Roma (Italia). El 12 de agosto de 2022 se celebra la Jornada Internacional de la Juventud, instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el 1999, para llamar la atención de la comunidad internacional sobre las cuestiones juveniles, valorizar el potencial de los jóvenes en los cambios sociales y económicos y sensibilizar sobre los retos y las dificultades que se encuentran y hemos de afrontar.

El tema de este año – “Solidaridad intergeneracional: Crear un mundo para todas las edades” – pone de relieve la necesidad de que las personas de todas las edades, jóvenes y menos jóvenes, unan sus fuerzas para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) y no dejen atrás ninguno.

Desafortunadamente, los jóvenes continúan reportando barreras relacionadas con la edad en diferentes esferas de sus vidas, como el empleo, la participación política, la salud y la justicia. Sin embargo, las personas mayores a menudo sufren sanciones con respecto a su condición. Por esto, es importante pensar y proyectar políticas y servicios sociales que tengan enfoques diversos en base a las edades de la vida.

Además, promover la solidaridad intergeneracional es más que nunca necesario, para garantizar una recuperación inclusiva y sostenible, especialmente después de la pandemia de COVID-19, que requiere un proceso de “reconstrucción” en el que explotar las fortalezas y los conocimientos de todas las generaciones para abordar juntos los problemas globales.

“Desde la Covid-19 al cambio climático, a los conflictos, a la pobreza, a la desigualdad y a la discriminación, necesitamos todas las fuerzas para obtener los Objetivos de desarrollo sostenible y construir el futuro mejor  y más pacífico que todos buscamos”.

Es lo que afirma António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en el Mensaje para la Jornada 2022, donde habla de las propuestas de la Oficina para los jóvenes en las Naciones Unidas de apoyar a los jóvenes con grandes  inversiones en educación y creación de habilidades, y ampliar las oportunidades para que los jóvenes participen en la vida cívica y política – “No basta escuchar a los jóvenes: debemos integrarlos en los mecanismos de decisión a nivel local, nacional e internacional” – pero también garantizar que las generaciones más ancianas tengan acceso a la protección social y la oportunidad de compartir con las propias comunidades los decenios de experiencia acumulada.

También el Papa Francisco en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2022 habla de la urgencia de la alianza entre generaciones para afrontar las crisis contemporáneas:

“Por un lado, los jóvenes tienen necesidad de la experiencia existencial, sapiencial y espiritual de los ancianos; por otro, los ancianos necesitan el apoyo, afecto, creatividad y dinamismo de los jóvenes. Los grandes desafíos sociales y los procesos de pacificación no pueden hacer a menos del diálogo entre los custodios de la memoria – los ancianos – y los que empujan adelante la historia – los jóvenes – ;  ni de la voluntad de cada uno de dar cabida al otro, de no pretender ocupar toda la escena persiguiendo sus intereses inmediatos como si no hubiera pasado y futuro.

La crisis global que estamos viviendo nos indica en el encuentro y en el diálogo entre las generaciones la fuerza motriz de una política sana, que no se contente con administrar lo existente “con parches o soluciones rápidas”, sino que se ofrezca como una forma eminente de amor por el otro, en la búsqueda de proyectos compartidos y sostenibles”.

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