Chieri (Italia). Del 14 al 19 de julio de 2019, una delegación de 12 alumnos del Centro de Formación Profesional CIOFS  FP  del Intituto Santa Teresa en la Inspectoría Maria Ausiliatrice (IPI), con la profesora Nicoletta Magliacane y la Directora del Centro, sor Monica Roncari, fue a Alí Terme, una ciudad de Sicilia en la provincia de Messina, con vistas al mar, frente a Calabria.

El objetivo de esta visita era instaurar una primera relación con esta tierra que guarda los restos mortales de la chierese Maddalena Caterina Morano, hermana salesiana, muerta en olor de santidad y declarada Beata por el Papa Juan Pablo II y firmar un pacto de amistad con el Centro juvenil local para valorizar la riqueza cultural e histórica de los dos países.

Los jóvenes chiereses pudieron apreciar la claridad del mar en frente del Instituto María Auxiliadora en el cual se alojaban, el sabor de los manjares locales que gustaron, la transmisión entusiasta por parte de los ciudadanos alieses de las propias tradiciones civiles y religiosas y, sobre todo, la acogida de los Sicilianos, pueblo de corazón cálido y generoso.

Las jornadas transcurridas en Sicilia se dedicaron a visitas culturales y encuentros con la gente. El grupo de Chieri pudo gozar de los panoramas y de la historia de Fiumedinisi, de Roccalumera y de su Parque literario dedicado a Salvatore Quasimodo, de Taormina, de Savoca, pueblo considerado entre los más bellos de Italia y conjunto de la película de Francis Ford Coppola “El padrino”, así como, por supuesto, de Alí Terme. Los alumnos del CF P de Chieri pudieron, además, participar en actividades profesionales como el taller de cocina siciliana, el taller de pizzería y el taller de panificación durante el cual participaron en una lección sobre palitos de pan rubatà los niños de la escuela infantil de Alí Terme, produciendo junto a nosotros la especialidad chierese.

La tarde del 18 de julio, en presencia del Alcalde local, Carlo Agatino Giaquinta, y de la Inspectora de las Hijas de María Auxiliadora, sor Maria Pisciotta, se firmó el pacto de amistad entre el CIOFS FP de Chieri y el Oratorio de Alí Terme, el primer paso hacia un hermanamiento entre las dos ciudades. Los jóvenes chiereses ofrecieron en nombre del Alcalde de Chieri, Alessandro Sicchiero, una reproducción de la Ciudad antigua y un  platillo de peltre que representa el Arco, junto a algunas publicaciones sobre Chieri y sobre  sus ciudadanos ilustres (entre los cuales Maddalena Morano), junto a los productos del territorio, el rubatà y el vino Freisa, acompañados de una dirección del Primer Ciudadano. Una experiencia rica e inolvidable. Ahora los jóvenes chiereses esperan la visita de los amigos sicilianos, para hacer conocer y apreciar desde el punto de vista cultural, enogastronómico y espiritual, el propio país, tierra frecuentada por Santos como san Luís Gonzaga, don Bosco, el Cottolengo y, naturalmente, Maddalena Morano.

Ecos de los participantes

“Pienso que la parte mejor de todo el viaje son las personas que se encuentran, más allá de los impresionantes paisajes – dice Martina Brunero Manera, una de las participantes. ¡Lo que diferencia un buen viaje de un viaje inolvidable son las personas que conocemos por el camino, aquellas con las que compartimos emociones, tristezas, problemas, alegrías o quizá sólo una cena! De este viaje me llevo a casa el hecho de que, como Maddalena Morano, cada uno de nosotros debería dar más sin pretender siempre algo a cambio, ser más altruistas sin demasiadas condiciones ni demasiados peros.

Giada Cardili se reafirma sobre su crecimiento personal: “De esta experiencia he recibido una mayor conciencia de mí misma, he entendido que Incluso puedo mantenerme lejos de casa y arreglarme sola, he hecho mi primer viaje largo en tren y en el primer trayecto, he visitado Taormina que ha sido el lugar más bello que haya visto nunca.”

Nicoletta Magliacane, profesora, añade: “Me llevo en el corazón la tenacidad de Madre Morano que supo hacer grandes cosas partiendo de una pequeña iglesia sobre el mar y tan lejos de su tierra. Espero tener aunque sea un poco de su sabiduría educativa.”

Marika Lancini concluye: “De este viaje me llevo en el corazón la felicidad y la acogida de los niños y de las hermanas de Alí Terme, aunque sólo sea un poco. Me llevo detrás todos los hermosos lugares que hemos visitado, las historias de los diferentes países, la playa y el mar. Los momentos compartidos y todas las bellas experiencias realizadas.”

 

Beata Maddalena Morano 

Nació en Chieri el 15 de noviembre de 1847 de una familia modesta, aunque descendiente de una  casta noble

Trasladada con la familia a Buttigliera d’Asti, a los ocho años quedó huérfana del padre, se puso a trabajar en casa como tejedora, quizá uno de los pocos oficios a los que podían dedicarse las chicas de entonces.

Un pariente sacerdote la inició en el estudio dándole las primeras lecciones de gramática italiana, cuando llegó a los 14 años, el párroco local le dio el encargo de cuidar del asilo a pesar de su joven edad, y continuando los estudios obtuvo el diploma de maestra para enseñar en las escuelas elementales.

Mientras en aquella provincia se asentaba la nueva institución salesiana fundada por el dinámico sacerdote Juan Bosco, Maddalena que sentía en sí la vocación a la vida religiosa, pidió consejo a don Bosco y él la presentó a su colaborador don Juan Cagliero, quien la invitó a entrar en las Hijas de María Auxiliadora. Habiendo entrado y hecho el noviciado, el 4 de septiembre de 1879, a los 32 años, emitió la profesión religiosa.

Por su instrucción y habilidad educativa sobresalió pronto entre las hermanas, por lo cual recibió varios encargos de responsabilidad. Don Bosco la escogió para una misión que, para aquel tiempo, fue titánica: ir a Sicilia a construir una red de oratorios-talleres-escuelas para las muchachas.

El Risorgimento y la Unidad de Italia están pasando una factura muy alta en términos sociales, económicos, etc. Sicilia está en fermento, la crisis de valores y la hostilidad política hacia el clero están en el culmen. Una mujer, una piamontesa, ha sido mandada, prácticamente sola, a desarrollar su apostolado: el clima inicial difícilmente puede ser más hostil. Pero los títulos necesarios de estudio reconocidos por el gobierno dan a madre Morano la seguridad: sus escuelas serán reconocidas. La gran intuición de esta mujer se demostrará en el diálogo con el universo femenino siciliano solamente por medio de las armas de la plegaria, del trabajo, de la consagración al bienestar de los niños. De las niñas a las madres, de las madres a las familias, de las familias a la comunidad entera.

Su actividad resultó prodigiosa y sorprendente, en 26 años fundó 19 casas, 12 oratorios, 6 escuelas, 5 asilos, 11 talleres, 4 internados, 3 escuelas de religión, suscitando la admiración de todos, comprendidas las autoridades y jerarquías eclesiásticas. Se decía de ella: “Es una gran mujer, es una mujer extraordinaria.”

Sor Morano tenía una ininterrumpida unión con Dios, un deseo de santidad y una voluntad de acción inmensa. Murió en Catania el 26 de marzo de 1908 a los 61 años.

Apóstol salesiana de Sicilia fue beatificada en Catania el 5 de noviembre de 1994 por el Papa Juan Pablo II.

Sus restos mortales descansan en Alí Terme, su “patria del corazón”.

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