Roma (Italia). Del 24 al 30 de noviembre de 2023 en Roma, en la Casa Generalicia del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, nueve FMA de diversas partes del mundo, misioneras ad-gentes en Europa, se reunieron para participar en un encuentro de Formación Misionera Permanente animado por el Ámbito para las Misiones del Instituto.

La reflexión se ha centrado en el significado de la presencia y del testimonio como misioneras ad-gentes en una Europa que cambia. Las jornadas tenían también como objetivo: despertar la originaria frescura de la fecundidad vocacional misionera, con la posibilidad de vivir y permanecer un tiempo en Casa Generalicia, poder encontrar la Madre General del Instituto FMA, Sor Chiara Cazzuola, y las Consejeras Generales, además de tener momentos de intercambio, de compartir, de reflexión y de familiaridad con hermanas provenientes de diversas naciones de Europa.

El programa preveía algunas intervenciones que han ayudado a profundizar en el tema:

  • La misionariedad de las FMA: una característica originaria, presentada por sor Grazia Loparco, FMA, Docente Estable de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación «Auxilium» de Roma;
  • Nuevas fronteras europeas: desafíos y perspectivas para las FMA, a cargo de Sor Ruth del Pilar Mora, Consejera General para las Misiones;
  • El cambio de Europa: en el contexto de la pastoral juvenil y misionera profundizada, por don Gustavo Cavagnari, SDB, Profesor de Teología pastoral juvenil especial en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma.

Hoy la Iglesia, los cristianos, las FMA en Europa, viven una situación particular de crisis de las instituciones y de la sociedad. Una pregunta que surgió frecuentemente entre las hermanas que participaron en este encuentro de Formación Permanente fue: “¿Se trata de una de las muchas crisis que el cristianismo ha vivido o de un definitivo declive?”.  Es una pregunta que no tiene una respuesta inmediata, como en todos los procesos históricos, de los que a menudo se aprende, que “crisis” no significa necesariamente “fin”. De hecho, puede ser una oportunidad para abrirse al futuro, sabiendo que el gran riesgo es conformarse con sobrevivir, añorando un pasado mejor.

Por tanto, es importante habitar y vivir en la crisis con “una esperanza lúcida” que permita a las FMA llevar a los jóvenes, y a las personas con las que, y por las que se han comprometido en la misión, al encuentro con el Señor Jesús. La Iglesia, cada FMA, cada misionera ad-gentes en Europa está llamada a ser “sal de la tierra” y “buscador de Dios” (Benedicto XVI), con una espiritualidad alegre.

En la rica puesta en común al final de las jornadas a la pregunta “¿Qué mensaje o aspecto de este encuentro de formación te ha impresionado más?”, las hermanas han subrayado:

“Gustar la alegría de nuestra vocación misionera; la esperanza lúcida, fundada; el compartir en grupo intercultural, el tiempo de reflexión; la pastoral evangélica en la historia de hoy; la espiritualidad mística que se adhiere a la Palabra y a la Eucaristía; la sinodalidad fraterna en la alegría de la familia; corazones ardientes y pies en camino; la convicción de que el Espíritu Santo guía nuestro camino cotidiano; los testigos y maestros que atraen al encuentro con Jesús; las casas de oración para el camino o inicio de fe; el crecimiento en la identidad misionera; el Instituto cuida de nosotros: en la escucha y en el compartir; la alegría de participar en el encuentro con hermanas de otros países; el retorno a las fuentes del Instituto; cada regreso a Casa Generalicia alimenta en mí el fuego misionero para poder florecer allí donde estoy”.

Los días pasados en la Casa Generalicia han reavivado y despertado en las participantes la pasión misionera del da mihi animas coetera tolle, con la conciencia de la llamada a ser “peregrinas entre los/las jóvenes” en el camino de Emaús, a escuchar con compasión su historia y compartir con valentía y alegría la riqueza de su vida.

Como subraya la Exhortación apostólica postsinodal de San Juan Pablo II, Ecclesia in Europa: “En un contexto en el que es fácil la tentación del activismo también a nivel pastoral, a los cristianos en Europa se les pide que sigan siendo una transparencia real del Resucitado, viviendo en íntima comunión con Él y las comunidades deben salvaguardar el sentido de la vida litúrgica y de la vida interior”.

1 COMENTARIO

  1. Agora, todas as terras são lugares de missão Ad gentes, até o nosso coração. O artigo corresponde bem ao que vivemos. Parabéns ao Âmbito da Missão ad gentes.

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