Santiago (Chile). La Madre General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola, envía su mensaje de Pascua a las FMA, a las Comunidades Educativas y a la Familia Salesiana, desde Santiago de Chile, donde estaba con ocasión del Seminario de Interámbitos CICSAL:

Y he decidido enviaros mi mensaje de Pascua desde esta “tierra santa”, donde llegaron las primeras misioneras de Uruguay y de la Patagonia.

También en esta realidad el Instituto se desarrolló de una manera verdaderamente maravillosa, fecundada por el ofrecimiento de Madre Mazzarello que había confiado a una joven misionera: “Me ofrecí como víctima al Señor”, y que Don Bosco había comentado: “La víctima fue agradable a Dios y fue aceptada”.

Laura Vicuña, nuestra Laurita, esta hermosa flor que llena con su perfume nuestra “casa” tan grande como el mundo, nació aquí.  Este año celebramos ciento veinte años de su “Pascua”, de su dies natalis.

Laura: una joven capaz de amar de manera inmensurable, hasta dar la vida por la salvación de su madre, como Jesús a quien contemplamos a la luz del Misterio Pascual, y como Madre Mazzarello que hizo de su vida una ofrenda “agradable a Dios”.

La corta vida de Laura nos sumerge en la energía pascual del amor imparable y fecundo, en el esplendor de Su Victoria sobre toda forma de mal.

Sabemos que el encuentro con las Hijas de María Auxiliadora en Junín de los Andes marca su crecimiento humano y su camino espiritual en continuo ascenso. Su vida fue un poema de pureza, de sacrificio, de amor filial, como leemos en su tumba.

El don supremo de Laura marca la culminación de una existencia coherente que se desarrolla en una continua lucha por el amor. Dar su vida, como lo había hecho Jesús, es el mayor gesto de amor que siente que debe hacer por su querida madre! Por eso me parece importante comparar su “Pascua” con la Pascua de Jesús, con la que Laura siempre se midió con fe firme.

En la Vigilia Pascual leeremos el Evangelio de Marcos 16,1-7, en el que el relato de lo que sucede el primer día de la semana, al amanecer, nos involucra plenamente en este solícito “ir” de las mujeres al Sepulcro. Parece que su única preocupación es cómo hacer rodar la piedra de la entrada hasta la tumba donde Jesús fue sepultado Jesús. Pero la piedra ya ha sido removida, así que entran y al ver a “un joven con túnica blanca” se asustan. El ángel les tranquiliza: “Estáis buscando a Jesús Nazareno, el crucificado, ha resucitado, no está aquí. Él os precede en Galilea, allí lo veréis.

El Ángel confía a las mujeres la misión de llevar esta sorprendente noticia a los discípulos y, sobre todo, a Pedro para anunciarle lo que puede hacerle renacer, después de la gravísima traición.

La Iglesia, Pueblo de Dios del que somos parte viva, sabe que el Señor Resucitado la precede allí donde es enviada a anunciarlo. La certeza: “Él os precede en Galilea” resuena como la promesa de una presencia que nunca fallará, que siempre está con nosotros. Resuena como una invitación a encontrar al Señor en la vida cotidiana, en el tejido de las relaciones, en la historia, en la profundidad de los acontecimientos humanos, en los desiertos de la existencia.

Estas son las situaciones, los lugares donde el Resucitado se deja encontrar y ver, donde Él da cita a los que quieren seguirlo, a los que aprenden de su humanidad resucitada para hacerse más humano a sí mismo y al mundo que le rodea.

Laura vivió esta experiencia en profundidad. Su corta edad no fue impedimento para ofrecerse a Dios y anunciarlo con un testimonio auténtico. Del Señor Jesús, vivo en la Eucaristía, sacó la fuerza para vencer los miedos, las violencias y la enfermedad. Fue el encuentro con el Resucitado el que guió de manera decidida la entrega total de sí misma. Dar su vida por la salvación de su madre era para ella para ella fue la demostración más verdadera de su amor por la persona que le había dado la vida.

