Roma (Italia). El 7 de septiembre de 2021, en una Conferencia de Prensa en  la Sala de Prensa de la Santa Sede, se presentaron el Documento Preparatorio y el Vademecum para la animación de la primera fase del itinerario del Sínodo de los Obispos sobre el tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

La apertura solemne del Sínodo será el 10 de octubre de 2021 en Roma y el 17 de octubre en cada Iglesia particular. Una etapa fundamental será la celebración de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en octubre de 2023, a la cual seguirá la fase de implementación, que implicará nuevamente a las Iglesias particulares.

“Se trata de un proceso distinto del pasado, renovado, extendido a todo el Pueblo de Dios, con la particularidad de que su objeto – la Sinodalidad – pretende ser también su método”, dijo el Director de la Sala de Prensa Vaticana, Matteo Bruni, en la presentación de los ponentes.

El Card. Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, recordó cómo disponerse a vivir este evento. Los dos momentos de apertura serán una celebración litúrgica en la que el Espíritu Santo será protagonista: “Un Sínodo se celebra y no se reduce a un evento asambleario. (…) Un Sínodo no se comprende si no en la presencia de la acción y de la luz del Espíritu Santo que guía a la Iglesia en su camino en la historia”.

Presentó los dos iconos bíblicos, que contienen algunos principios- clave del Sínodo:

  • Jesús, la  multitud, los apóstoles: “Un  Sínodo es un camino del discipulado, de seguimiento. Es un progresivo acercarse al Señor, entrando siempre más en la lógica del Evangelio”.
  • Pedro y Cornelio (Hechos 10): es el camino de discernimiento que sacudió los cimientos de la Iglesia primitiva y encontró soluciones en el Concilio de Jerusalén. “Todo se comprende sólo en la obediencia al Espíritu Santo. (…) El Sínodo tendrá éxito o fracasará en la medida en que confiemos al Espíritu nuestras opciones y procesos”.

El Cardenal aclaró la relevancia de la primera fase, que valoriza la aportación del pueblo de Dios: “el camino empieza con la consulta del pueblo de Dios en las Iglesias particulares, porque es a partir de las Iglesias particulares que existe la una y única Iglesia Católica” (Cf Lumen Gentium).

Después retomó las palabras del Papa Francisco para subrayar el aspecto de la escucha: “Una iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha, en la conciencia de que escuchar “es más que oír”. Es una escucha recíproca en que cada uno tiene algo que aprender. Pueblo fiel, Colegio episcopal, Obispo de Roma: uno escucha a los otros; y todos escuchan al Espíritu Santo, el “Espíritu de la verdad” (Jn 14,17), para conocer lo que Él “dice a las Iglesias” (Ap 2,7)”. (Discurso en la conmemoración del 50 aniversario de la creación del Sínodo de los Obispos).

El Card. Grech concluyó su intervención diciendo: “Lo que pretendíamos hacer para preparar el camino es poner a la Iglesia en condiciones de vivir una auténtica experiencia sinodal, un tiempo de escucha en que aprendamos todos un estilo de Iglesia sinodal, en la cual asumimos la opción que más vale: caminar juntos”.

“El Sínodo manifiesta la vitalidad de la Iglesia: inclusiva, participativa y orientada a la evangelización”, continúa Mons. Luis Marín de San Martín, Subsecretario del Sínodo de los Obispos, “debemos tener presente que esta fase diocesana es ya un Sínodo, no sólo la preparación al Sínodo”.

Cada Obispo será responsable de la organización de esta fase en su Diócesis (Iglesia particular), presentando un programa y un calendario, cuidando el dinamismo del proceso y, sobre todo, la dimensión de la oración, ya que el evento es principalmente espiritual. Estará abierto a la colaboración y nombrará un referente y un equipo para la sinodalidad.

Mons. Marín definió el Sínodo como “una experiencia eclesial gozosa y renovadora”, en la que se camina juntos guiados por cuatro palabras clave: constancia, entusiasmo, creatividad y valentía.

Para acompañar la organización de los trabajos, la Secretaría General ha preparado un Documento preparatorio y un Vademecum metodológico, enviados para  difundirlos al pueblo de Dios, como instrumentos a utilizar y concretizar según las diversas realidades y culturas.

El Documento preparatorio se abre con un interrogante de fondo, que empuja y guía toda la reflexión: “¿cómo se realiza hoy, a distintos niveles (desde el local al universal) aquel “caminar juntos” que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio, conforme a la misión que le ha sido confiada;  y qué pasos el Espíritu Santo nos invita a dar para crecer como Iglesia sinodal?”

Es un interrogante que pide a la Iglesia y al pueblo de Dios estar abiertos a las sorpresas que el Espíritu no dejará de regalarnos a lo largo del camino, para poder recoger los frutos de una conversión sinodal.

Los materiales se pueden descargar y consultar en el sitio synod.va, que ofrece también algunos recursos para la profundización del tema de la sinodalidad.

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