Roma (Italia). El 3 y el 4 de mayo de 2022 sor Ruth del Pilar Mora, Consejera del Ámbito de las Misiones del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, con las Colaboradoras del Ámbito, convocó y reunió, en la modalidad online, a las Coordinadoras inspectoriales de la Misión ad gentes de Asia, Oceanía, África (el 3 de mayo) y de América y Europa (el 4 de mayo). En el encuentro participaron cerca de 50 Coordinadoras.
En el saludo inicial, la Consejera para las Misiones destacó que el primer servicio requerido por Dios es ser y caminar, para ser iglesia en salida, como el tiempo de Pascua sugiere: ser mujeres que han escuchado, encontrado y anuncian al Resucitado. “Ser ‘mujeres del delantal’, que entre los escombros sepan encontrar formas de construir y avanzar con resiliencia, franqueza y audacia misionera”.
La finalidad del encuentro era comprender a fondo el significado y el compromiso de la Coordinadora inspectorial de la Misión ad gentes. El Ámbito presentó los puntos esenciales del Vademecum del perfil de la Coordinadora de la Misión ad gentes, redactado en el sexenio 2014-2020, indicando cómo la presencia de una Coordinadora para la misión ad gentes – FMA o laico/a comprometido/a en la Inspectoría y dentro del Equipo inspectorial – contribuya a hacer emerger en todos los Ámbitos la dimensión misionera del Instituto, despertando el espíritu misionero en las Comunidades Educativas.
La Coordinadora de las Misiones ad gentes tiene un corazón misionero y la tarea de revitalizar el fuego del Da mihi animas cetera tolle y de la consigna A ti te las confío, es decir, la pasión misionera, en el corazón de cada FMA, de cada persona con quien se encuentra, con la atención a los grandes desafíos contemporáneos: la movilidad humana, el fenómeno migratorio, el diálogo interreligioso y ecuménico, la interculturalidad, la educación al mundo, la ecología integral, el voluntariado juvenil misionero.
Como exhorta el Papa Francisco: “La misión […] no es una parte de mi vida, o un ornamento que me puedo quitar, no es un apéndice, o un momento entre los muchos de la existencia. Es algo que no puedo erradicar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta tierra, y por esto me encuentro en este mundo. Debemos reconocernos marcados por esta misión de iluminar, bendecir, animar, elevar, sanar, liberar” (Cfr Evangelii Gaudium, n. 273). “La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo” (EG n. 268).
Sor Ruth y las Colaboradoras del Ámbito solicitaron a las Coordinadoras participantes hacer red con todas las realidades misioneras – con las Obras Pontificias y Uniones Misioneras (POM, PUM), con las Fundaciones, las Instituciones y las Asociaciones comprometidas en el diálogo interreligioso y ecuménico y en la cooperación misionera, etc… – presentes en las Diócesis, en las Naciones, en los diversos Continentes, interactuando y socializando las buenas prácticas, y con ellas el gran bien que en todas partes, en el mundo y en las realidades misioneras de las Hijas de María Auxiliadora, se realiza.
Los encuentros estuvieron amenizados por la presencia activa, comprometida y apasionada de las hermanas que hicieron de la misión ad gentes, del anuncio de Jesús hasta los confines de la Tierra, la principal motivación para su elección vocacional.
Sor Ruth, en la conclusión, citó la Circular n. 1017 de Madre Cazzuola, que anima “a vivir las celebraciones del 150º aniversario de la Fundación del Instituto, uniéndonos al deseo de ir adelante con corazón grande y generoso (cfr C 47; 12), come nos pide Madre Mazzarello”.