En esta Pascua de 2024, también nosotras queremos vivir intensamente nuestro encuentro con Jesús resucitado; un encuentro de amor renovado, conscientes de que Él es el Señor de nuestra vida y de que no podemos quedarnos la alegría de haberlo encontrado solo para nosotras. Como las mujeres del Evangelio, queremos “correr” a anunciarlo con entusiasmo, con fe, con nuestra propia vida de “mujeres resucitadas”.

Esta experiencia transformará el miedo en confianza, la huida en seguimiento fiel, el silencio en gozosa proclamación, la espera en una nueva transfiguración.

El amor es la vocación común a la que todas estamos llamadas, y en la medida y profundidad de este amor reside la grandeza y el valor de una existencia, ya sea corta o larga.

Laura amó sin medida, hasta el punto de dar conscientemente su vida hasta alcanzar un grado asombroso de santidad. Amaba sin esperar nada a cambio, solo buscando el verdadero bien, para que alguien más (en su caso su madre) tuviera la vida desbordante eternamente.

Queridísimas hermanas, esperamos que en todas pueda brillar la alegría de la Resurrección para ser ese pequeño “punto de luz” que ilumine el presente y cualquier lugar y situación en la que nos encontremos. Sólo la Luz del Resucitado puede abrir destellos de esperanza a toda la familia humana que hoy la necesita urgente y extremadamente.

Os deseo una Santa Pascua a cada una de vosotras, a vuestras familias, a las Comunidades educativas, a la Familia Salesiana y a los jóvenes que tanto queremos. Un saludo especial al Rector Mayor de los Salesianos, el Cardenal Ángel Fernández Artime, a quien acompañamos con nuestras oraciones hacia la Ordenación Episcopal que tendrá lugar el próximo 20 de abril.

Sigamos invocando el don de la paz en todo el mundo y con nuestras oraciones y ofrendas sostengamos a las comunidades que han sido duramente probadas por la guerra, la violencia, la injusticia y la pobreza.

A María, Madre del Resucitado, encomendamos a todas las personas, especialmente a los niños, a los jóvenes, a las familias, que viven en situaciones de dificultad y que esperan un futuro mejor y más sereno.

Que todos puedan gozar de la plenitud y la alegría de la Pascua. ¡Los mejores deseos!

Santiago de Chile, 12 de marzo de 2024

Sor Chiara Cazzuola FMA
Superiora general del Instituto FMA

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4 COMENTARIOS

  1. Grazie, Madre Chiara, per questo messaggio che ci esorta a vivere la fede e l’amore della Beata Laura alla luce della Risurrezione di Gesu’ nostro Salvatore! Con Maria SSma. preghiamo per le giovani affidate a noi e tutti, vivendo nella gioia pasquale per sempre.

  2. Buona PASQUA Sorella Carissima, ogni Mattina Prego alla Vergine Maria Ausiliatrice affinché Protegga tante famiglie sofferenti, le quali hanno famigliari gravemente ammalati, in casa e negli ospedali, che la Vergine Santa Doni loro la Sua Santa PROTEZIONE e La Sua BENEDIZIONE.
    Sorella carissima le chiedo Preghiere per la mia cara Beatrice.
    Grazie, il Signore Vi Doni Tanta PERSEVERANZA nella Fede.
    Luigino Lavini

  3. Bellissima lettera sulla scia del pensiero di Santa Maria Mazzarello e nello spirito Salesiano di San Giovanni Bosco.
    Santo Gaetano Scrofani.

  4. Chère Mère Chiara, Merci pour ce beau message de Pâques ! Quelle joie de vous entendre et quelle profondeur dans ce message. Merci aussi pour la traduction française. J’ai pu ainsi partager votre message avec mes consoeurs.
    Bonne fête de Pâques à vous aussi et à toutes les membres du Conseil Général. Merci pour tout.

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