Albania. Del 23 al 26 de marzo de 2023, en Albania, se ha celebrado el encuentro de formación para las Hijas de María Auxiliadora, junioras de la Inspectoría Meridional Nuestra Señora del Buen Consejo (IMR), un encuentro deseado, por las junioras y las comunidades, hace algunos años, aplazado a causa de la pandemia y, finalmente, organizado. Participaron nueve juniores, acompañadas por la Inspectora, Sor Ivana Milesi y Sor Anna Avenia.

“Las comunidades nos han acogido con toda amabilidad, dándonos la oportunidad, incluso alterando algo su rutina diaria, de conocer las realidades locales: las obras, los jóvenes, la historia de un pueblo valeroso y herido”.

Una parte de la historia de este pueblo fue rememorada en la visita al Museo Nacional y Etnográfico de Kruja y en la visita a la cárcel de Skutari, que permitió sentir, aunque sólo de lejos, el estridor de una historia que ha aniquilado muchas vidas, pero que no ha devastado la fe, la voluntad de vivir y de soñar con un futuro más grande.

En continuidad con esta esperanza se inserta la presencia y la misión de las mujeres consagradas, educadoras. “Es extraordinario constatar la riqueza de nuestro carisma. Conocer las casas de Skutari, Tale y Tirana nos ha permitido ver cómo la atención educativa de Don Bosco, los rasgos típicos del Sistema Preventivo, son capaces de generar belleza en cada cultura y de acompañar el crecimiento de muchos niños, en cada parte del mundo”.

La primera casa de las FMA en Albania fue fundada en el lejano 1907, por cinco hermanas que se ocuparon de un orfanato en Skutari a petición de la ANSMI (Asociación Nacional para Socorrer a los Misioneros Italianos). Su labor, que fue ampliándose poco a poco, tuvo varios contratiempos debido a diversos cambios políticos, hasta la expulsión en 1946 que obligó a las FMA no albanesas -todas menos dos- a abandonar la tierra de misión.

Bajo el régimen comunista comenzaron años duros de violencia y miedo. Fueron 45 largos años que terminaron con la caída del régimen en 1990. El año siguiente estuvo marcado por el regreso de las FMA a un país que había cambiado de rostro, pero donde era posible reconstruir juntas. Y así, a lo largo de los años, las Comunidades se han interpelado por desafíos sociales muy complejos.

Hoy, en las casas de Skutari, Tale y Tirana, se ofrece a los jóvenes la oportunidad de crecer educativa y espiritualmente. He aquí algunas actividades:

– En la Comunidad María Auxiliadora de Skutari, hay una escuela con todos los niveles educativos: infantil, primaria, secundaria y bachillerato; un internado que garantiza a las chicas la posibilidad de asistir a la escuela, difícil de frecuentar con los medios de transporte; catequesis y oratorio, en colaboración con los hermanos SDB de la casa contigua.

– En la Comunidad Laura Vicuña de Tale: oratorio, centro de acogida, catequesis, cursos de formación profesional.

En la Comunidad María D. Mazzarello de Tirana: escuela, oratorio, catequesis y otras actividades, en colaboración con los hermanos SDB de la misma ciudad.

Son las obras típicas del carisma salesiano, situadas en una realidad multicultural y multirreligiosa.

“No se da por descontado el sentirse enseguida en casa y, sin embargo, en estos escasos días hemos experimentado una fraternidad que es casa, un carisma que es también casa. Agradecemos, de modo especial, a todos los que han hecho posible este encuentro y al Señor que nos ha regalado esta experiencia”.

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