Roma (Italia). El 2 y el 3 de abril de 2022, el Papa Francisco cumplirá su 36º viaje apostólico a la isla de Malta, el 56º País visitado por él, acogiendo la invitación del Presidente de la República, George William Vella, de las autoridades civiles y de la Iglesia católica. Programado para el 31 de mayo de 2020, se había pospuesto a causa de la pandemia de la Covid-19. Después de Juan Pablo II (1990 y 2001) y Benedicto XVI (2010), el Papa Francisco es el 3r Papa que visita este País.
“Nos trataron con rara humanidad“, de los Hechos de los Apóstoles (Hch 28, 2) es el lema del viaje y, como ilustró el 29 de marzo en la Conferencia de Prensa de presentación el Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, “acogida, hospitalidad, necesidad de paz” son los temas que lo caracterizan.
El logo del viaje
En el logo las manos, provenientes de una nave a merced de las olas, son signo de acogida del cristiano hacia el prójimo, de asistencia a quienes están en dificultad, y están tendiendo hacia la Cruz. La barca evoca el dramático relato del naufragio de S. Pablo en la isla de Malta, sufrido durante el viaje a Roma en el invierno del año 60 (Hch 27, 27-44) y la hospitalidad de los malteses hacia el apóstol y los náufragos (Hch 28, 1-10).
Malta, en efecto, ha precisado el portavoz vaticano, “significa refugio, puerto seguro, puerto hospitalario, y evoca inmediatamente el tema de la buena acogida, de la hospitalidad, de la necesidad de que el Mediterráneo sea un lugar de acogida en el cual no podamos ser rechazados”. Malta es pues “un verdadero laboratorio de acogida de la diversidad”.
La Iglesia maltesa tiene sus orígenes en la obra evangelizadora del apóstol Pablo. El Santo Padre Francisco profundizó la experiencia de acogida de San Pablo en Malta en las catequesis de dos Audiencias Generales – el 8 y el 22 de enero de 2020 – dedicadas al apóstol de las gentes y, al final de la Audiencia General del 30 de marzo de 2022, en la inminencia de su partida, recordó el compromiso actual de acogida de los refugiados.
“En aquella tierra luminosa seré peregrino sobre las huellas del Apóstol Pablo, que allí fue acogido con gran humanidad después de haber hecho naufragio en el mar mientras se dirigía a Roma. Este Viaje Apostólico será así la ocasión de ir a las fuentes del anuncio del Evangelio, para conocer personalmente una comunidad cristiana de la historia milenaria y viva, para encontrarse con los habitantes de un País que está en el centro del Mediterráneo y en el sur del continente europeo, hoy aún más comprometido en la acogida de muchos hermanos y hermanas en busca de refugio”.
El programa
Matteo Bruni ha ilustrado al detalle el intenso programa de viaje, que tendrá 5 discursos. El primero será el 2 de abril, durante el encuentro con las autoridades y el cuerpo diplomático en la “Cámara del Gran Consejo” del Palacio del Gran Maestre en La Valeta.
Por la tarde se trasladará a Gozzo, la segunda isla más grande del archipiélago maltés donde, en el Santuario de “Ta’ Pinu”, después de la colocación de una Rosa de Oro frente a la pintura de la Virgen, celebrará un encuentro de oración, al inicio del cual saludará y bendecirá a los enfermos.
En la jornada del 3 de abril tendrá el encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús, después la visita a la gruta de San Pablo en la Basílica de San Pablo de Rabat, en el lugar del naufragio del apóstol, donde rezará en privado. Dentro de la Basílica saludará a 14 líderes religiosos y, después, a los enfermos y asistidos de Caritas.
A las 10:15 horas, en la Piazza dei Granai en Floriana, el Papa celebrará la Santa Misa y, al final de la celebración, presidirá la oración del Ángelus.
Por la tarde, visitará el centro de migrantes ” Giovanni XXIII Peace Lab” en Hal Far, gestionado por voluntarios, que acoge a 50 migrantes permanentes procedentes de África, a través del Mediterráneo. La hospitalidad se combina con la labor educativa en el ámbito de los derechos humanos, la justicia y la promoción de la paz. Allí tendrá el encuentro con 200 migrantes y habrá dos testimonios. Junto a una familia de migrantes, encenderá algunas candelas ante la imagen de la Virgen.
La visita del Papa Francisco a Malta, lugar de aterrizaje y de recepción para muchos migrantes, en este tiempo particular marcado por los conflictos en Ucrania, es signo de esperanza para una Europa que necesita paz y ocasiones para reafirmar que diversas identidades puedan convivir de manera pacífica.
