Roma (Italia). El 21 de mayo de 2023, en la Solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebra el 57º Día Mundial de las Comunicaciones (GMCS). El tema, anunciado el 29 de septiembre de 2022 en la Fiesta del Arcángel Miguel y desarrollado en el Mensaje del Papa Francisco publicado el 24 de enero de 2023, Fiesta de San Francisco de Sales, es:

Hablar con el corazón, «en la verdad y en el amor» (Ef 4,15)

Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, durante el Congreso “Las palabras del Papa Francisco sobre cómo permanecer en la información y la comunicación” en la Universidad Lumsa de Roma, organizada por la Unión Católica de la Prensa Italiana (UCSI Lazio), recordando los últimos Mensajes del Papa Francisco, observó:

Las tecnologías cambian, mientras que la raíz que permanece es el corazón. La raíz está en la comunión. (…) El amor es gratuito. Y se basa en esta fragilidad suprema que es sentir la necesidad de amar y ser amado, de dar y darse. Aquí está la raíz de la comunicación. Por eso la conexión por sí sola no basta, por eso tenemos, más que el deber, la necesidad de volver a tejer con el corazón la unidad de la humanidad, la comunión que nos une. Pero aquí está la paradoja de nuestro tiempo: estamos interconectados y también solos. Al final cada uno se encierra en sí mismo. La palabra communio nos recuerda entonces que hoy más que nunca debemos aclarar que la comunicación no es unidireccional, (…) la comunicación tiene su raíz en la relación, que debe ser sincera, profunda y estable”.

Y: “No hay comunicación si no hay comunión y no hay comunión si no hay comunicación. Sin una relación verdadera no hay una comunicación verdadera”. Ruffini subrayó que la creatividad comunicativa no radica sólo en la capacidad de escribir, graficar, editar…, “sino también en la de tejer una relación profunda entre las personas”.

Si repasamos sucesivamente todos los Mensajes sobre comunicación del Papa Francisco, sus intervenciones públicas y las partes de encíclicas sobre el tema -destaca el Prefecto-, este es el hilo conductor: la idea de que la comunicación no es ni tecnológica ni funcional, sino relacional, que no es una ciencia ni una técnica, sino una experiencia constructiva, activa y participativa.

Esto significa hablar con el corazón y escuchar, como dijo el Papa en un diálogo con periodistas de la prensa extranjera: «Construir, no destruir; encontrarse, no chocar; dialogar, no al monologar; entenderse, no desentenderse; caminar en paz, no sembrar odio; dar voz a los que no tienen voz, no hacer de megáfono a los que gritan más fuerte”.

Sólo después de ver con los ojos del corazón, de escuchar con el oído del corazón -he aquí la lección del Papa- seremos capaces de comprender y hablar con el corazón”.

“Basta amar bien para decir bien”, resume el Papa Francisco en su Mensaje, recordando el ejemplo “luminoso y fascinante” de San Francisco de Sales, quien, partiendo del “criterio del amor”, recuerda que “somos lo que comunicamos”.

Y es precisamente la sabiduría de los Santos, que se hace vida entregada y plenamente realizada, la que invita – como sugirió Madre Mazzarello a las hermanas de la Comunidad del Carmen de Patagones – a “seguir adelante con un corazón grande y generoso” (L 47 ,12) para tejer relaciones de auténtica fraternidad a través de una comunicación que sepa desarmar los ánimos, promoviendo un lenguaje de paz.

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