Tam Ha (Vietnam). El 5 de agosto de 2023, en la sede de la Inspectoría vietnamita María Auxiliadora (VTN) de Tam Ha, Thuc Duc, se celebró la Santa Misa con las Profesiones Perpetuas de dieciséis FMA.

La Celebración fue presidida por Mons. Joseph Do Quang Khang , Obispo de la Diócesis de Bac Ninh, y concelebrada por el Vicario General de la Diócesis de Quy Nhon, Don  Barnaba Le An Phong, salesiano de Don Bosco, y más de 60 sacerdotes. Estuvieron presentes los padres y familiares de las candidatas, religiosos y religiosas, benefactores e invitados de la Inspectoría.

Al comienzo de la Misa, el Obispo repitió las palabras del lema elegido por las candidatas para invitar a la comunidad a dar gracias al Señor por la gracia concedida al Instituto, a la Inspectoría y a cada una: “El amor de Cristo nos impulsa (2 Cor 5,14).

Después de la proclamación del Evangelio tuvo lugar la presentación de los dieciséis candidatas y la homilía del celebrante. Reflexionando sobre el significado de la respuesta “Aquí estoy, mándame” y sobre la oración del rito de la Profesión Perpetua al momento de la entrega del símbolo – “sé la corona maravillosa y la joya real de Dios” -, el Arzobispo Joseph invitó a las hermanas a tomar conciencia de la propia vocación, del Amor eterno que Dios les tenía desde antes de existir, para poder sumergirse en su Amor como enviadas. Al mismo tiempo, las animó a cuidar su vocación y a conservarla para que, dondequiera que estén, atraigan a todos a Dios y también a las hermanas.

Posteriormente, tras el interrogatorio de las candidatas, las letanías de los Santos, la firma en el altar de las dieciséis FMA que hicieron públicamente sus votos perpetuos para pertenecer a Dios para siempre y la solemne oración de consagración, la Inspectora, sor Maria Hoang Thi Thu Ha, – en nombre de la Madre General – las acogió entre las Hermanas de Profesión Perpetua del Instituto. A continuación, el Obispo colocó la corona, el símbolo elegido, sobre sus cabezas.

Antes de la bendición final, Sor María se dirigió a la Inspectoría para expresar su sincero agradecimiento a Mons. Joseph, a los sacerdotes, a las religiosas y a todos los invitados que habían venido a orar y compartir la alegría con el Instituto. Expresó también su profundo agradecimiento a los padres de las hermanas, porque “para Don Bosco los padres son los primeros bienhechores del Instituto”, y les deseó que gustaran la alegría incontenible de ofrecer generosamente a sus hijas a Dios.

“El amor de Cristo nos impulsa” (2 Cor 5,14) es también la respuesta gozosa a la eterna llamada de Dios al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. Que el Señor y María Auxiliadora sigan acompañando y colmando de bendiciones a estas hermanas, para que se dediquen generosamente con alegría y compromiso al servicio de Dios entre los jóvenes pobres y abandonados”.

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