Roma (Italia). Con ocasión del 1° de noviembre de 2022, Solemnidad de Todos los Santos, las Familias Carismáticas proponen una plegaria con esta motivación:
“La Familia Carismática es como una vidriera, que se formó recogiendo los diversos elementos de diferentes formas y colores. Cada porción tiene valor pleno en sí mismo y dando todo su esplendor hace que el conjunto adquiera un valor de excelencia, refleja la belleza de la Iglesia en su unidad.
En este espíritu de comunión y reciprocidad, el 1º de noviembre, día en que celebramos la fiesta de Todos los Santos, nos unimos en oración para confiar a Dios Padre nuestras Familias Carismáticas. Nuestros Fundadores y Fundadoras hacen fiesta en el Paraíso, lugar de la comunión perfecta. Quiera el Señor bendecirnos con su Sabiduría a fin de que cada Carisma sea luz de esperanza para la Iglesia y para el mundo”.
Una Familia Carismática está constituida por Institutos, personas de diferentes estados de vida – laicos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seglares – que se reconocen pertenecientes al mismo Carisma del Fundador y Fundadora y por eso están unidos los unos con los otros en la fraternidad en Cristo. Desde 2014, desde la petición del Papa Francisco de devolver a los carismas un aliento universal como don del Espíritu, en mayo y noviembre de cada año, un número creciente de familias carismáticas se reúne en Roma desde todo el mundo para dialogar: de aquí el nombre de “Familias Carismáticas en diálogo” dado al movimiento.
Por medio de las diversas iniciativas, en el diálogo y en el intercambio auténtico de experiencias, las Familias Carismáticas quieren vivir juntas el carisma, descubrirlo de modo más rico en la reciprocidad de las relaciones fraternas, en la colaboración entre las distintas vocaciones, en la sinodalidad con toda la Iglesia.
