Torino (Italia). No había ocurrido nunca que en los treinta años de presencia en el territorio de la gran periferia Norte Oeste de Turín, el Vides Main no pudiese abrir las puertas a los niños, a los muchachos, a los adolescentes, a los jóvenes y a las familias que cada día cruzan el umbral del centro “La Finestrella” y de los distintos Centros Agregados de la Asociación. Sin embargo, ha sucedido, gracias a ese terrible virus que los niños han designado como un monstruo feroz que impide a las personas acercarse.

La Comunidad Educativa del Vides Main, crecida en la escuela de sor Angela Cardani, Hija de Maria Auxiliadora de la Inspectoría Piamontesa Maria Ausiliatrice (IPI) que la fundó en el 1990 y de la Comunidad  B. Laura Vicuña que, junto a ella, ha recorrido incansablemente las calles de los núcleos populares aglomerados para compartir la vida de la gente y llevar esperanza, frente a esta situación ha advertido de un riesgo:  la emergencia coronavirus podría en parte frustrar la acción educativa con las familias.

Una fuerza de trabajo, formada por FMA, educadores, animadores, entrenadores, voluntarios – que en la vida ordinaria son 85 para más de 3.000 participantes en las actividades – ha elegido, aun cambiando de modalidad, no perder de vista ninguno de los sectores en que operaba, sino potenciarlos. Esto es posible por medio de la red con que el Vides Main trabaja a diario: el Ayuntamiento de Turín, las Fundaciones – en particular Save the Children y la Compañía de San Pablo – la Protección Civil, los servicios sociales, los consultores pediátricos y familiares, los hospitales, las escuelas, las agencias de tiempo libre presentes en la misma área urbana.

La actividad de estos tiempos se desarrolla en más direcciones, porque junto a la educación hace falta ocuparse también de la supervivencia de las familias más frágiles, de las mamás solas con los hijos, de las que tenían contratos esporádicos o trabajaban en pequeñas empresas que hoy parecen estar disueltas del todo; de quien tiene en casa una persona descapacitada porque el centro diurno está cerrado y por muchos otros casos.

consegna viveri Vides Main Torino

Con el apoyo de Save the Children, del Banco de Alimentos, del Farmacéutico y otros soportes, los voluntarios se han acercado, con una “unidad móvil”, a los núcleos familiares en sus casas, o mejor, al umbral de sus puertas, para entregarles paquetes con géneros de primera necesidad y alimentos para la infancia, junto a algún dulce o libros y marcadores para niños y adolescentes. Retirado el paquete, las mujeres salen a sus balcones para agradecer, saludar y mostrar desde lejos a los hijos pequeños. La entrega es semanal y a las familias seguidas habitualmente se unen muchas otras, señaladas por la red en que el Vides Main está inserto.

La cercanía se expresa pues, en el curso de la semana, con videollamadas o WhatsApp, para llegar a las mamás con mayor dificultad: muchas de ellas viven en 35/40 mq con 4 ó 5 niños y el marido, con el cual no siempre las relaciones son pacíficas. Tienen necesidad de colocarse uno al lado del otro, de redescubrirse como mujeres y no sólo como madres, de sentir que alguien está dispuesto a caminar con ellas.

La otra vertiente es la de la escuela. Los voluntarios han accedido a las plataformas y a los registros electrónicos de las escuelas. Transcurren gran parte de la jornada soportando a los chiquillos en la ejecución de sus tareas, animándolos para que no se arredren ante las dificultades, reales, porque muchas familias tienen sólo un Smartphone, los Giga acaban pronto y los hermanos luchan por ellos no siempre pacíficamente. Así, gracias también a Save the Children y a la Compañía de San Pablo, se ha organizado una búsqueda en el territorio de tablet y computer.

Los voluntarios han creado además una pagina Facebook y un canale YouTube para publicar vídeo con juegos didácticos, actividades manuales, ejercicios de danza, hip hop, rugby y los cuentos de las buenas noches para los más pequeños. Por medio de los mismos canales, llegan también las mamás con las “pastillas de italiano” para que en la cuarentena no olviden lo que han aprendido durante los cursos. Para los adolescentes, han creado “bancos virtuales” para sentarse junto a ellos y escucharlos en estas semanas difíciles, imprevisibles y a veces dramáticas.

El binomio “pan y cultura”, sazonado con amorosa bondad, es el criterio que guía las jornadas de FMA y voluntarios. Ser herederos de un sueño significa también no olvidar que en tiempos lejanos Don Bosco y Madre Mazzarello no se echaron atrás ante las epidemias y no tuvieron miedo al contagio.

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