Roma (Italia). El 5 de julio de 2022 concluyó la Peregrinación virtual en lengua portuguesa “Un sì que se prolonga en el tiempo” a los lugares del Carisma salesiano, ofrecida por el Ámbito para la Formación a las Hijas de María Auxiliadora de 70 años de edad en adelante.

Redescubrir a Madre Mazzarello en su experiencia vocacional cristiana y salesiana, vivida como don y ofrecimiento gratuito hacia los otros, y releer la propia historia, en clave sapiencial y carismática, con esperanza y alegría: éstos son los objetivos de la “peregrinación virtual mornesina” constituida por dos citas a la semana – cada martes y viernes – propuesta en nombre de las celebraciones del 150º aniversario del Instituto de las FMA.

He aquí la expresión de reconocimiento del grupo de lengua portuguesa por la experiencia vivida:

Somos un grupo de 72 FMA, por encima de los 70 años que, solas o comunitariamente, nos hemos puesto en red y hemos hecho “familia” con Mozambique, Angola, Portugal y Brasil. Elemento en común ha sido la lengua portuguesa, ¡pero todas hemos escuchado y hablado también la dulce lengua de los Fundadores!

Robamos una hermosa frase colocada al principio de la Circular n° 1019 de Madre Chiara Cazzuola, que expresa lo que vive nuestro ánimo por haber parado virtualmente en Valdocco, Mornese, Niza y… en Roma: “permanecer en estos lugares es siempre volver a casa para redescubrir la propia identidad y sus raíces carismáticas”.

Hemos releído y contemplado, con el corazón alegre y con infinita gratitud la riqueza del Carisma; hemos visto y escuchado a Hijas de María Auxiliadora con el corazón inflamado; nos hemos puesto – primero tímidamente, después con más naturalidad – en comunión, creando, en espíritu de familia, unidad de uno a otro mar.

No faltó una gran sorpresa: entramos con el corazón abierto de par en par justo en la habitación donde estaba Madre Chiara con el Consejo general. Vimos, admiramos, escuchamos, hablamos, y …  mandamos un beso, que  inmediatamente rebotó con una sonrisa grande y esponjosa. Todo en nombre de la sencillez, la naturalidad, la relación cálida y conmovedora de la Familia.

“Este bello invento que nos regala la tecnología nos ha dado la posibilidad de visitar personalmente los lugares queridos de nuestros orígenes. Y esto es una ayuda, una fuerza, porque nos llama a reavivar el fuego, como escribe Madre Mazzarello en la Carta 27: Reavivar el fuego de nuestra pertenencia a Jesús ante todo pero también al Instituto. Esto nos une, nos hace fuertes a pesar de las dificultades, a pesar del tiempo precario que estamos viviendo. Podemos avanzar serenamente porque sabemos que estamos en las manos del Señor. Ahora este trasladarse a los orígenes nos da también la conciencia de vivir dentro de un proyecto tan bello y tan grande. (…) El objetivo del Capítulo, que era Despertar la frescura originaria de la fecundidad vocacional del Instituto  está ligado al futuro del Carisma. El patrimonio más grande del Instituto sois vosotras. Son las Hijas de María Auxiliadora. Sin éstas, ¿qué hacemos con las casas y las obras y el resto? Sólo las personas garantizan la continuidad del Carisma. Entonces nosotras queremos hacernos los augurios recíprocamente por tanta fidelidad que aún continúa, y nos comprometemos a rezar por la fidelidad de todas la Hijas de María Auxiliadora y para que pidamos juntas a María que interceda por el don de muchas santas vocaciones en nuestro Instituto bellas, alegres, fascinadas como sois vosotras”, dijo Madre Chiara.

Ha sido de verdad una experiencia muy conmovedora, a nuestra edad, participar en la “ceremonia de graduación” al concluir la peregrinación mornesina con gracia y gratitud. Se respiró un clima de alegría y júbilo mientras, por Inspectorías, se nos  entregaron los  certificados de participación de parte del Instituto de las FMA.

Podemos expresar sólo gratitud a las que han hecho posible vivir este bello “Proyecto Mornese”, a las que han puesto a disposición tiempo y talentos, a las que nos han acompañado en el tiempo y en el espacio para acercar el pasado y el hoy de Turín, Mornese, Nizza y… de Roma. ¡Gracias, gracias, sólo gracias! Los años y la salud no siempre permiten la participación “presencial”, ¡pero virtualmente también es un gran don!

Otras resonancias de las participantes:

 “Nuestra Comunidad está muy agradecida porque hemos decidido que este encuentro sería la formación para todas en preparación al 150º de la Fundación del Instituto. Y no nos arrepentimos. ¡Gracias mil!” ( la Comunidad inspectorial de Portugal).

“Siento la preocupación de las Superioras al proporcionarnos estas experiencias en contacto con las fuentes del Instituto, que son una gran riqueza”.

 “La peregrinación virtual ha sido fantástica. Para mí ha sido un don de Dios, una gracia del Espíritu Santo. Una vuelta a las fuentes puras del carisma salesiano prolongado en el tiempo en estos 150 años. La felicidad de todas las hermanas que han participado ha sido para mí testimonio de una vida dada al Señor con mucho amor, entrega y alegría. Doy gracias a Madre Chiara y a su Consejo, que nos han permitido recordar el “Espíritu de Mornese” vivido por nuestras primeras hermanas. Gracias al equipo que ha preparado con tanto cuidado y espíritu salesiano estos momentos tan ricos de espiritualidad para alimentar la llama del amor de Dios y por la misión”.

“Es una gran alegría participar en este proyecto, porque renueva en nuestros corazones el entusiasmo por la vida religiosa”.

“Ha sido una bella experiencia: gracias al trabajo hecho en Roma, en Casa generalicia y gracias a las animadoras en el Brasil. Gracias también a sor Nieves Reboso, Consejera para la formación y a las colaboradoras del sexenio precedente!”.

“He experimentado gratitud, por haber pensado en las FMA que, a causa de su edad, están abandonando la vida más activa vivida desde la 1ª Profesión; revitalización, a través del encuentro, aunque virtual, con los “lugares sagrados de Tierra Santa Salesiana” y el Carisma. Confianza, a pesar de la falta de fuerzas personales y la disminución de las vocaciones en la Inspectoría, porque el Instituto continúa siendo “todo de María”. Es Ella la que lo hace todo, invitándome a hacer “lo que Él dice”. Estoy segura de haber disfrutado lo que podía. Me voy más confiada y más pronta a vivir el nuevo año lo más posible como Dios quiere”.

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