Roma (Italia).  El 12 de mayo de 2020, en la vigilia de la Solemnidad de Santa Maria Domenica Mazzarello, Madre Yvonne Reungoat, Superiora General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), envía un mensaje a las FMA, jóvenes y Familia Salesiana.

“A todas vosotras, queridas hermanas, a todos los jóvenes, a todas las jóvenes, al gran número de ExAlumnas/os, a todas las personas que comparten nuestra misión, a los miembros de los distintos grupos de la Familia salesiana, a tantos amigos y familiares que son parte de la gran red a la que el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora está conectado, deseo una

¡Buena Fiesta de Madre Mazzarello!

Celebramos esta fiesta con alegría siempre, pero especialmente este año, en que estamos iniciando la preparación de la celebración de los 150 años de la fundación del Instituto. ¡La situación inédita que estamos viviendo con motivo del bloqueo, lockdown, no nos impide sentirnos en profunda comunión al rendir gracias al Señor por la santidad de Maria Domenica!  La sentimos viva y activa en nuestras comunidades, en nuestra vida, pronta a apoyarnos, a alentarnos, a sugerirnos que seamos  creativas.

Es la Fiesta de Madre Mazzarello del primero de los tres años de preparación a la celebración del 150º aniversario del nacimiento de nuestro Instituto.
Escribía en la circular 989: “Como signo de comunión proponemos, para este año impregnado de agradecimiento, vivir con especial solemnidad la fiesta de S. Maria D. Mazzarello con una precisa y atractiva preparación y dejando fluir la gratitud por el don de su santidad y por la actualidad de la misión salesiana en el mundo”.

Las circunstancias nos han llevado a buscar modalidades nuevas, lo mismo en la preparación que en la celebración de esta solemnidad, pero estoy segura de que cada comunidad podría explicar experiencias bellísimas de encuentro con la Fundadora, de conversión profunda, de acogida gozosa y renovada del carisma; como estoy también segura de que mañana sabréis saturar de agradecimiento la celebración.

Os confieso que en estos meses me ha hecho mucha impresión pensar que la mayor parte de nuestras casas hayan quedado silenciosas, que hayan tenido que interrumpir muchas actividades o adaptarlas para poder asegurar “a distancia”, que la misma vida de la comunidad religiosa está marcada por la necesidad del distanciamiento físico, de las preocupaciones por la salud en el interior y en el exterior, en las familias, entre los destinatarios de nuestra acción pastoral, entre nuestros colaboradores, de un cambio de ritmos y de compromisos. Han permanecido en casa las/los jóvenes que no tienen otra casa, que sienten ésta como su única casa!

Pero estoy también impresionada positivamente por la gran creatividad para llegar a las/los jóvenes, las familias, las personas que tienen necesidad. Hemos abierto caminos nuevos a los que no pensábamos ser capaces de entrar. La solidaridad se ha multiplicado. La fe se ha consolidado dando espacio a la oración, al encuentro con el Señor. La Resurrección de Jesús ha venido a iluminar el camino y darnos de nuevo la alegría. Maria Domenica hoy pregunta a cada una y cada uno de nosotros: ”¿estás alegre?”

La experiencia de las epidemias en Maria Domenica

Para la gran mayoría de nosotros la realidad de una epidemia es una condición nueva, tanto más desde el momento que se manifiesta en la forma de la pandemia, pero Maria Domenica conocía desde pequeña las consecuencias de las epidemias: sus padres habían acogido como hija a otra Maria Domenica, una niña pequeña que era prima de ellos, que el cólera en el 1835 se había llevado a sus padres;  los habitantes de su aldea estaban construyendo la iglesita de los santos Stefano y Lorenzo y de María Auxiliadora en agradecimiento a la protección recibida en aquella misma ocasión. Pero después hizo experiencia de una epidemia en su misma persona: fue el momento de la oblación total en la caridad y en la obediencia: “Don Pestarino, si usted quiere, yo voy. Pero estoy segura de coger el mal”. Pero, al mismo  tiempo, sin que pudiese ni siquiera imaginarlo, fue una elección determinante para su vida y… para nosotras, para el Instituto que nacería después de varios años.

