Roma (Italia). Roma (Italia). El 3 de marzo de 2022, en la 5ª cita de los “Jueves salesianos en el ’Auxilium” – la iniciativa del Centro de Estudios sobre las FMA

de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación “Auxilium” de Roma con profundizaciones de pedagogía, espiritualidad e historia de las Hijas de María Auxiliadora – sor Mónica Tausa, Hija de María Auxiliadora de origen colombiano, profundizó el tema: “Sor Onorina Lanfranco: una pionera de los jardines de infancia en Colombia”.

En la introducción al encuentro, sor Grazia Loparco, Profesora de Historia de la Iglesia en la Facultad “Auxilium”, subrayó cómo sor Onorina Lanfranco es poco conocida por las FMA, pero profundizada por diversos estudiosos y pedagogos, por haber instituido en Colombia, en los primeros decenios del ‘900, jardines de infancia que dieron una aportación cualitativa al conocimiento pedagógico y a la práctica educativa hacia los niños.

Sor Mónica Tausa, en su ponencia, destacó la unicidad de esta figura, con elementos que hacen de ella una pedagoga en todos sentidos: la formación, la vocación y la experiencia pedagógica, el espíritu formativo, la capacidad de sistematizar el pensamiento y de poner en diálogo los principios de la espiritualidad católica y las contribuciones de la Madre Emilia Mosca, asistente de las primeras maestras que si formaron en Nizza Monferrato. Su formación educativa salesiana estaba también influenciada por las orientaciones de las que habla Madre Clelia Genghini en el texto: “Un año en la escuela de la Madre Asistente”.

Sor Onorina nace en Valfrenera, Asti, el 30 de abril de 1872 y muere en Medellín, en Colombia, el 31 de diciembre de 1948. En el 1894 entra en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora ya con competencias pedagógicas, por las que se le confía pronto la tarea de maestra de las niñas y formadora de las maestras, o de las monjas. Responsable de dos clases elementales en el Colegio de la Virgen de las Gracias de Nizza Monferrato, recibía cada día a las religiosas alumnas que venían a aprender de ella.

En 1901 descubre su vocación misionera y la Superiora General, Madre Caterina Daghero, la envía a Colombia, a Bogotá, adonde llega en el 1903.  Después de haber promovido la misión educativa de la Escuela de la capital, es enviada a fundar diversas Escuelas María Auxiliadora en otras ciudades del País. Lleva a cabo en particular la obra de los jardines de infancia para niños de 4 y 5 años, de los que se convierte en pionera y punto de referencia autorizado en el campo de la educación de los niños.

La obra de Sor Onorina se inserta y explica a la luz de los grandes pedagogos de su tiempo y de las opciones educativas del Instituto FMA. Ella traduce, desarrolla e incultura, con intuición y tenacidad, la contribución de la pedagogía europea, italiana y salesiana en el País. Ella misma reconoce: “En Colombia se ha dado poca importancia a los jardines de infancia; no se ha llegado aún a apreciar la importancia   de que el niño adquiera un cierto nivel de desarrollo antes de ir a la escuela”.

En la presentación, sor Mónica profundiza sobre las influencias de las diversas corrientes y figuras de pedagogos/as en el trabajo educativo y pedagógico de sor Onorina al servicio de los niños en Colombia.

En poco tiempo se reconoce la excelencia de su Kindergarten y el Secretario de la Enseñanza Pública pide publicar su Programa Educativo y dar autorización para adoptarlo en todo el departamento de Antioquia, orientando a todos los docentes y dotándolos de un reglamento. También se le pidió que creara y dirigiera personalmente la cátedra de Pedagogía Infantil en el Instituto Normal Femenino de Medellín. Lamentablemente no es posible establecer cuántos libros escribió y publicó, porque el Arzobispo de Bogotá censuró su obra, acusándola de “modernismo”.

El trabajo de Sor Onorina, por tanto, además de ser pionero en la educación de los niños, también demuestra una gran capacidad para influir en la política educativa pública en Antioquia y en todas las otras regiones en que el Instituto estaba presente en Colombia.

Sor Mónica resume en fin la riqueza de la herencia, aún para estudiar y descubrir, de esta FMA que ha sido: profesora experta en el arte pedagógico y didáctico, sabia educadora en grado de dar una contribución a la educación católica poniendo en diálogo los postulados modernos y el Sistema Preventivo, pionera de la educación de la primera infancia en Colombia, formadora incansable de maestros, creadora de una experiencia pedagógica que ha influenciado la política pública, escritora de diversos volúmenes de pedagogía, metodología, didáctica y educación de la primera infancia.

Concluye dejando una petición: en este 150º aniversario de la Fundación del Instituto y del nacimiento de sor Onorina, ¿no es quizá el momento oportuno para reconocer que hay un estilo de pedagogía infantil salesiano que espera ser reconstruido, conceptualizado y enseñado, a fin de que la vida de muchos niños pueda ser plena y digna?

Video de la intervención

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