Roma (Italia). El 24 de febrero de 2022, en directo streaming desde la Sala de Prensa de la Santa Sede, se realizó la Conferencia de Prensa de presentación del Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2022 con el título:
“No nos cansemos de hacer el bien; de hecho, si no nos rendimos, a su debido tiempo cosecharemos. Por lo tanto, ya que tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos” (Gal 6,9-10a).
En el Mensaje, el Papa Francisco define la Cuaresma como un “tiempo favorable de renovación personal y comunitaria” que conduce a la Pascua y, a partir de la exhortación de San Pablo a los Gálatas, evoca la imagen de la siembra y la cosecha: “San Pablo nos habla de un kairós: un tiempo propicio para sembrar bien de cara a una cosecha. ¿Qué es para nosotros este momento favorable?”
Sor Alessandra Smerilli, Hija de María Auxiliadora, Secretaria interina del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, en su discurso en la Conferencia de Prensa comenta:
“En el flujo a veces lento, a veces rítmico, a veces frenético de nuestros días, el tiempo de Cuaresma se nos ofrece como un momento propicio para volver a partir en la dirección correcta, la del amor a Dios y al prójimo, que nos caracteriza como cristianos. (…) Este camino pide constancia y mucha paciencia, a causa de las desilusiones, los fallos, la tentación de encerrarnos en nosotros mismos. El Papa Francisco en su Mensaje nos invita pues a no cansarnos de hacer el bien y de hacer el bien para todos. La cita de la Lectura de San Pablo a los Gálatas, que abre el texto, nos recuerda cómo la invitación es exigente, pero también y en seguida cuán rica es de promesa: “De hecho, si no desistimos, a su tiempo cosecharemos”. (…)
EL Santo Padre nos invita a entrar en la Cuaresma interiorizando más radicalmente qué significa mirar con los ojos de Cristo a cada persona que encontramos y reconociendo los ojos de Cristo. Despojarse de lo superfluo, aligerarse; asumir seriamente la llamada a la conversión significa, en la Iglesia en este momento histórico, expresar más claramente en nuestras vidas y con nuestras relaciones ese amor que brota de la vida íntima de Dios, que une al Padre y al Hijo en el Espíritu Santo. (…)
El Papa Francisco se detiene en la imagen de la siembra y la agricultura, evocada por San Pablo, sugiriendo que nos preguntemos qué tiempo es nuestro tiempo. Vientos de guerra, después de décadas de rearme imprudente, con un aumento creciente del gasto en armamentos y una pandemia que se ha cobrado víctimas, exacerbado las desigualdades, resaltado lo que no funciona en nuestros entornos económicos y sociales, impuesto nuevas preguntas … Nada de ello puede hacernos perder la esperanza. Dios cree en la tierra y cuida de ella como un agricultor que no abandona su campo. ¿Qué tiempo es éste, en el campo de Dios? (…)
El Mensaje concluye, como tradicionalmente, con una referencia a la Virgen. En ella – escribe el Papa Francisco, insistiendo en la imagen guía del Mensaje – el Hijo ha brotado. En un mundo desertificado por tantos juegos de poder sin escrúpulos, en María la Iglesia reconoce la fecundidad que el camino de la conversión puede dar a cada una de sus hijas e hijos. Creemos en los brotes”.
Además de exhortar a no cansarse de hacer el bien, en el Mensaje, el Papa Francisco dice: “No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. El ayuno corporal al que nos llama la Cuaresma fortifique nuestro espíritu para la lucha contra el pecado”. Al final de la Audiencia General del 23 de febrero, expresando su dolor por la situación de Ucrania, dirigió una llamada a todos, creyentes y no creyentes, a vivir el miércoles de ceniza, el 2 de marzo de 2022, como una Jornada de ayuno por la paz:
“Jesús nos ha enseñado que a la insensatez diabólica de la violencia se responde con las armas de Dios, con la oración y el ayuno. Invito a todos a hacer del próximo 2 de marzo, miércoles de ceniza, una Jornada de ayuno por la paz: Animo de modo especial a los creyentes a que en aquel día se dediquen intensamente a la oración y al ayuno. La Reina de la paz preserve al mundo de la locura de la guerra”.