Lo que podía parecer un fracaso, que llevaba consigo el derrumbe de los proyectos y esperanzas, se reveló, en cambio, en el tiempo, como la llave para acceder a un designio de Dios providencial e impensable.

El principio de todo…

Lo que podía parecer el fin de todo era, en cambio, el principio de todo.
Dios no la quería sólo campesina, comprometida en su parroquia, disponible a hacer de catequista también a las mamás, sino apóstol del mundo juvenil femenino, por medio de la educación cristiana.
Pero de pronto no estaba para ella todo claro, sino todo lo contrario.
De la plegaria “Señor, si en vuestra bondad queréis concederme aún algunos años de vida, haced que los transcurra ignorada de todos y, menos de vos, de todos olvidada”, a la visión de Borgo Alto, a la decisión de aprender a ser costurera para recoger y educar cristianamente a las niñas del pueblo, hay todo un recorrido de docilidad al Espíritu, que le hace ver lo que Dios quiere de ella, que estimula su capacidad de mirar a su entorno, de ver las necesidades y de proyectar respuestas… pero siempre con la mirada del corazón a Dios solo.

A ti te las confío…, aún hoy

Esto es para nosotras una gran sugerencia en este tiempo, en que todas nuestras casas no resuenan, como de costumbre, llenas de voces juveniles; tiempo en que estamos inventando modos nuevos de llegar, animar, educar a niños y adolescentes, de implicar a las/los jóvenes en esta misión.
¿Qué nos están pidiendo el Señor y María Auxiliadora?¿Qué rostro debe asumir nuestra misión ahora y cuándo volveremos a encontrarnos físicamente? ¿Qué quieren que cambie en nuestra vida y en nuestro afianzar la vida que crece?
Sabemos sólo una cosa con certeza: que la llamada de la Virgen, “A ti te las confío”, continúa resonando en nuestro corazón como individuos y como comunidad; como comunidad religiosa y como comunidad educativa; como Instituto. Está en nosotras, en sinodalidad, buscar qué significa, en este 2020, y responder.

Éste es un camino que se inserta en esta última fase de preparación al Capítulo General XXIV. Ser “comunidades generativas de vida” es saber suscitar vida allí donde parece que haya sólo muerte, esperanza donde la tentación es refutar también la posibilidad de soñar un futuro mejor, confianza allí donde la desconfianza está en peligro de tomar el control.

Despertar la frescura vocacional de los orígenes es ayudar a abrir nuestros corazones y oídos a las apelaciones que nos llegan de todas partes y nos piden saber “inventar las herramientas” para responder a ellas; dar un giro decisivo a las elecciones para ponerse al servicio de quien tiene necesidad.

Un evento de gracia

En este tiempo me he dicho muchas veces que también la pandemia, con todas las  limitaciones que está comportando, es un evento de gracia, que viene a sacudirnos de nuestras seguridades y a invitarnos a una mirada nueva de la realidad y del carisma.

A Maria Domenica le pidió la transición de lo que podía parecerle como una vida rota a una maternidad tan grande como el mundo; una maternidad que comenzó en ella, pero continúa en cada una de nosotras, a través de casi 150 años de vida del Instituto.

Una maternidad que va asumiendo el rostro, la lengua, las expectativas, los sueños de cada pueblo y de cada joven.

Os dejo una tarea para este 13 de mayo de 2020: interroguemos a Maria Domenica para que nos indique, como FMA individuales, como comunidad, como comunidades educativas, como jóvenes, como familias, el camino que se nos abre, el rostro para el hoy, los cambios que estamos llamadas a realizar para ser “transparencia del amor de Dios y reflejo de la bondad materna de María” (C 14), en lo concreto de la sociedad en que nos encontraremos viviendo en los próximos meses, cuando el contagio habrá cesado, pero tendrán que ser reparados muchos fallos materiales y espirituales, morales y sociales que habrá producido y tendrán que crecer las aperturas y prospectivas de bien que se habrán desarrollado.

Os deseo una fiesta vivida en intimidad dialogante con Maria Domenica, nuestra Fundadora, en docilidad gozosa a lo que El nos sugiera, en comunión profunda entre nosotros, con nuestros jóvenes, que aunque estén físicamente alejados son siempre vecinos porque habitan en nuestro corazón, con todos aquellos que frecuentan habitualmente nuestras casas y colaboran con nosotros en la misión.

