Palermo (Italia). “Al final de la vida permanece el amor recibido y dado”. Es la herencia espiritual de Vito Di Salvo, Salesiano Cooperador desaparecido prematuramente, che ha vivido el amor a Don Bosco y a los niños en la Comunidad Educativa del Instituto Madre Mazzarello de Palermo, de la Inspectoría Sícula Madre Maddalena Morano (ISI).

Para Vito la Escuela de las FMA era una segunda familia, por esto la esposa, los hijos y el padre, con la Directora de la Comunidad María Auxiliadora, sor Marisa Prestigiacomo, han hecho realidad un sueño de él: un patio de juegos en abierto para los niños de la Escuela Infantil.

El proyecto se ha concretado gracias a una recogida de fondos y, para la alegría de los pequeños, la Escuela al principio del año escolar ha tenido el nuevo patio de recreo, con una placa conmemorativa en recuerdo de Vito.

Murale Istituto Madre Mazzarello Palermo

Un ulterior toque  de color ha sido una pared del patio de la Escuela, con un mural realizado por sor Ermelinda Ardita, FMA de la Inspectoría ISI. La foto de Vito se  convierte en el fruto de un árbol, cuyas gemas son corazones. Don Bosco se dirige hacia lo alto transportado por los corazones, que representan el amor, sembrado todavía en la tierra por aquellos que creen en su método educativo y se gastan para las nuevas generaciones.

El mural es una invitación a levantar la mirada hacia el cielo y a estar alegres porque, como recita una frase de Don Bosco querida por Vito: “La alegría es la más bella criatura salida de las manos de Dios después del amor”.

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