Roma (Italia). El 24 de diciembre de 2023 las Comunidades FMA María Auxiliadora de Casa Generalicia (RCG) y Sagrado Corazón, de la Inspectoría romana San Juan Bosco (IRO), han expresado sus Felicitaciones a la Madre, Sor Chiara Cazzuola, y a las Consejeras Generales del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

“En una noche como tantas” es el título del momento de saludo preparado por las dos Comunidades en una hermosa colaboración, compartiendo las dotes y la riqueza de la interculturalidad. La palabra Esperanza, que emergió de la caja de Pandora en última instancia, después de todas las palabras negativas liberadas en el mundo, es el hilo conductor. “Es la esperanza la que nos hace mirar al pasado para vivir el presente y abrazar el futuro. Hoy esta esperanza se hace niño, un niño que entra en el mundo y nos da la fuerza de caminar con Él”, afirmó la voz de la guía.

En torno a la escena de la natividad, completan el belén varios personajes – Juan Bautista, María, José, los pastores, los ángeles, los Magos – acompañados por danzas y cantos de Asia, África y América. “El pesebre es una invitación a sentir, a tocar la pobreza que el Hijo de Dios ha elegido para sí en su encarnación y es una llamada a encontrarlo y testimoniarlo en la gozosa esperanza”.

Juan concluye explicando el gesto que realizan las hermanas, al entregar personalmente en una cesta en las manos de la Madre una nota con los motivos de esperanza y oración por quien ya no espera: “Cuando yo, tú y nosotros somos signo de esperanza, luz en la vida de alguien… es Navidad… la esperanza nunca se detiene, la esperanza siempre está en camino y nos hace caminar. Encender la luz de la esperanza y hacer que el rostro de Dios ilumine el mundo. Así también nosotros queremos ofrecer a Jesús nuestro don,  fruto del trabajo espiritual de esta novena”.

Luego toma la palabra la Directora de la Comunidad de Casa Generalicia, sor Carla Castellino: “Realmente no tenemos nada que envidiar a Pandora: ella tenía todos los dones, pero sola, nosotras todas juntas tenemos muchos dones. Realmente en esta comunidad hay una riqueza que conmueve”. Y desea una Navidad de asombro, de adoración, de gran interioridad.

“También la Comunidad del Sagrado Corazón le desea una feliz Navidad – prosigue sor Antonella Cangiano, la Directora – He aquí tu Navidad: Dios alivie las fatigas que llevas sobre tus hombros y las haga más suaves”.

Madre Chiara agradece a las dos Comunidades el hermoso momento de familia en preparación a la Noche Santa y, retomando el discurso a la Curia romana, dice: “El Papa recuerda que el acontecimiento de la Navidad, que celebramos cada año, nos despierta en la maravilla, en el estupor, que estamos perdiendo un poco en esta sociedad. Y el asombro nos sitúa en la línea que hemos visto: Dios se hace hombre, acorta las distancias para hacerse pequeño como nosotros y tratar de vivir la vida humana de cada niño”. Retoma, pues, las actitudes sugeridas por el Papa, a partir de algunos personajes: “la escucha con el corazón” de María, si queremos que los demás encuentren casa en nosotros; el discernimiento de Juan Bautista, no sin dolor, hecho con sus discípulos; el camino de los Magos, que dejan su seguridad para buscar la verdadera Sabiduría, y cuando la han encontrado vuelven a anunciarla.

El Papa dice: si queremos que sea una Navidad de vida, debemos ponernos en la escucha, en el discernimiento, en camino. Nosotros también tenemos que caminar, si no queremos dejarnos dominar por la rutina. Entonces quiero desearme a mí y a todas nosotras vivir esta Navidad no como una costumbre, sino como un camino: también nosotros vamos al encuentro de Jesús y llevamos todo lo que somos, nuestra vida, nuestra alegría, nuestro trabajo. De modo especial recordamos nuestras comunidades que sufren”.

Para la Celebración Eucarística de la noche, la Comunidad de Casa Generalicia, con la Madre y las Consejeras, acoge a Mons. Daniel Salera, obispo auxiliar de la diócesis de Roma para el sector norte, que en la homilía se detiene en forma particular en el símbolo del pesebre, como lugar que corresponde simbólicamente al mundo de las pasiones y a la tendencia al pecado, que da un alimento ilusorio, que no sacia. Allí nace el Niño Jesús y, dándose a sí mismo, da un alimento alternativo, que restablece la plenitud y recupera el deseo ilusorio de autonomía que comenzó con los primeros padres. “Ayúdanos a decir sí simplemente porque Tú estás con nosotros y eres amor”, concluye.

Al final de la celebración, se vivió el habitual intercambio de felicitaciones, con un momento de fraternidad y con el tradicional recorrido de los belenes por los pasillos y oficinas de la Casa Generalicia, entre los cantos populares de los diferentes países, a testimoniar una vez más la riqueza de una comunidad internacional unida por la misión común de “apoyar” al Instituto y a las hermanas, como recordó el Papa Francisco en su visita, el 22 de octubre de 2021.

La jornada se concluyó con un Ave María ante el pesebre junto a la Madre, que no deja de recordar a todas las comunidades que sufren y la intención por la paz.

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