Buenos Aires (Argentina). La Inspectoría argentina S. Francisco de Sales (ABA) comparte un video para hacer conocer la vida y la obra de Sor Catalina Hauret, Hija de María Auxiliadora, anticipadora de las transformaciones sociales y promotora de la educación en Argentina.

Quen era Sor Catalina Hauret?

Era una Hija de María Auxiliadora, nacida de una familia vasco-francesa el 8 de febrero de 1878 en Buenos Aires, en el área manufacturera a orillas del Riachuelo. Ingresó en el Instituto FMA en 1903, el año de la reorganización nacional.

En el 1907 emite la Profesión Religiosa y se diploma como profesora de francés. En 1927 es la Consejera escolar en la Escuela de Almagro, en Buenos Aires. En 1940 es nombrada Secretaria del naciente ente jurídico del Instituto. Desde 1954 es  Vicerrectora del Instituto del Profesorado del Consejo Superior de la Educación Católica a nivel nacional. Falleció en Buenos Aires, Almagro, el 5 de diciembre de 1964 a la edad de 86 años.

¿Cuáles eran las características de Sor Catalina?

Fue sobre todo una maestra en clase, en el escenario, en los libros, en la actuación: clara y precisa, complaciente, amada y estimada por sus estudiantes. Educadora con las alumnas, con las jóvenes que se preparaban para ser profesoras, formó a las hermanas en la responsabilidad de educadoras. Preparó a las jóvenes para la vida, no para la escuela, enseñando a mirar más allá de las apariencias y a ver lo que era mejor para cada una, de manera que pudiesen llegar a ser mujeres a la altura de poder insertarse bien en la sociedad. Ayudaba a las hermanas a ser educadoras sin ser intransigentes, para no dejar rencores en el corazón de las chicas.

Precursora de las grandes transformaciones sociales del país, sus ideas han progresado con el tiempo y se han anticipado a las reformas actuales.

Trabajó activamente en el Consejo de la Educación Católica (Consudec), y vale la pena recordar el proceso que llevó a la aprobación del Estatuto de los Profesores que, en el 1954, condujo a la introducción del sistema de subsidios estatales para las escuelas públicas. Alentó la creación de la Junta de Maestros y el periódico Consudec.

Era una mujer de gran sabiduría, se prefiguraba el futuro y lo veía con claridad. En el 1964, con el Decreto 371, se estableció el sistema de incorporación de las escuelas privadas en el sistema educativo oficial. Sor Catalina incorpora numerosas Escuelas Normales del Instituto FMA en Bahía Blanca, en Mendoza, en La Pampa, en Rosario de Santa Fe, en La Plata, en Morón, en San Justo. Dirigió también un Instituto de formación para profesores en Río Gallegos, en el sur de la Patagonia, en un lugar desierto en que sólo sus ojos atentos podían ver un futuro prometedor.

Las escuelas públicas estaban interesadas en sus directivas. Entre quienes trabajaron con ella, esta expresión se repetía a menudo: “Sor Catalina tiene todas las características para convertirse en Ministra de Educación de nuestro país”.

Trascendió las aulas, las escuelas y las fronteras nacionales. Sus palabras orientadoras y su pensamiento pedagógico han llegado a Chile y Perú, Colombia y México, Uruguay, Paraguay y Centroamérica.

Sabía educar por medio del teatro, escribía obras, o traía algunas de Francia, para las chicas. Las dirigía, porque el teatro para ella era una escuela, una formación para la vida. Escribió mucho y sobre argumentos variados. Fue hermana entre las hermanas y fue una mujer de Dios.

Se puede resumir la vida de Sor Catalina Hauret como la de una mujer con una visión educativa atenta y amplia, que supo leer la realidad y proyectarla hacia adelante, una mujer de grandes cualidades para educar y formar a jóvenes y maestros, una hermana que supo educar a las hermanas con sencillez y profundidad.

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