Medellín (Colombia) La Inspectoría colombiana Santa Maria Mazzarello de Madellín (CMM), durante el lockdown debido a la pandemia de Covid-19, ha tenido que afrontar los retos de querer asegurar la continuidad didáctica a los estudiantes de las propias obras. Éstos son principalmente de tres tipos: la carencia de instrumentos tecnológicos en las casas de los estudiantes, la carencia de competencias digitales por parte de los maestros y la escasez de infraestructuras y equipos tecnológicos modernos en las obras educativas de la Inspectoría.

En el ámbito técnico, se ha elaborado un plan estratégico para modernizar y cualificar, a medio y largo plazo, las infraestructuras tecnológicas. El primer paso, para ello, ha sido proporcionar los recursos digitales a los estudiantes, de manera que puedan acceder al estudio desde sus casas; además, se les ha proporcionado un apoyo económico para financiar el servicio de Internet y se han preparado materiales didácticos, en formato papel, para distribuir en las casas de los que viven en el campo y no tienen acceso a las redes.

El aspecto económico ha sido uno de los más significativos a afrontar. Como Inspectoría, se han reducido los costes educativos de las familias, a fin de llegar a los hogares más necesitados. La situación ha llevado a crear alianzas y una red de apoyo con Fundaciones y familias acomodadas, para facilitarlo a los que se encuentran en dificultades. Frente a esta crisis global, se ha atendido a la esencialidad y la optimización de los recursos.

Otro reto ha sido la formación pedagógica. La colaboración entre los equipos de docentes ha permitido la redefinición de la propuesta educativa, que ha requerido un trabajo prioritario. Se han activado diversos canales para hacer constante, asertiva y empática la comunicación entre los varios interlocutores, utilizando plataformas multimedia para los encuentros online. Cada obra educativa ha programado tiempos y modalidades para favorecer el sentido de pertenencia, el espíritu de familia, la unidad y la construcción de un horizonte de sentido, siempre compartido, que ha llevado al descubrimiento de un nuevo modo de vivir y trabajar juntos.

Y finalmente, la pastoral juvenil ha hecho todo lo posible para continuar promoviendo el crecimiento en la fe de los jóvenes y la asunción de los compromisos cívicos. La propuesta pastoral ha sido adaptada para ser utilizable a través de la web y los procesos de formación humana cristiana han sido redimensionados, buscando “iluminar” y dar un sentido al tiempo de la pandemia. El Movimiento Juvenil Salesiano y los Grupos de la Familia Salesiana han trabajado en red con el apoyo de los medios virtuales. Se han apoyado las experiencias de catequesis pre-sacramental y lanzado las campañas de solidaridad para ir al encuentro de los más necesitados.

Los desafíos ligados a la pandemia no faltan pero, a partir de esta experiencia, la Inspectoría CMM continúa en su compromiso de ofrecer a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes de las propias realidades una educación para la vida y promover un desarrollo del pensamiento reflexivo y crítico para el ejercicio de la ciudadanía, con la certeza de que la Virgen “de los tiempos difíciles” continuará guiando sus pasos.

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