¡Que Maria Domenica nos acompañe y nos haga sentir su maternidad fuerte y preventiva, nos haga capaces de su misma donación a Dios y a los jóvenes, a las hermanas y a todos cuantos encontremos cada día. Y pida a Jesús que llene nuestro corazón de Su alegría!

¡Buena fiesta!

Roma, de 12 mayo 2020                                                                            

Sor Yvonne Reungoat
Superiora General del Instituto FMA»

 

 

19 COMENTARIOS

  1. Gracias, Madre Yvonne, tus palabras de aliento y el ejemplo de nuestra santa Madre nos impulsan a vivir con fe, confianza y creatividad este tiempo tan especial y a continuar cuidando de nuestr@s jóvenes, adolesccentes y niñ@s a través de la oración y mil iniciativas más.

  2. Gracias, Madre Yvonne, tus palabras de aliento y el ejemplo de nuestra santa Madre nos impulsan a vivir con fe, confianza y creatividad este tiempo tan especial y a continuar cuidando de nuestr@s jóvenes, adolesccentes y niñ@s a través de la oración y mil iniciativas más.

  3. Viva Jesús querida Madre! Hermoso tu saludo y la reflexión que nos ayudaste a realizar con la carta que nos escribiste. Al mismo tiempo genera mucha alegría poder recibir los saludos de la Madre. Te recordamos con mucho cariño, rezamos por tí y tu misión. Cariños desde Paraguay.

  4. Viva Jesús querida Madre! Hermoso tu saludo y la reflexión que nos ayudaste a realizar con la carta que nos escribiste. Al mismo tiempo genera mucha alegría poder recibir los saludos de la Madre. Te recordamos con mucho cariño, rezamos por tí y tu misión. Cariños desde Paraguay.

  5. Viva Jesús querida Madre! Hermoso tu saludo y la reflexión que nos ayudaste a realizar con la carta que nos escribiste. Al mismo tiempo genera mucha alegría poder recibir los saludos de la Madre. Te recordamos con mucho cariño, rezamos por tí y tu misión. Cariños desde Paraguay.

  6. Viva Jesús querida Madre! Hermoso tu saludo y la reflexión que nos ayudaste a realizar con la carta que nos escribiste. Al mismo tiempo genera mucha alegría poder recibir los saludos de la Madre. Te recordamos con mucho cariño, rezamos por tí y tu misión. Cariños desde Paraguay.

  7. Viva Gesu, Madre Yvonne! Happy feast of St Mary Mazzarello! Thanks for your very inspiring message for all of us. We renew our commitment to the Lord and thank Him for this beautiful gift of our religious Salesian vocation. As we begin this 3-year preparation for our 150th anniversary, we recall with love and gratitude Mother Mazzarello and our first Sisters, whose humble and joyful beginnings led us to where and what we are today in the heart of the universal church. Happy feast day! – from DBS FMA and Educating Community

  8. Viva Gesu, Madre Yvonne! Happy feast of St Mary Mazzarello! Thanks for your very inspiring message for all of us. We renew our commitment to the Lord and thank Him for this beautiful gift of our religious Salesian vocation. As we begin this 3-year preparation for our 150th anniversary, we recall with love and gratitude Mother Mazzarello and our first Sisters, whose humble and joyful beginnings led us to where and what we are today in the heart of the universal church. Happy feast day! – from DBS FMA and Educating Community

  9. Viva Jesús…Viva María!!
    Gracias Madre Yvonne!! Siempre tan sabia en sus palabras.
    Justamente el período de cólera que vivió nuestra Maín es el referente para nosotras FMA hoy y experimentar en algo lo que fue su experiencia. Las comunicaciones, los adelantos médicos y científicos nos separan del cólera mornesino, pero no así los sentimientos de inseguridad e incertidumbre. Por lo tanto vivir el presente, el mindfulnes nos invita al abandono constante y conciente en el Señor.
    Linda fiesta de esta mujer sencilla, austera, alegre y fuerte porque confía en Dios y a quien yo, personalmente admiro y quiero.
    Dios nos bendiga a todas y la Auxiliadora nos siga acompañando…

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