Roma (Italia). “Id alegres, libres y disponibles a llevar el anuncio gozoso de la Palabra del Señor”. Éste ha sido el augurio de la Madre General, Madre Yvonne Reungoat, a las Neomisioneras que han de partir para las tierras a las que el Señor las ha enviado.

Son 12 las FMA misioneras ad gentes, provenientes de 11 Inspectorías y de 3 Continentes, enviadas a las diversas Inspectorías y Regiones (AES, IPI, SPR, SEC, ANT, ABB, ANG, AFO, SLK, BCB, FRB (Tunicia). Como San Pablo han sido llamadas a anunciar la Buena Noticia en fidelidad al mandato misionero, “elemento esencial de la identidad del Instituto y expresión de su universalidad, presente en nuestra historia desde los orígenes” (Cfr. C. 75).

La Madre les ha dicho: “Un misionero, una misionera es una enviada. No se manda nunca una a sí misma. Enviada para testimoniar, anunciar, comunicar, compartir esta experiencia del amor de Dios en vuestra vida. ¡Es Importante, pues, que esta experiencia del amor de Dios sea profunda!

Vosotras no vais a hacer oratorio, escuela, actividades varias… Es verdad que esto lo haréis también, pero vosotras vais para manifestar con vuestra vida el amor de Dios por el pueblo al cual sois enviadas, a los jóvenes, a las familias, a los niños… Para ser este signo visible de Su amor.

Es importante siempre recordarlo; sentiros, cada día, escogidas, llamadas, enviadas a esta realidad concreta que será la que encontraréis; con aquella comunidad y con aquel pueblo; allí, ser portadoras del amor del Señor”.

Misioneras de esperanza y de alegría: las palabras que resuenan en sus corazones, un compromiso a testimoniar los valores propios de la identidad salesiana, en el Encuentro que es la fuente de la que brota el Amor que revitaliza la pasión por Dios y por los jóvenes e invita a “salir” e ir a las periferias.

En estos días, mientras algunas misioneras están partiendo a los lugares de destino, otras por el aprendizaje de la lengua, las primeras Neomisioneras para el 2018-2019, son acogidas en la Casa generalicia FMA en Roma. Serán 9 las que comenzarán el camino de preparación y formación, provenientes de 9 Naciones y de dos Continentes: Asia y América latina.

María nos empuja, hoy, a ser audaces, a no tener miedo de abrir las puertas, a vivir la experiencia del éxodo, a ponerse de viaje. Ella fue la primera a ir a Ain Karim y respondió a una necesidad concreta; Ella, la primera evangelizada y la primera evangelizadora.

Como María, las misioneras y Neomisioneras son llamadas a llevar a Jesús, ofreciendo su servicio, trayendo alegría y haciendo experimentar el amor.

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