Via dell’ Aiuto (en Catania) había muchas normalistas y estudiantes. Los espacios estaban llenos y el Cardenal (Giuseppe Benedetto Dusmet) animaba a Madre Morano a aceptar más de las que podía. Se puso a buscar un nuevo terreno y dijo a sor Antonia Camuto: “Nosotras damos unos céntimos, y San José nos hará conseguir un nuevo espacio para nuestras obras, porque estamos demasiado estrechas”. En marzo de 1901 encontró un amplio y grandioso terreno, y precisamente con una imagen de San José, o mejor, de la Sagrada Familia, y el dueño de dicho terreno quiso justamente venderlo. Cuando las hermanas le pedían en qué parte de la ciudad había encontrado el terreno, respondía: “Hay un hermoso S. Beppuzzo (S. Giuseppe), y eso basta. ¡Rezad!’’ (Cf Teresio Bosco, Maddalena Morano. Nueva edición a cargo de Maria Concetta Ventura, LDC 2020).

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