Roma (Italia). Del 22 de agosto al 11 de septiembre de 2023, un grupo de 28 Hijas de María Auxiliadora de las Inspectorías de América y España se reunieron en Roma, en la Casa del Sacro Cuore de la Inspectoría San Giovanni Bosco (IRO), para vivir la experiencia del Proyecto Mornese en español, organizado por el Ámbito de Formación del Instituto FMA con el objetivo de: “Reavivar la belleza de nuestra vocación en las fuentes del carisma salesiano, para ser con María una presencia que genera vida hoy”.

Guiadas por las animadoras – Sor Jeanette Palasota, colaboradora del Ámbito, Sor Cristina Enríquez Torres (BOL), Sor María Elena Vargas Zacarias (MME), Sor Vilma Lucía Ramírez Patiño (CMM) – que a su vez se habían preparadas en los lugares, el grupo inició el itinerario con las palabras de la Madre General del Instituto FMA, Sor Chiara Cazzuola, que invitó a cada una a encontrarse personalmente con Madre Mazzarello diciendo: “Don Bosco es un gigante, lo conocemos, pero creo que es necesario sobre todo descubrir a Madre Mazzarello y escucharla. Tendréis el espacio de silencio y de oración en los ‘lugares santos salesianos’, dejad que ella hable a vuestro corazón…”.

La primera etapa, del 22 al 25 de agosto, tuvo lugar en la ciudad de Roma, “en el corazón de la Iglesia y del Instituto”, para profundizar y reflexionar sobre la pertenencia eclesial. Participar en la Audiencia General del Papa Francisco el 23 de agosto en la Plaza de San Pedro fue una experiencia muy significativa. En esta ocasión, una hermana le ofreció mate uruguayo al Papa y, mientras ella le hablaba del Proyecto Mornese, él bebía el mate. Su mirada bondadosa y su sonrisa fueron una bendición y una invitación concreta a hacer visible la ternura de Dios a través de gestos de cercanía a nuestros hermanos más necesitados.

La segunda etapa del recorrido se desarrolló del 26 al 29 de agosto, con la salida hacia Turín, tras las huellas de Don Bosco. “Nos parecía escuchar las risas de los niños y jóvenes del primer oratorio itinerante” – dicen las participantes – “Atravesando I Becchi, Chieri y Turín, encontramos a la Auxiliadora de Don Bosco, quien ‘lo hizo todo’ y continúa hacer todo en la historia del Instituto y de nuestra vocación. A ella, en un momento significativo de reflexión y oración, le entregamos una vez más la llave de nuestra vida y le confiamos cada una de nuestras Inspectorías y nuestra misión entre los jóvenes”.

Del 30 de agosto al 7 de septiembre, las participantes vivieron la tercera etapa con la emoción de llegar a la ‘casa del amor de Dios’ a Mornese (Alessandria), una experiencia regeneradora en la que, recorriendo los lugares de los orígenes, pudieron encontrar a Madre Mazzarello. “En el camino hacia la parroquia, en el amplio horizonte de la Valponasca, entre los viñedos, a orillas del Roverno, se la imaginaba sentada a escribir algunas cartas y sobre todo en la invitación a santificarnos en la caridad con nuestras hermanas, entre los niños y jóvenes que nos han sido confiados. La invitación de Madre Chiara a “dejarla hablar a nuestros corazones” siguió resonando en nosotras, y así lo hicimos. Gracias a los espacios de silencio, a los momentos de oración personal y al compartir en grupo, podemos decir que hemos escuchado su voz y la hemos conservado como un regalo inestimable”.

En la última etapa, los días 8 y 9 de septiembre, el itinerario llevó a las FMA a la Casa Madre de Nizza Monferrato (Asti). “En el dormitorio de Madre Mazzarello se despertó en nuestros corazones el deseo de una vida sin medida como la de ella, el fuego de la fidelidad a Dios, al Carisma, al Sistema Preventivo, la certeza de que los grandes sacrificios conducen a un bien mayor. Sólo podemos descubrirlo encomendándonos a la fidelidad de Dios. Niza fue signo de la grandeza a la que nuestro Instituto estaba llamado. Los nombres de muchas hermanas todavía resuenan entre las paredes de esta casa: Emilia Mosca, Caterina Daghero, Enrichetta Sorbone, Magdalena Morano y muchas hermanas que consolidaron su vocación de consagradas y educadoras. Aquí se reaviva el fuego del amor por los jóvenes de hoy y dirige nuestra mirada hacia un futuro de esperanza”.

Al regresar a Roma, las participantes expresaron su agradecimiento por lo vivido: “Volvemos a Roma con el corazón eternamente agradecido, no sólo por la riqueza de contenidos y experiencias sino, sobre todo, por la fraternidad vivida en el diálogo y la atención intergeneracional y en el cuidado de unos hacia otras. Partimos del compromiso de seguir construyendo, en el espíritu de Mornese, comunidades que generen vida en la sociedad actual. No podemos concluir esta peregrinación sin agradecer a Dios, a nuestras Superioras, a las hermanas de nuestras Comunidades y pedimos al Señor abundantes bendiciones para quienes la hicieron posible, especialmente para nuestras Directoras, esperando que esta experiencia pueda ser vivida por muchas otras hermanas y laicos del mundo salesiano”.

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1 COMENTARIO

  1. Gracias! a cada una de quienes lo han hecho posible, a las animadoras, a las comunidades que nos acogieron y a las participantes. Es una experiencia que genera VIDA! Gracias a Dios, a Marìa Auxiliadora, presencia viva!

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