Roma (Italia). El 1º de septiembre se celebra la Jornada mundial de Plegaria para el cuidado de lo creado, convocada por el papa Francisco y celebrada por la Iglesia Católica en unión con los hermanos y las hermanas ortodoxos, y con la adhesión de otras Iglesias y comunidades cristianas.

Es una ocasión para abrirse como creyentes a una actitud místico-contemplativa hacia lo creado, en desafío a la emergencia ambiental, que toca profundamente a la casa común.

Este año, el mes de septiembre está dedicado a la iniciativa del Movimiento ecuménico “Tiempo para lo creado” hasta el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís. Ha sido el Dicasterio para el servicio del Desarrollo humano integral el que ha promovido la adhesión, para animar a los cristianos en todos los continentes a trabajar para poner en práctica cada día la encíclica “Laudato si”’.

La Consejera para la Pastoral juvenil, sor Runita Borja FMA, en una comunicación a las Comunidades educativas del Instituto, invita a conmemorar la Jornada del 1º de septiembre “dedicando tiempo y espacio a la oración, estudio, compartición y acción, profundizando el conocimiento de este tema tan importante e implicando a amigos y conocidos. Reconocemos que en este campo los jóvenes son muy sensibles, abiertos y disponibles al compromiso.

Pensamos en Greta Thunberg, la adolescente de Suecia, que ha iniciado una serie de grandes manifestaciones con adolescentes y jóvenes para sensibilizar sobre los cambios climáticos, el calentamiento global y las necesarias opciones personales y sociales, y para mover urgentemente a gobiernos y políticos a acciones responsables para nuestra madre tierra:

“…  debemos hablar claramente, no importa que esto pueda resultar incómodo. Vosotros habláis sólo de un infinito crecimiento de la economía verde, porque tenéis demasiado miedo de ser impopulares. Habláis sólo de ir adelante con las mismas ideas equivocadas que nos han metido en este lío, cuando la única cosa sensata que podemos hacer es tirar del freno de emergencia. No sois bastante maduros para decir las cosas como son, y también esta carga la dejáis a nosotros los niños. A mí, en cambio, no me importa resultar impopular, me importa la justicia climática y el planeta. La civilización es sacrificada para dar a un pequeño círculo de personas la posibilidad de continuar acumulando una enorme cantidad de ganancias. Nuestra biosfera es sacrificada para hacer, sí, que las personas ricas en Países como el mío puedan vivir en el lujo. Es el sufrimiento de muchos el que garantiza el bienestar a pocos” (del discurso de Greta Thunberg en el COP 24).

Muchos jóvenes, también los de las Comunidades educativas, hacen sentir su voz para poner en discusión opciones políticas y económicas, y se comprometen en proyectos concretos de cuidado de la casa común”.

Es deseable que la celebración de la Jornada mundial de Plegaria por el cuidado de lo creado vuelva contemplativa la mirada de las Comunidades educativas sobre la realidad de la creación y, al mismo tiempo, la vuelva proactiva, creativa, hacedora, ya que, como leemos en la encíclica “Laudato si”, “el mundo es algo más que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos en la alegría y en la alabanza” (n. 12).

Crece en el Instituto la convicción de que la misión educativa es un espacio privilegiado para formar personas que tienen cuidado de ser administradores y administradoras responsables de la casa común (cfr. Laudato si’ 116).

Las inspectorías FMA se han adherido al Proyecto “Yo puedo” de la OIEC (Organización internacional Educación católica), por medio de la iniciativa del proyecto “Juntos, nosotros podemos”. Sor Runita Borja continúa así: “es una respuesta concreta a la llamada a tener cuidado de la casa común y un proceso de educación integral que forma la mente (convicciones), mueve el corazón (emociones), hace que trabajen las manos (acción), pone en movimiento los pies (compromiso).”

Con interés, entusiasmo y dinamismo, educadoras y educadores, familias, niños/as, adolescentes y jóvenes buscan vivir la espiritualidad ecológica pasando “del consumo al sacrificio, de la codicia a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir” (Laudato si’ 9) poniendo en práctica el Sistema Preventivo en el hoy de la historia.

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