Tam Ha (Vietnam). El 31 de diciembre de 2021 y el 1° enero de 2022 en Tam Ha, en la sede de la Inspectoría María Auxiliadora (VTN) se llevó a cabo el encuentro anual de las jóvenes en formación y de las niñas en búsqueda vocacional, organizado por el Equipo para la Formación de la Inspectoría.
En el encuentro estaban presentes la Inspectora sor Maria Hoang Thi Thu Ha, las Animadoras de las Comunidades, las FMA del Equipo inspectorial de la Formación, algunas FMA, las Novicias, las Postulantes, las jóvenes del Período de Verífica y Orientación, las pre-aspirantes y algunas adolescentes. Las Comunidades FMA de la Inspectoría participaron en el evento a través de una plataforma multimedia y social.
Con ocasión del 150º aniversario de la Fundación del Instituto FMA (1872-2022), en el contexto actual de la pandemia de la Covid-19 y de la invitación a asumir el compromiso ecológico, el tema profundizado en el encuentro – “Fe, Caridad, Esperanza y Solidaridad” – tenía el objetivo de cultivar y de hacer brillar estas virtudes teologales en las jóvenes que están entrando en la vida religiosa, en solidaridad con sus hermanos y hermanas.
Después de la acogida al estilo salesiano, la Inspectora presentó las jornadas, invitando a las participantes a abrir el corazón a los mensajes y a los valores que serían compartidos. Por la tarde, tuvieron una exhibición de cantos marianos con el título “María, Madre mía”, seguida por las jóvenes en pequeños grupos, como signo de afecto a María. La última jornada del 2021 concluyó con un momento de plegaria sobre el tema ”el monumento vivo de ayer y de hoy”, en que FMA y jóvenes hicieron experiencia de la santidad del Carisma del Instituto FMA, monumento vivo de la gratitud de Don Bosco a María Auxiliadora.
El 1º de enero de 2022, la jornada se abrió con la celebración de la S. Misa en la Solemnidad de María, Madre de Dios, y la oración por la paz. Las jóvenes participantes expresaron a la Inspectora, a las Directoras y a todas las FMA su augurio gozoso. Sor Maria auguró a todas “tener a Dios con ellas en este año 2022, decir buenas palabras para ayudar a los otros a levantarse y a recuperarse llenos de vida, a enriquecerse de bienes espirituales y a saber compartirlos con los demás”. Además, para profundizar la identidad mariana, habló de “María, la Iniciadora de nuestro Instituto”.
A continuación, sor Anna Thanh Huyen compartió una reflexión sobre los temas relativos al ambiente, invitando a las jóvenes a adquirir una mayor consciencia del cuidado de la Casa común. Después de haber escuchado la presentación, participaron en un juego sobre el ambiente, conducido por las FMA del Equipo organizador a través de plataformas multimedia, para interiorizar mejor los contenidos.
El tema del encuentro fue al final profundizado a través de las palabras de tres jóvenes testigos que durante los momentos más críticos de la pandemia de la Covid-19 en Vietnam vivieron su fe en Dios y ayudaron a los otros con caridad cristiana. Para llevar lo escuchado a la experiencia cotidiana, las FMA del Equipo presentaron diversos proyectos comunitarios con ideas prácticas para educar a los/las jóvenes a contribuir en la preservación de la Casa común.
El encuentro de dos días concluyó con las palabras de sor Teresa Doan Trang, Responsable de la Formación, que ayudó a las participantes a hacer síntesis de las aportaciones recibidas, para ayudarlas en la propia vida. Las jóvenes en formación y las adolescentes expresaron gratitud por todo lo vivido. Así se expresaron las Novicias:
“El tema “Fe, Amor, Esperanza, Solidaridad” nos ha abierto al deseo de vivir de modo más ecológico y auténticamente en comunión con las diferentes formas de pobreza. Como jóvenes que reciben mucho del Instituto FMA, se nos pide comprometernos por el bien de la Comunidad, del planeta y de la realidad en que vivimos. Con pequeñas acciones podemos contribuir a mantener el ambiente más limpio y sostenible. Además, los testimonios de jóvenes comprometidos en servicios de caridad durante la pandemia han alimentado en nosotras la pasión por la misión de servir a los jóvenes pobres y abandonados.
Cada una de nosotras ha sentido la presencia dinámica de María, Madre del Instituto y de nuestras vocaciones. Arrodillémonos ante Ella en los últimos instantes del año, no hemos sentido profundamente agradecidas por su protección materna a lo largo de la historia del Instituto, de la Inspectoría y de cada una de nosotras. Esta experiencia ha suscitado en nosotras el deseo de prepararnos en el día a día con un mayor sentido de responsabilidad, para ser un monumento vivo de gratitud a la Virgen”.