Nizza (Italia).  El día 3 de cada mes, ya desde hace más de un año, en la Iglesia del Sagrado Corazón, en el Instituto Nuestra Señora de las Gracias, de Nizza, Inspectoría María Auxiliadora (IPI), se reza el rosario con y para la intercesión de la Venerable sr. Teresa Valsé Pantellini.

Numerosísimas son las peticiones de intercesión y plegaria llegadas de todo el mundo, sea para dar gracias por un don recibido sea para pedir la intercesión en la curación de unos seres queridos, para ayudar a unos cónyuges jóvenes, por el crecimiento de los propios chiquillos, por la paz en los lugares de guerra, por la ayuda a encontrar un puesto de trabajo, para tener un apoyo en los exámenes difíciles.

El rosario es transmitido también en video streaming sea sobre el perfil Facebook sea en el Sitio Web del Archivo Histórico de las Hijas de María Auxiliadora del Piamonte.

Este mes han venido en peregrinación a la tumba de sr. Teresa Valsé por una parte Marianna con su familia de Novara; por otra Katia Garuti, la sobrina segunda de la beata.

Era la primera vez que Katia venía a Nizza M. y se conmovió ante el hecho de estar no sólo en el lugar donde se conservan los restos mortales de la tía abuela, sino pensando en poder caminar por los lugares donde la Venerable hizo la primera profesión y los perpetuos, coronando su deseo de ser Hija de María Auxiliadora.

En efecto, Sr.Teresa Valsé Pantellini, después de una semana de ejercicios espirituales emitió el 3 de agosto de 1903, en Nizza M., su primera profesión religiosa a los pies del altar del Santuario Nostra Signora delle Grazie.

La opción de ser Hija de María Auxiliadora fue costosa, a menudo llena de  obstáculos, pero en un cierto momento sintió que había llegado su tiempo y no podía tardar más, porque faltaría a un deber. Era su deseo, y más aún, la voluntad de Dios que la llamaba, que la había escogido desde hacía muchos años para consagrarse al Señor en la vida religiosa.

Desde su primera Comunión, hecha en Poggio Imperiale, lo promete a Dios solemnemente. Supera indecisiones, luchas, dilaciones, y al fin obedece a la voluntad de Dios. Lo he decidido irrevocablemente, y esta determinación  le hace escoger a  las hermanas de don Bosco en el lugar donde sin ninguna duda entiende que Dios la quiere: “El Señor me quiere a Su servicio, y mi petición es renunciar a todo y a todos por Él. Ofreceré cada acto de virtud, cada obra, cada fatiga, todo, para vuestro bien aquí y en el cielo”. ¡Por esto aún hoy continuamos confiando en ella, a fin de que interceda ante el Señor para ayudarnos en el camino de nuestra cotidianidad!

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