Roma (Italia). Con ocasión de los 50 años de la ordenación sacerdotal del Papa Francisco, el 13 de diciembre de 2019, la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Yvonne Reungoat, en nombre de todo el Instituto, dirige al Santo Padre el siguiente deseo:

 

Roma, 13 de diciembre de 2019

Queridísimo Papa Francisco,

me uno con alegría a los deseos que le llegarán de la Iglesia universal, y de muchas otras personas, para agradecer al Señor el haberlo elegido con mirada de predilección para ser sacerdote: Padre y Pastor de la entera Familia humana.

Me hago “portavoz” de todas las Hijas de María Auxiliadora presentes en los cinco Continentes para confirmarle nuestra presencia en la celebración de los 50 años de su ordenación sacerdotal. Pienso que el “regalo” más agradecido y esperado en esta circunstancia, es una intensa plegaria por todo lo que te preocupa, por las necesidades y la unidad de la Iglesia, y lo ponemos con inmensa confianza en las manos de María Auxiliadora. Ella conoce muy bien los deseos de éste “su hijo” que desde siempre le reza, la invoca, la ama e irradia una auténtica devoción hacia ella.

Cómo no gozar y conmovernos cuando, con la sencillez que lo caracteriza, se arrodilla a los pies de María Salus Populi Romani en cada “salida” en cada “regreso”: una comprensión íntima vivida en el silencio; una mirada que se funde con la mirada de Ella que siempre lo protege, lo defiende, se hace peregrina en sus numerosos y comprometidos viajes apostólicos.

Querido Papa Francisco, usted es un “libro viviente”, donde cada pueblo, cada persona adulta y joven puede leer la belleza y la verdad de la Palabra de salvación que nos trajo Jesús.

Le estoy profundamente agradecida por su Magisterio que con evangélica insistencia nos pide ser signos de la ternura y de la misericordia del Padre, sobre todo hacia los más pobres, los indefensos, los marginados. Gracias por ser testimonio valiente de todo ello, invocando incansablemente la paz, el amor, la fraternidad, la defensa de la “casa común” como deber y derecho de todos.

Pero hay también otra fecha importante:  ¡el 17 de diciembre, día de su cumpleaños!

Usted está siempre en nuestra plegaria, pero de manera muy especial en este “día de la vida”. Queremos pedir al Señor que le haga el don de poder llegar pronto a aquellos Países que tanto lleva en el corazón y que todavía no ha podido visitar.

Siéntame en profunda comunión y le pido con humildad que bendiga a nuestro Instituto y también a mi persona, para que juntos podamos caminar con gozo hacia la meta de la santidad y ser para los jóvenes  “útero” fecundo que genere una nueva vida.

Queridísimo Papa Francisco, le renuevo con todo el corazón y con gran afecto el deseo de celebrar estos eventos con el gozo profundo que Dios y María Auxiliadora le darán abundantemente.

Suor Yvonne Reungoat FMA

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