Roma (Italia). El 23 de abril de 2023 se celebra la 53° Jornada Internacional de la Madre Tierra, establecida por la ONU en 1970 para subrayar la necesidad de la conservación de los recursos naturales de la Tierra, reconociendo la responsabilidad de todos de promover la armonía con la naturaleza y la Tierra, con el fin de lograr un equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras.

La celebración de la Jornada de la Tierra es una oportunidad para superar la inercia ante una situación ambiental en rápido deterioro, para implementar acciones concretas y más incisivas para el planeta y su población, cambios políticos a nivel mundial, nacional y local: “Un ambiente limpio, saludable y medio ambiente sostenible es un derecho que debemos hacer realidad para todos, dijo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, el 6 de febrero de 2023.

En la misma línea, es el saludo del Papa Francisco a la delegación de los “Interfaith Leaders from Greater Manchester”, grupo interreligioso de la metrópolis británica, recibido en audiencia el 20 de abril de 2023: “Se ha hecho cada vez más evidente que nuestro compromiso actual de salvaguardar la creación, un regalo de Dios, debe ser parte de un esfuerzo más amplio para promover la ecología integral, que respeta la dignidad y el valor de cada persona humana y reconoce los trágicos efectos de la degradación ambiental en la vida de los pobres. En una palabra, es necesario reconocer que las crisis ambiental y social de nuestro tiempo no son dos crisis separadas, sino una sola crisis (cfr LS, 139). Por supuesto, esto requiere la creación de modelos económicos nuevos y con visión de futuro. Pero también requiere determinación para superar la cultura del “usar y tirar”, la cultura del descarte, generada por el consumismo y la indiferencia globalizada, que inhibe los esfuerzos por abordar estos problemas humanos y sociales desde la perspectiva del bien común”.

Ante el sufrimiento de la naturaleza, los océanos se llenan de plástico y son cada vez más ácidos, el calentamiento global, los incendios y las inundaciones que afectan a millones de personas, la “Madre Tierra” llama a la acción urgente y conjunta. Las acciones humanas que alteran la biodiversidad, como la deforestación, el cambio de uso del suelo, la agricultura y ganadería intensiva o el comercio ilegal de animales silvestres, pueden acelerar el ritmo de destrucción del planeta.

El tema de la Jornada de este año, “Invertir en nuestro planeta”, subraya la importancia de dedicar nuestro tiempo, recursos y energías para buscar juntos cómo abordar el cambio climático y otros problemas ambientales, para protegerlo y revertir el rumbo, abriendo el camino para un futuro sostenible.

Para todas las Comunidades Educativas del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, comprometidas “en un camino concreto y continuo de conversión a la ecología integral, según la Deliberación del Capítulo General XXIV, la Jornada de la Tierra es una cita para celebrar y cuidar la Madre Tierra de manera concreta. Siendo parte de un Instituto educativo, las FMA creen en el poder de la educación y colaboran, según las diversas sensibilidades locales, en realizar procesos de sensibilización y acción consciente y responsable junto a los jóvenes y a todos los sujetos que giran en torno a la realidades educativas.

La pequeña flor más alta La Escuela Secundaria, de Kohima -Nagaland, de la Inspectoría Indiana Mater Ecclesiae (ING) de Guwahati, es uno de los ejemplos en los que la celebración de la Jornada de la Tierra sigue acompañando el día a día de los alumnos durante todo el año. A continuación se presentan algunas acciones concretas para el cuidado de la Madre Tierra:

Un árbol a la vez: Los árboles en áreas urbanas juegan un papel importante en el ecosistema, ya que ayudan a mantener el clima fresco. Por lo tanto, se anima a los/as estudiantes a plantar más árboles en su entorno, desde sus casas hasta la escuela. En y alrededor del campus de la escuela, los espacios están disponibles para que los estudiantes planten pequeños árboles frutales. Esta iniciativa los motiva a “adoptar” espontáneamente una planta y cuidarla durante sus años escolares. De esta forma, se les estimula a salvar el medio ambiente con el lema “un árbol a la vez”.

En caso de duda, recicle: Todos deben adquirir el hábito de usar menos cosas y reutilizarlas tanto como sea posible antes de tirarlas. Esto ayudaría significativamente a abordar el desafío de la gestión de residuos. Si se enseña a los estudiantes a reciclar viejos objetos, llevarán estos hábitos a sus hogares y, por supuesto, a su edad adulta. La escuela organizó un día de creatividad en el que se invitó a los alumnos a crear algo bonito y útil a partir de materiales de desecho.

Trae tu bolso: esta es la política implementada en la Escuela, para que todos eviten el uso de plástico y adopten el buen hábito de usar bolsas de tela, uno de los gestos más sencillos y ecológicos que todos pueden hacer, disminuyendo gradualmente la dependencia del uso del plástico.

Sea “inteligente” con sus artículos “inteligentes”: en el mundo tecnológico actual, deshacerse de los desechos electrónicos de manera responsable es la necesidad del momento. Los equipos electrónicos viejos son peligrosos para la salud y el medio ambiente. Por esta razón, es importante desechar los aparatos viejos de forma adecuada. La dirección del colegio se ha puesto en contacto con las personas que pueden disponer de estos residuos de forma ética, acompañando a los alumnos a convertirse en ciudadanos responsables.

Mantén limpio tu entorno: “La limpieza es casi sagrada” es una filosofía que fomenta un sentido de responsabilidad cívica. Se motiva a los estudiantes a adoptar el hábito de limpiar su entorno como parte integral de su estilo de vida diario. Los alumnos asumen la responsabilidad de mantener ordenado su entorno a través de una pequeña acción de limpieza.

Jardines y cuidado del verde: La adopción de jardines es una excelente manera de que los estudiantes se interesen en la jardinería y en el cuidado de las áreas verdes. Un huerto escolar puede enseñar a los estudiantes la responsabilidad, el trabajo en equipo e introducirlos en el concepto de comunidad sostenible. Esta iniciativa también les ayuda a conocer el arte de la agricultura y el valor de la alimentación biológica y sana, a comprender el valor del cuidado y a apreciar la naturaleza que favorece la vida humana en el planeta.

“Al celebrar hoy la Jornada Mundial de la Tierra, estamos llamados a redescubrir el sentido del respeto sagrado por la tierra, porque no es solo nuestra casa, sino también la casa de Dios. ¡De aquí surge en nosotros la conciencia de estar en una tierra sagrada!” (Papa Francisco, Jornada de la Tierra 2020).

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