Roma (Italia). El 2 de febrero de 2022, en la Fiesta de la Presentación del Señor, se celebra la 26ª Jorrnada para la Vida consagrada.

Instituida por San Juan Pablo II en 1997, la Jornada es ocasión para celebrar y agradecer el don de la vida consagrada, renovando los propósitos y los sentimientos que inspiraron la entrega al Señor, y para valorizar el testimonio de los que han escogido seguir a Cristo más de cerca, mediante la práctica de los consejos evangélicos.

El Cardenal João Braz de Aviz y el Arzobispo José Rodríguez Carballo – Prefecto y Secretario de la Congregación  para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica – con una Carta se dirigieron a todos los consagrados y las consagradas, invitando a participar activamente en el camino eclesial abierto el 10 ce octubre de 2021 con el título: Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión.

La  palabra  que se contempla este año es la escucha, con la petición de entrar en el “dinamismo de escucha recíproco, conducido a todos los niveles de la Iglesia, implicando a todo el pueblo de Dios(Papa Francisco en la Diócesis de Roma, 18 septiembre 2021).

“Se trata ante todo de un camino que interpela a cada comunidad vocacional en su ser expresión visible de una comunión de amor, reflejo de la relación trinitaria, de su bondad y de su belleza, capaz de suscitar nuevas energías para confrontarnos concretamente con el momento actual”.

Volver a la propia llamada vocacional, reencontrar la alegría de sentirse y ser parte de un proyecto de Amor y redescubrir con estupor que el Señor llama a cada uno/a a realizar el sueño de bien para la humanidad, ayuda a reavivar y a reforzar la propia pertenencia, que es la primera declinación de la participación: “no puedo participar si me siento como el todo  y no me reconozco como parte de un proyecto compartido”.

Es un cuerpo que pide la participación de todos/as – ninguna/o se excluya o se sienta excluido/a; se sienta excluido de este camino; ninguno piense “no me preocupa” –  que recuerda la unidad de los miembros con el cuerpo y la comunión de todas las riquezas de las vidas y de los carismas, comprendidas las fatigas y las heridas, que no se esconden.

 “La vida consagrada nace en la Iglesia, crece y puede dar frutos evangélicos en la Iglesia, en la comunión viviente del Pueblo fiel de Dios”  (Papa Francisco, 11 diciembre 2021).

“La participación se convierte a la vez en responsabilidad: la llamada a ser Iglesia sinodal no puede ser desatendida, no se puede faltar o trabajar con autonomía. “La sinodalidad comienza dentro de nosotros: con un cambio de mentalidad, con una conversión personal, en la comunidad o fraternidad, dentro de casa, en el trabajo, en nuestras estructuras, para expandirse en los ministerios y en la misión”.

En consecuencia, el estilo de participación se convierte en el de la corresponsabilidad, propio de la naturaleza de la Iglesia, la comunión, y su sentido último: “el sueño misionero de llegar a todos, de cuidar de todos, de sentirse todos  hermanos y hermanas, juntos en la vida y en la historia, que es la historia de la salvación”.

El Cardenal João Braz de Aviz y el Arzobispo José Rodríguez Carballo terminan con un sincero llamamiento  a vivir la sinodalidad: ¡Camminemos juntos!

El 2 de febrero de 2022, el Papa Francisco presidirá la Celebración Eucarística para la XXVI Jornada para la Vida Consagrada en la Basílica papal de S. Pedro a las 17:30 (hora italiana).

Carta en diferentes idiomas

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