Milán (Italia). El 18 de mayo de 2022 en Milán, en la Basílica de S. Ambrosio, las Comunidades Educativas de la Inspectoría Sagrada Familia (ILO) de Lombardía y Suiza y los representantes de la Familia Salesiana se reunieron para dar gracias al Señor por los 150 años de Fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, con la Celebración Eucarística presidida por el Arzobispo de Milán, Mons. Mario Delpini y concelebrada por los Vicarios Episcopales, por el Inspector de la Inspectoría Emiliana Lombarda de los Salesianos de Don Bosco, don Giuliano Giacomazzi, por SDB, párrocos y sacerdotes diocesanos con los que colaboran las FMA.

Estaban presentes la Inspectora ILO, sor Stefania Saccuman con las Consejeras Inspectoriales, sor Paola Battagliola, Consejera general del Instituto FMA y numerosas FMA de las Comunidades. Otra presencia digna de señalar es la de la Sra. Carla Ramponi de Castano Primo (MI), curada milagrosamente cuando tenía ocho años, el 24 de noviembre de 1946, de una grave enfermedad, después de que una FMA puso bajo la cabeza de la niña la reliquia de Madre Mazzarello. Se trata de uno de los milagros aprobados para la canonización de la Cofundadora del Instituto FMA.

Sor Graziella Curti, Inspectora de la Inspectoría ILO del 2009 al 2014 y Consejera general por doce años, cuenta la experiencia:

“Una jornada límpida de sol y de viento, un cielo de Lombardía que “es bello cuando es bello” se dieron cita en este 18 de mayo de 2022 para celebrar con la Familia Salesiana el 150º de fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

Lugar del encuentro: la antigua y artística basílica de San Ambrosio en Milán. Llegan las familias, los niños y los jóvenes, las FMA y las religiosas de otras congregaciones, los Hermanos Salesianos, los Salesianos Cooperadores, las ex Alumnas, los representantes de las Asociaciones. Todos los amigos y los simpatizantes. Es un cruzarse de abrazos y de sonrisas, de miradas que traen recuerdos, momentos emocionantes de una vida en la estela de la educación. A las 18:30, la hueste de los sacerdotes celebrantes se dirige hacia el altar seguida por nuestro arzobispo Mario Delpini. El coro de los estudiantes de Milan Bonvesin y de las jóvenes FMA, acompañado por violines, guitarras y órgano, canta el himno a la Iglesia testimonio de esperanza.

Después de una breve pero apasionada introducción de la Inspectora, sor Stefania, comienza la Eucaristía. Los textos litúrgicos invitan al agradecimiento por el bien recibido en estos 150 años de vida del Instituto e invocan al Espíritu del Señor, del cual está llena la tierra para que nos dé su gozo. El Evangelio del día (Jn 12,37) inspira a nuestro Obispo una homilía que nos interpela hasta hacernos reflexionar profundamente sobre el valor de nuestra obra educativa en esta hora en que   incluso la misión de la iglesia parece estar fallando. Uno se pregunta: ¿hay buenas razones para rendirse? ¿Por qué permanecen las Hijas de María Auxiliadora? ¿Por qué continúa la misión de la Iglesia en este tiempo, en esta tierra? Pero el criterio por el que hemos  llegado hasta aquí es el del amor.

E insiste con fuerza el Arzobispo: “En un cierto sentido se puede decir que estamos aquí para celebrar un aniversario significativo de las Hijas de María Auxiliadora para tomar conciencia de que precisamente por esto estáis juntas ahora. Que aquí mismo, ahora mismo tu vocación se cumple”. Y de nuevo: “No esperes que te noten”. Sólo es necesario vivir el humanismo de la caridad, porque “será mérito de los testigos del humanismo de la caridad si hay un futuro en el que la humanidad sobreviva”(homilía).

Esta encomienda nos hace reflexivos, junto con toda la asamblea de los laicos, que intuyen el secreto de la vida religiosa y nos miran de manera diferente. Sor Paola Battagliola agradece en nombre de la Madre General al Arzobispo, los presentes y los que siguen la Celebración online, agradece el bien que se ha hecho en la tierra lombarda y anima:

“Celebrar un aniversario no es sólo recordar el pasado, sino proyectarse hacia adelante con nuevo entusiasmo y una renovada opción de amor gratuito, para vivir con alegría y en la fidelidad al carisma nuestra vocación, nuestra pertenencia al Instituto, a la Familia Salesiana y a la Iglesia. Sobre las huellas de Don Bosco y de Madre Mazzarello, tenemos una misión que continuar con creatividad y audacia para construir el futuro: la educación. Quien se dedica a la educación construye un pueblo nuevo,  familias nuevas, ciudadanos y ciudadanas responsables y honrados que harán una valiosa contribución a la sociedad y a la Iglesia”.

Afuera, en una noche despejada que nos gustaría no terminar nunca, otra sorpresa: en los hermosos patios de las Hermanas Ursulinas de San Carlos, que nos abrieron las puertas de su casa, los alumnos del CIOFS-FP de Cinisello nos prepararon un aperitivo verdaderamente acogedor y digno del 150º, para concluir las celebraciones con alegría fraterna.

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