Roma (Italia). Del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 se celebró en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, la COP28, 28ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Se trata de un tema que preocupa mucho al Papa Francisco, en la Exhortación apostólica Laudate Deum, expresa la confianza en el evento: “Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente.” (LD 54).

Los principales objetivos de la Conferencia de este año – a la que se esperaban 160 jefes de gobierno, 70.000 líderes entre participantes y representantes de la industria, unos 4.000 representantes de los medios de comunicación – fueron: acelerar la transición energética; definir los financiamientos para el clima; poner la naturaleza, las personas, la vida y los medios de subsistencia en el centro de la acción por el clima; poner en la base de todas las iniciativas la plena inclusividad.

En la Circular n° 1033, la Superiora General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Chiara Cazzuola, cita este encuentro mundial diciendo: “El desafío que tenemos delante es tan grande que requiere la contribución de todos los Estados y de las principales Organizaciones internacionales. Es indispensable una verdadera cooperación internacional y multilateral “.  E insta a las FMA y a las Comunidades Educativas a participar activamente en estos espacios de conversación, consulta y participación: “Nuestras organizaciones, asociaciones, redes, universidades pueden ser lugares donde se escuche una voz consciente y firme para la denuncia y la propuesta”.

Sor Elisa Tonello, FMA misionera de la Inspectoría N. S. de la Paz (AFM), Luwingo, Zambia, donde lleva a cabo un proyecto de educación agrícola en la Valponasca Learnig Farm con la participación de numerosos grupos de campesinos y familias, participó en la COP 28, invitada por Future Economy Forum, una alianza global de líderes, organizaciones y socios con el objetivo de allanar el camino para un nuevo sistema económico.

¿Por qué participar en la COP28?

“Porque la fase de los análisis y de las perspectivas ha terminado su tiempo” – responde sor Elisa – “Es hora de enfocar cómo multiplicar las soluciones positivas, de modo que la pequeña chispa se transforme en un incendio global. En este sentido, la COP 28 es una oportunidad única para enfocar mejor los objetivos de un futuro sostenible, en colaboración con los líderes gubernamentales y religiosos, de las finanzas y civiles, y de muchos otros sectores”.

¿Cómo se unieron las FMA?

“Las Hermanas Salesianas han adherido particularmente al Future Economy Forum, donde sentar las bases para la economía del futuro, de modo que en pocos años haya una transición económica global, y la sostenibilidad pueda convertirse en la clave para el futuro. El trabajo se centró en cuatro grandes áreas: la producción agrícola, la producción industrial, el mundo de las finanzas y el liderazgo, que es necesario para la gestión. Se ha reflexionado sobre cómo llevar a cabo un proceso que conduzca a la innovación y a la implementación de la misma, centrándose en las soluciones y en lo que nos lleva a un futuro realmente sostenible, con el objetivo de innovar para transformar.

Se consideran soluciones aquellas iniciativas capaces de crear un valor regenerativo para todos los interesados: medio ambiente y sociedad, consumidores, empresarios e inversionistas. Lo que tiene un valor regenerativo es capaz de tener sistemáticamente un impacto positivo en la naturaleza, con la correspondiente ventaja para las economías de los países”, explica sor Elisa.

¿Qué te ha impresionado más de la experiencia?

“Estando allí me di cuenta enseguida de que no se hablaba tanto de la cuestión climática y de todas las problemáticas relacionadas, de las que ya se tiene conocimiento, y ni siquiera he escuchado palabras de denuncia. ‘Skilling up’ – progresar, adquirir nuevas competencias – y por consiguiente multiplicar las experiencias positivas – era la consigna del Foro en el que participé.

Han sido varias las experiencias presentadas por empresas que apuntan a una agricultura sostenible, mejorando las condiciones de los trabajadores, garantizando un trato justo, invirtiendo en agroecología y apostando por la calidad de la alimentación. Lo que llama la atención y da esperanza es el gran número de hectáreas de tierra sustraídas a la desertificación convertidas en agricultura sostenible, de trabajadores comprometidos, de producciones destinadas a mejorar la calidad del medio ambiente y el bienestar de las personas.

Por eso creo que transformar en pocos años el modelo económico, haciendo del ‘bio’ la tendencia dominante del sector alimentario no es solo un sueño, sino un proceso en el que la difusión de la agricultura natural tendrá su peso y en esto vale la pena invertir como educadoras”.

¿Qué mensaje traes contigo?

“Creo que la COP 28 es un desafío para nuestro Instituto, para tomar cada vez más conciencia de las potencialidades que tenemos – con la amplia red de nuestras presencias y la relación de confianza establecida con la gente – para transformar la sociedad y la economía mediante la educación y la multiplicación de experiencias positivas”.

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