Roma (Italia). El 17 de abril de 2022, Domingo de Pascua, el Señor de la Vida introdujo en la Pascua que no tendrá fin a la queridísima Sor Lorenzina Colosi, Hija de María Auxiliadora de la Inspectoría S. Giovanni Bosco (IRO)-

Nacida en Vitorchiano (VT) el 18 de octubre de 1928, Sor Lorenzina emite la Primera Profesión en el Instituto FMA el 5 de agosto de 1947. Vivió en plena donación a los jóvenes, en especial en el precioso servicio de la catequesis. Desde 1958 inicia su servicio como colaboradora de la Oficina Catequística de Roma y lo acaba después de haber sido su Directora del 2002 al 2008.

La vida de Sor Lorenzina puede ser definida como una larga aventura al servicio del anuncio de Jesús a los jóvenes más pobres, al estilo del Sistema Preventivo de San Juan Bosco. Valiente y apasionada, desde joven religiosa hizo de la catequesis su misión principal. En la Comunidad  Gesù Nazareno de Via Dalmazia, en la que era profesora de materias científicas y de religión en la Escuela, se ocupaba también de las “chiquillas del Vicolo de la Fontana”, que tenían menos posibilidades y recursos, y a las cuales dedicaba tiempo y energías para que, descubriendo el amor de Cristo, pudiesen encontrar la fuerza para redimir la propia existencia.

Entre las numerosas tareas que le fueron confiadas, no se puede ignorar la iniciativa de formación de catequistas entre las alumnas del Instituto  de Via Dalmazia. En los suburbios de la ciudad de Roma, sor Lorenzina y otras FMA, con muchos “jóvenes para los jóvenes” llegaron a los que, quizá, a la parroquia nunca su hubieran acercado, para impartirles catecismo.

Sor Lorenzina promovía no sólo la formación catequística, sino también la teológica y pastoral: no bastaba que los jóvenes tuviesen nociones e informaciones, hacía falta que hicieran experiencia de ello y encontrasen a Jesús en profundidad.

Incansable y apreciado fue su compromiso eclesial: un servicio competente, humilde, tenaz y apasionado, que la ha llevado a contactar con Papas y Obispos y la ha hecho afrontar  situaciones no siempre fáciles. Amaba a la Iglesia y deseaba que el Instituto y todas las FMA viviesen la propia vocación y misión con un aliento eclesial y misionero. Por esto, la última parte de su compromiso en la Diócesis de Roma fue dedicada al Servicio para el Catecumenado y la iniciación de los adultos, incluidos los inmigrantes.

Sor Lorenzina colaboró también con la Unión de las Superiores Mayores de Italia (USMI), en la organización y en la conducción de cursos para catequistas. Estudiaba todos los documentos de la Iglesia sobre la catequesis, comprometiéndose después a transmitir el contenido hasta el final: dio conferencias a las novicias hasta unos pocos meses antes de su muerte.

No le gustaba hablar de sí misma, a menos que atisbara algo positivo en ello: valentía, exhortación, invitación a experimentar horizontes nuevos. Leía todo los que le llegaba del Instituto FMA con mente lúcida, crítica, pronta a manifestar su parecer de manera clara y contundente. Mujer de gran cultura, se lamentaba al constatar la escasa solidez en la preparación de los que deberían anunciar a Jesús.

Al difundirse la noticia de su muerte, son muchas las expresiones de agradecimiento. Escribe una joven FMA:

“Nos dejas el ejemplo de una vida plena porque se despoja de lo superfluo y se llena de lo Esencial. Verdadera amante del Instituto, salesiana toda entera, has hecho de la oración tu vida concreta. Con lenguaje sencillo has llegado a una multitud de jóvenes, para cada uno de los cuales has buscado una sola cosa: que su corazón sea alcanzado por el amor de Jesús”.

“Sor Lorenzina ha sido un precioso don para la iglesia de Roma, por los años al Servicio de la catequesis en la Diócesis. Recuerdo de joven catequista, mi párroco me mandó hablar con ella para renovar la catequesis en nuestra comunidad. Me recibió en su despacho en el Vicariato, me dedicó mucho tiempo y, sobre todo, me dio muchos consejos. Estaba siempre atenta, disponible y sonriente. De aquel encuentro nació una preciosa colaboración que ha durado algunos años. Sor Lorenzina tenía un profundo conocimiento de la catequesis, no sólo teórico, sino que sabía ponerlo en práctica. Amaba profundamente a Don Bosco y a los jóvenes”, dice de ella un catequista, Profesor en la Universidad Pontificia Salesiana (UPS) de Roma.

El Cardinal Angelo De Donatis, Vicario General de Su Santidad para la Diócesis de Roma, y el Consejo Episcopal de la Diócesis se unen al Instituto FMA al agradecer el don de la vida de Sor Lorenzina y por su precioso servicio en la Oficina Catequística y Servicio para el Catecumenado del Vicariato de Roma y aseguran oraciones de sufragio para que el Señor le conceda el premio de la vida eterna.

Los funerales se celebrarán el 19 de abril de 2022 a las 10:00h en la Basílica de San Juan de Letrán en Roma. Presidirá la función Su Eminencia Card. Vicario Angelo De Donatis.

1 COMENTARIO

  1. Sono grata al Signore per aver avuto sr. Lorenzina come preziosa insegnante a via Dalmazia e come guida nella catechesi da Lei appresa e messa in pratica nella periferia di Roma. Ha accompagnato la mia famiglia in ogni momento di vita, gioioso e doloroso con le sue parole di profonda fede e di delicata comprensione umana. Donna di grande cultura e sapienza non faceva sfoggio di queste doti, ma piuttosto cercava di far crescere in conoscenza e saggezza chi la incontrava. Rimarrà nel mio cuore un dolce ricordo del suo sorriso e della sua voce argentina.

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