Ciudad del Vaticano. El 22 de junio de 2023, el Santo Padre Francisco recibió en audiencia al Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, y durante la Audiencia el Sumo Pontífice autorizó al mismo Dicasterio a promulgar el Decreto relativo a las virtudes heroicas del Siervo de Dios Antônio de Almeida Lustosa, de la Sociedad Salesiana de San Juan Bosco, Arzobispo de Fortaleza.

Antônio de Almeida Lustosa nació en la ciudad de São João del Rei, en el Estado de Minas Gerais, Brasil, el 11 de febrero de 1886, en el aniversario de la primera aparición de la Inmaculada Concepción en Lourdes, circunstancia que le marcó profundamente, dándole una devoción filial a Nuestra Señora, hasta el punto de definirse, ya sacerdote, como el poeta de la Virgen María.

Recibió de sus padres una buena formación cristiana y humana. A los 16 años ingresó en el instituto salesiano de Cachoeira do Campo, Minas Gerais, y tres años más tarde estaba en Lorena como novicio y ayudante de sus compañeros. Tras su primera profesión religiosa, en 1906, fue también profesor de filosofía, al tiempo que estudiaba teología. La profesión perpetua tuvo lugar tres años más tarde, mientras que el 28 de enero de 1912 recibió la ordenación sacerdotal.

Tras algunos destinos dentro de su congregación religiosa, en 1916 fue Director y Maestro de Novicios en Lavrinhas, en el Colegio São Manoel. Tras ejercer como Director en Bagé, en el gimnasio María Auxiliadora, y como Vicario de la parroquia contigua, fue consagrado Obispo de Uberaba el 11 de febrero de 1925, día que eligió para conmemorar la presencia de Nuestra Señora en su vida. En 1928 fue trasladado a Corumbá, en el Estado de Mato Grosso, y en 1931 fue promovido a Arzobispo de Belém do Pará, donde permaneció 10 años.

El 5 de noviembre de 1941 tomó posesión como Arzobispo de Fortaleza, capital del Estado de Ceará. Además de un gran número de iniciativas y acciones de carácter social y caritativo, erigió más de 30 nuevas parroquias, 45 escuelas para necesitados, 14 centros de salud en la periferia de Fortaleza, la Escuela de Servicios Sociales, los hospitales “São José” y “Cura d’Ars”, por citar solo algunas de las obras más significativas atribuidas a su episcopado.

Su acción pastoral se articula particularmente en el campo de la catequesis, de la educación, de las visitas pastorales, del incremento de las vocaciones, de la valorización de la acción católica, de la mejora de las condiciones de vida de los más pobres, de la defensa de los derechos de los trabajadores, de la renovación del clero, de la implantación de nuevas órdenes religiosas en Ceará, sin olvidar su rica y fecunda actividad como poeta y escritor. Fundó dos congregaciones religiosas, el Instituto de Clérigos Cooperadores y la Congregación de las Josefinas.

Once años después de su renuncia a la Archidiócesis, tras la cual se retiró a la casa salesiana de Carpina, y obligado a una silla de ruedas a causa de una desastrosa caída que le provocó una fractura de fémur, falleció el 14 de agosto de 1974, demostrando, incluso durante su enfermedad y sufrimiento, una actitud ejemplar de aceptación plena e incondicional de la voluntad de Dios.

Su entierro se convirtió a todos los efectos en una verdadera consagración popular de una vida, como la vivida por Mons. Lustosa, enteramente dedicada a Dios y al bien del prójimo.

«Mons. Lustosa -comenta el P. Pierluigi Cameroni, Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana- fue un gran asceta. Estaba dotado de una voluntad adamantina que delataba el fuego que ardía en su interior. Vivía pobremente: ‘No tengo nada’, escribió en su testamento. Era un hombre de oración, humilde, entregado a la penitencia. Sabía acercarse a todos, especialmente a los más necesitados, totalmente entregado a la causa del Reino de Dios: “Yo seguiría aquí simplemente trabajando por Nuestro Padre: ¡Santificado sea tu nombre! Que venga a nosotros tu Reino; el programa de un obispo es siempre el mismo: ¡cumplid con vuestro deber!’».

Entre los cuatro declarados Venerables por el Santo Padre, también la Sierva de Dios Lúcia de Jesús e do Coração Inmaculada: Lúcia dos Santos, Monja profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas, una de los tres pastorcitos de Fátima, guardiana de la “tercer secreto”. Después de sus predecesores, el Papa Francisco visitará el Santuario de Fátima el 5 de agosto de 2023, como escala en su viaje a Lisboa con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

Fuente: infoANS

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