Sotto il Monte (Italia). El 10 de diciembre de 2022 en Sotto il Monte, en la provincia de Bérgamo país natal de San Juan XXIII, se llevó a cabo la 2ª etapa del camino “Giovanni e Vescovi” de las Iglesias lombardas, organizado por ODL (Oratori Diocesi Lombarde), cuyos protagonistas son una representación de los jóvenes lombardos en diálogo con sus Obispos.

Después del encuentro del 6 de noviembre de 2021, en el Duomo de Milán, donde cerca de 200 jóvenes de toda Lombardía dialogaron con los Obispos lombardos sobre cinco grandes temas, en Sotto il Monte, con el tema “Vuestros jóvenes tendrán visiones, vuestros ancianos tendrán sueños” (Hechos 2, 17), se continuó con la restitución del viaje regional y el lanzamiento de la fase diocesana del camino.

En los trabajos participaron también sor Gisella Ciarla, Consejera para la Pastoral Juvenil de la Inspectoría Sacra Familia (ILO), Don Paolo Caiani, Delegado para la Pastoral Juvenil de la Inspectoría San Carlo Borromeo (ILE), Sor Mafalda Montanini y sor Rita Fallea, FMA, dos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano y Francesca, maestra de la Escuela de las FMA de Lodi, que cuenta la experiencia:

“El estilo sinodal – el del caminar juntos, de la narración/escucha, del diálogo abierto y franco, del intercambio sincero e interesado – parece ser la clave para reforzar, y a menudo reconstruir, una relación constructiva entre la institución Iglesia y los jóvenes. Un camino iniciado a nivel regional que ahora debe, porque se quiere fuertemente, realizarse en cada Diócesis, en cada parroquia, en cada realidad local de Iglesia.

Como ha subrayado don Stefano Guidi, encargado regional para la Pastoral Juvenil, estos momentos no deben pensarse como vientos extraordinarios en los que se producen documentos, manuales o textos catequéticos, sino que lo que se ha emprendido es un camino, podemos definirlo como un nuevo modus operandi, para ser aplicado a la vida diocesana normal.

Don Paolo Carrara, de la Diócesis de Bérgamo, nos ha ayudado a entender cuál es la idea fundamento de todo este recorrido: refiriéndose al instrumentum laboris del Sínodo de los Obispos del 2018, recordó que el                 Papa espera una Iglesia que no sólo anuncie, sino que escuche y vuelva a escuchar la exhortación de los jóvenes porque, a través de ellos, Dios habla a la Iglesia y ella podría encontrar en los jóvenes lo que necesita en este momento histórico: no grandes números, sino verdad, autenticidad, coherencia. Tres valores que los jóvenes “pretenden” de la Iglesia y que emergen precisamente del análisis del trabajo realizado.

El discurso de don Paolo nos ha ayudado a diseñar un cuadro completo y detallado de cuáles son las provocaciones y las críticas que los jóvenes dirigen a la institución Iglesia, pero también los méritos y los puntos de fuerza reconocidos. Fue de verdad interesante saber por qué aspectos la Iglesia es “reprochada” y por cuáles es alabada y apreciada: el cuadro que se ha presentado ante nuestros ojos es un cuadro realista, también rico en esperanzas y en deseos.

“El artista, que es el Espíritu, invoca la creatividad de la Iglesia en su conjunto y en el específico de los jóvenes a fin de que sean a su vez artistas de una nueva posibilidad de inculturación de la fe en el hoy. Escuchar como ellos entienden el Reino de Dios, aún cuando no llegan a nombrarlo así, es una condición absolutamente necesaria”, sostiene don Paolo, que identifica la sinodalidad como camino practicable.

Una muestra del enfrentamiento directo entre jóvenes y obispos, celebrada en la Catedral de Milán hace un año, también tuvo lugar en esta ocasión y vió como protagonistas a Elisa, una joven de la diócesis de Crema y monseñor Gervasoni, obispo de Vigevano y miembro de la Comisión Episcopal para la familia, los jóvenes y la vida. De este diálogo se desprendió que si el mundo tiene necesidad de un “cambio de ruta”, sería de verdad importante que este cambio  partiese propiamente de la Iglesia, constituyendo la fuerza de propulsión que da el inicio a un cambio global de la sociedad.

A partir de este viento de renovación y de redescubrimiento que sopla entre los jóvenes lombardos y sus Obispos, podemos esperar una nueva estación de la Iglesia que, con creatividad pero también con método, pueda ver a los jóvenes y a sus pastores caminar lado a lado.

La última reflexión de la mañana estuvo dedicada a cómo poner en acción todo esto: estamos en la fase de la receptio, o sea, de la acogida de lo que se ha transmitido, anunciado (traditio), pero ¿cómo pasar a la fase de la reelaboración (redditio)?

¿Qué dinámica pastoral hemos de poner en acción? Cada Diócesis construirá su camino a partir de las conclusiones compartidas y adaptándolo a las peculiaridades territoriales, se implementarán “sitios” de trabajo que puedan continuar construyendo sobre los cimientos de los cinco temas principales abordados en la fase inicial del proceso.

¿Cómo mantener vivo el entusiasmo? El carburante que tendrá que alimentar siempre este gran trabajo de construcción será el investigar una respuesta a la pregunta clave que el Señor dirige a cada uno de nosotros, no importa si somos jóvenes u Obispos: ‘¿Tú, me amas?’ (Jn 21, 15)”.