Roma (Italia). El 15 de noviembre de 2023 se celebra la memoria litúrgica de la Beata Maddalena Caterina Morano (1847-1908), FMA su historia está ligada al Piamonte, donde vivió hasta 1881, y a Sicilia, donde fue artífice del desarrollo del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Después de casi 27 años en Sicilia, Sor Magdalena deja 19 casas, 12 oratorios, 6 escuelas, 5 guarderías, 4 internados, 3 escuelas de religión, 142 hermanas, 20 novicias 9 postulantes. Cuando llegó había encontrado 2 casas, 7 hermanas, 2 novicias. Se trata de números que sorprenden y que, contextualizados en el programa de vida de la beata, asumen un específico significado.

Entre sus notas, escritas al final de los ejercicios espirituales que precedieron a su primera profesión, se lee: “1. Sed toda de Dios por amor … y del prójimo por caridad. 2. El S. Corazón de Jesús quiere que viváis despojada de todo lo que no es Dios, porque solo él quiere ser vuestro amigo, vuestro apoyo, vuestro placer. 3. Desterrad toda reflexión de amor propio, toda búsqueda de sí misma: esto forma un obstáculo a las obras de la gracia en vuestra alma. 4. Tened en paz vuestra alma sin preocuparos por vuestros defectos, que sirven según los designios de Dios para mantener en vosotros el amor a vuestra pobreza… Si sube la alta montaña de la perfección con la constante mortificación: no tienes necesidad de darte penitencias particulares: está atenta a sufrir de buen grado las mortificaciones que necesariamente trae consigo la vida religiosa y expiarás no solo tus pecados, llegarás además a la perfección. También las casas altas están hechas de pequeñas piedras superpuestas unas a otras” (Sor Magdalena Morano, memorias recogidas por el Sac. Domenico Garneri, 1923).

Más allá del lenguaje del ochocientos, en estos propósitos encontramos el secreto de la fecundidad apostólica de la Madre Morano: la entrega completa a Dios y a los demás y la gratuidad. Estos rasgos caracterizaron toda la vida de Magdalena. Tenía solo 14 años cuando el preboste de Buttigliera d’Asti le confió la guardería. El biógrafo anota: “Magdalena se dedicó enteramente al bien de aquellas almas: tal era el afecto de las muchachas por su maestra que, viéndola pasar por la calle la rodeaban enseguida y la acompañaban en sus paseos deseosas de estar siempre a su lado”.

Aunque deseaba consagrarse a Dios, esperó hasta que pudo darle a su madre, que había quedado viuda, la seguridad de una pequeña casita.

Entre mil tareas, sobre todo cuando las obras se hicieron más estructuradas y demandantes, las hermanas enfermas fueron siempre la preocupación de su gran corazón. A una enfermera le decía: “Te encomiendo: trata bien a las enfermas, sírvelas con solicitud, compadécelas siempre, no las hagas sufrir nunca, haciéndote ver aburrida de sus quejas [lamentos], no las juzgues nunca exigentes”.

Otro testimonio, reportado en el Summarium historicum addictionale, señala que “Cuando llegaba a saber de la enfermedad de alguna hermana olvidaba sus otras ocupaciones como si no tuviera nada que hacer, se dedicaba a encontrar los medios adecuados para restituirla en salud”. No perdía la ocasión para ofrecer acompañamiento a las hermanas y a las muchachas y así no dejaba de escribir personalmente cartas de respuesta.

Atenta a todo y a todos, cuidaba la formación pedagógica de las hermanas. Cuando era Directora en Trecastagni, entre 1881 y 1885, “casi cada semana sor Morano solía reunir a las hermanas en la pequeña sacristía del Conservatorio para las conferencias pedagógicas y religiosas. Le preocupaba que las hermanas progresaran siempre en el difícil arte de educar y más aún en su perfección religiosa. … era franca al señalar los defectos de carácter, de método en que solían caer sus hermanas, era práctica al indicar los medios más convenientes [adecuados] para corregirse y beneficiarse”.

A menudo nos preguntamos por qué iniciativas y actividades tan cuidadosamente organizadas no dejan huella en la vida de las personas. Magdalena Morano ha sabido elegir el camino de unificación en el don de sí, pero también de la síntesis integral entre fe y vida. Fiel intérprete del espíritu de Don Bosco, “comprendió que la alegría no es solo una virtud, sino también una fuerza en la vida”. Prosigue el biógrafo: “se manifestaba como una de esas almas privilegiadas que en el mundo tienen el don de ‘encontrar por doquier alegría y dejarla a los demás al marcharse’: su actividad fue por tanto una continua irradiación de santa alegría”.

Acompañar, educar mirando la totalidad de la persona a partir de una gratuidad y de una dedicación totales, liberándose progresivamente, pero cuidadosamente de cada segundo fin… Esto enseñan los santos, esto puede hacer, que hoy, la educación sea el lugar desde donde se realice la paz.

2 COMENTARIOS

  1. Madre Morano, sei una luce x noi, perché con coraggiosa audacia hai aperto la via dell’Evangelizzazione ai catechisti nel difficile tempo in cui sei vissuta. Oggi prega x noi! GRAZIE!

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