Roma (Italia). En enero de 2021 se celebran los 95 años del ingreso de la Sierva de Dios sor Antonieta Böhm en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, en la etapa del Postulantado. El aniversario es significativo, porque marca el inicio de su camino formativo y hacia la Santidad.

Nacida el 22 de septiembre de 1907 en Bottrop (Alemania), una pequeña ciudad al Norte entre Renania y Westfalia, después de la muerte de sus padres Antonieta vive con su hermano en Essen Borbeck y frecuenta el oratorio de las Hijas de María Auxiliadora. Ella misma cuenta:”En aquel patio eran cerca de seis cientos entre niñas y jóvenes que corrían, jugaban, cantaban”. Aquí conoce a las FMA, se queda fascinada y crece en ella el deseo de seguirlas y de ser como ellas.

La crónica de la Casa María Auxiliadora de Essen Borbeck cuenta: “25 de enero de 1926. Nuestra Rv. Señora Directora sor Alba Deambrosis sale de viaje para Eschelbach para acompañar a 7 candidatas deseosas de hacerse Hijas de María Auxiliadora”.  Sor Alba Deambrosis, misionera italiana, en 1922 había partido con otras cinco hermanas para fundar la primera obra de las FMA en Alemania.

Sor Antonieta habla a menudo de Don Bosco e invita a imitarlo

Este aspecto se evidencia también en sus escritos autobiográficos: en ellos indica como fecha de su ingreso en el Instituto el 31 de enero de 1926, mientras en los registros oficiales aparece el 29 de enero y en las crónicas el 1º de febrero. La crónica de la casa ofrece un breve relato del rito de la imposición de la medalla:

“1º de Febrero: Imposición de la medalla de María Auxiliadora a las Postulantes. Interviene específicamente desde Munich el Inspector Salesiano don Franz Saverio Niedermayer, que quiere presidir la ceremonia. Las Postulantes, reunidas en la Capilla por la mañana, escucharon con sumo interés y gusto la palabra del querido Superior. Él les recomendó dedicarse en seguida con suma diligencia al estudio y la adquisición del espíritu de Don Bosco, nuestro Fundador y Padre, para corresponder dignamente a la gracia de la vocación.”

 Aquel día comienza su camino hacia la Santidad

La exhortación de don Niedermayer sigue impresa en la mente y en el corazón de sor Antonieta toda la vida. De origen alemán, Franz Xaver Niedermayer había estudiado Teología en Italia, donde se había convertido en Salesiano y sacerdote. En 1916 fue pionero de la Obra salesiana en Alemania y fundó la primera presencia en Baviera. En 1928, con ocasión de la Beatificación de Don Bosco, promovió el conocimiento del fundador en el área austrohúngara. Cuando en 1935 el Rector Mayor, Don Pietro Ricaldone, ofrece el Aguinaldo de título “Fidelidad a Don Bosco Santo”, este compromiso se convierte en el programa de vida de don Niedermayer.

 La presencia de María en la vida de sor Antonieta

La Crónica continúa: “Después las Postulantes se acercan al altar para recibir la Medalla, mientras las Hermanas en coro, acompañadas del armonio, cantan la bella alabanza mariana: Risuoni pel Cieli.”

Al principio de su camino está presente la Virgen María, que es para ella Guía y Modelo en su vida consagrada. Sor Antonieta, en efecto, es recordada por la bondad materna, el rostro sonriente y una misión particular ligada a una estatuilla de María Auxiliadora, recibida por ella en 1973 de Madre Ersilia Crugnola con la recomendación de “hacerla trabajar”. Vive, por tanto, la llamada a ser transparencia de María Auxiliadora, para ser en todas partes su mano de  bendición, sobre todo hacia los enfermos y las personas que se confían a su intercesión y muchos experimentaban la eficacia de esta bendición.

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