Vöcklabruck (Austria). El 19 de noviembre de 2022 en Vöcklabruck, en Austria, las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría Santa Maria D. Mazzarello de Austria y Alemania (AUG) celebraron el 100° aniversario de la llegada de las primeras hermanas a Essen, en Alemania (1922-2022).

En el evento estaban presentes cerca de cien huéspedes, entre los cuales   Mons. Alois Kothgasser, SDB, Arzobispo emérito de Salisburgo (Austria) y Mons. Ludwig Schwarz, SDB, Obispo emérito de Linz (Austria), don Reinhard Gesing, SDB, Inspector de la Inspectoría San Bonifacio de  Alemania (GER) y don Siegfried Kettner, SDB, Inspector de la Inspectoría Ángeles custodios de Austria (AUS), recibidos por la Inspectora, sor Petra Egeling y por las otras FMA presentes.

La alegría

Partiendo de la pregunta de un niño – si las Hermanas de Don Bosco tienen una “carta de identidad” que las “identifica” como religiosas – Mons. Siegfried Kettner, en su saludo, llamó la atención sobre una característica especial de las hermanas: se ríen. Ya en 1922, esta alegría les valió a las Hermanas de Essen (Alemania) el apodo de “Hermanas Alegres”.

La ceremonia

Con un programa variado – coordinado por sor Maria Maul – fueron recordados los primeros cien años de presencia de las FMA en el área de habla alemana.

En su intervención, sor Gisela Porges, Secretaria inspectorial, trasladó al público al año 1922. En los años 20, la vida de las personas en Alemania estuvo marcada por el período de posguerra: la pobreza, la desocupación y el trauma de la guerra estaban agravados por una fuerte inflación. La tasa de mortalidad infantil en Alemania era la más alta de Europa, muchas personas no tenían un techo sobre su cabeza y se formaban largas colas de necesitados delante los comedores populares de las ciudades.

Misión y oportunidad hoy

En dos películas, una con un niño imaginario de 1922 y la otra con una mujer joven moderna, se contaron las dificultades de los jóvenes de entonces y de hoy.

El nacimiento de la Inspectoría se dio en un período de crisis y el jubileo coincide con un período marcado también por diversas crisis. Los niños y los jóvenes sufren particularmente, aún más cuando son discriminados a causa del origen, del status social, del género o de la discapacidad.

Animar a estos jóvenes, responsabilizarlos, darles una “casa” y una educación, es la misión de las Hijas de María Auxiliadora desde hace cien años.

“Café de las historias”

Por la tarde los huéspedes fueron invitados al “café de las historias” para un intercambio dinámico de curiosidades y recuerdos: en siete mesas se pudieron poner preguntas sobre la vida, la espiritualidad y la misión de las hermanas.

Mujeres de esperanza

Por lo que se refiere al futuro de la vida consagrada y de la Iglesia, las FMA y los Salesianos de Don Bosco hoy se ven particularmente desafiados a no unirse al pesimismo de la época. “Como religiosas, somos personas de esperanza”, subrayó el Inspector, don Reinhard Gesing, en la homilía. “Hoy ya no cuentan las grandes palabras, sino una vida auténtica. Que cada acción sea de verdad un acto de amor a Dios, como Maria Mazzarello ya había dicho a sus hermanas”.

Las FMA han dado frutos abundantes. Ninguna de sus acciones cotidianas ha entrado en los libros de historia, aunque se lo habrían merecido. Pero la historia de la salvación de Dios no depende de las palabras, sino de los hechos. Y en esto nosotros Salesianas podemos aún aprender de nuestras hermanas”.

Sitio del 100°: www.100jahre.net

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