Roma (Italia). El 14 de julio de 2019, en el Noviciado de Castel Gandolfo, un grupo de hermanas de la Inspectoría “S. Giovanni Bosco” (IRO) celebraron 50 y 60 años de Profesión Religiosa. Una jornada rica de recuerdos, de emociones, de interioridad: una jornada “bella”, al estilo salesiano, en una naturaleza maravillosa.
Con sor Ángela Maria y sor Gabriella nos encontramos a sor Luisa, sor Agnese y sor Giovanna de los “60” y a sor Laura, sor Franca, sor Albina, sor Caterina y sor Cecilia de los “50”.
A la llegada, la cordialidad de las novicias que acogen como si te conocieran de siempre y luego sor Teresa – la Maestra, sor Maria, sor Zofia, sor Elena que te hacen sentir en seguida de casa, nos acompañaron a dar una vuelta y explorar el “propio” noviciado, ahora muy cambiado…
En la capilla nos encontramos para la Celebración Eucarística, que fue sencilla, pero solemne: la procesión de entrada inició la ceremonia y los cantos ayudaban a la plegaria litúrgica.
Don Francesco Marcoccio, SDB, que presidió la celebración, se atuvo a los textos de la escritura del día, aplicándolos a la circunstancia y subrayando la belleza de una vida según el carisma salesiano. Y concluyó: “¡El Señor, para cada nuestro pequeño ”sí”, fiel a su promesa, da el ciento por uno!
Cuando después de la homilía se renovaron los Votos, la emoción fue grande. ¿Cómo no recordar la primera vez que con alegría y emoción fue pronunciada la fórmula que definía la vida como “propiedad” de Dios? ¡Cuántos recuerdos en aquella capilla! Los encuentros “tú a tú” con el Señor de nuestra vida, los confesores de “aquellos” tiempos, que nos guiaron y trazaron un camino en el cual la fidelidad de Dios siempre nos ha sostenido y guiado…
Después el almuerzo, “¡de bodas!” y el regalo de sor Angela Maria para cada una. Todo preparado con gran delicadeza y elegancia. Nos encontramos en la sala de comunidad para vivir un momento de alegría y fraternidad. Carmen y Helga animaron el juego “Memory”, interrumpido con recuerdos de vida de “nuestros tiempos” que hoy suscitan hilaridad y casi incredulidad!
Por la tarde fuimos a “S. Rosa” para el encuentro con la Madre y las Consejeras. Todas acogieron festivamente a las hermanas y cuando llegó la Madre la conversación se hizo aún más animada. La Madre subrayó el sentido de gratitud y de alegría que caracteriza este aniversario. Un aniversario que debe hacernos felices de haber gastado la vida por Dios y por los jóvenes que hemos encontrado durante estos años; pero, continuó la Madre, la respuesta es de cada día, es personal, y, cuanto más generosa, más alegría nos da! En definitiva, nos proporciona una vida feliz!
Una jornada para volver a encender el fuego de la alegría, de la fraternidad, del seguimiento fiel a Cristo.