Medellín (Colombia). Los jóvenes del MGS de la Inspectoría S. Maria Mazzarello de Medellín (CMM), no renunciaron a la tradicional misión de solidaridad y, en el respeto de las normas sanitarias debidas a la pandemia de la Covid-19, del 17 al 22 de diciembre de 2020 llevaron esperanza a la población de la localidad colombiana de Condoto (Chocó).
Después de la preparación mediante la plataforma virtual, el 16 de diciembre algunas jóvenes misioneras, acompañadas por sor Ángela Lucía Quintero, Hija de María Auxiliadora y coordinadora inspectorial del Grupo misionero, partieron hacia Condoto donde, invitadas por la Comunidad María Auxiliadora de las FMA, animaron los últimos días de Adviento, por medio de encuentros de formación sobre el Carisma salesiano.
Gracias al trabajo en red con voluntarios y asociaciones de solidaridad, junto a los jóvenes locales, coordinaron la preparación de los mercadillos para las familias, hecha posible también por las donaciones de ropa y tela por parte del SENA, la Institución Nacional para la Formación Profesional.
Una primera actividad consistió en la visita a la Casa de Reposo de Condoto, donde animaron la Novena al Niño Jesús y alegraron a los huéspedes con bailes y cantos, según las costumbres típicas de la tradición de Chocó. Los días siguientes fueron al encuentro de las familias, para profundizar el valor de la gratitud, animando a reconocer los dones de Dios, sobre todo la salud, teniendo en cuenta la situación de la pandemia de la Covid-19. Las madres y las niñas, en representación de las propias familias, construyeron el “mural de la gratitud”.
Los jóvenes del MGS visitaron también la radio local y animaron la transmisión de la Novena de Navidad para la comunidad de Condoto. Además, cada día animaron la Novena con los niños de la parroquia, transmitida a través de la Página Facebook para quienes la seguían desde casa. La participación responsable en las propuestas locales, les permitió sentirse parte de una comunidad formativa y de estar activos al ofrecer su propia contribución.
Los encuentros con los jóvenes locales, primeros destinatarios de la experiencia, tenía el objetivo de hacerlos reflexionar sobre la capacidad de entrar en relación con las personas, alimentando una mirada de vecindad y de solidaridad, para salir de sí y estar atentos a las necesidades de los otros. Con juegos y dinámicas, compartiendo y con una tómbola, los jóvenes del MGS implicaron a los otros jóvenes, suscitando el deseo de ponerse al servicio de quienes han recibido menos.
La visita de las periferias de Condoto en “chocho”, una moto-taxi medio de transporte público, y el atravesar el río para llegar a la Casa de los Salesianos de Don Bosco y al hospital, los ayudó a conocer la realidad y la cultura, ligada a las propias raíces, donde la población defiende las tierras de la explotación y, con ellas, el derecho a una vida digna.
Otra experiencia enriquecedora, vivida con los niños y jóvenes, llenos de energía y de vida pese a que los momentos de encuentro fuesen limitados debido a las disposiciones sanitarias. Su entusiasmo y las risas, incluso a través de las mascarillas, estimularon la esperanza y las motivaciones para vivir conscientemente el presente, valorizando lo que tienes y gastándote en el servicio.
La última jornada de la Misión Jóvenes estuvo dedicada a un evento de la Familia Salesiana (FS), con la presencia de las Ex-alumas/os de las FMA y los Salesianos Cooperadores. El momento estuvo acompañado de cantos salesianos y de la redacción de una carta, escrita al Niño Jesús, con el compromiso renovado de una pertenencia activa a la Familia Salesiana. La Directora de la Comunidad FMA, sor Eliana Hernández, expresó la gratitud por el trabajo formativo llevado a cabo por la FS a favor de los jóvenes de Condoto.
La experiencia misionera en esta localidad, además de ser muy significativa en el camino de los jóvenes que la viven, hace visible y concreto el estilo de Don Bosco y Madre Mazzarello de educar con el corazón y ser signo del amor de Dios hacia los más pobres y necesitados.
