Nizza Monferrato (Italia). El 3 de septiembre de 2022, se celebra el nacimiento en el cielo de la Venerable sor Teresa Valsè Pantellini, la más joven Hija de María Auxiliadora de la que se ha iniciado el Proceso de beatificación y canonización (en el 1926), que el 12 de julio de 1986 llegó a la declaración de la venerabilidad.

En el 150º aniversario de la Fundación del Instituto FMA, sor Piera Cavaglià, Secretaria emérita del Instituto y Directora de la Comunidad N.S. delle Grazie de Nizza Monferrato (AT), de la Inspectoría FMA Maria Ausiliatrice (IPI), presenta un rasgo característico de su espiritualidad:

Decir amor al oratorio es recordar el amor solidario por las niñas pobres, el cuidado atento de sor Teresa Valsé por su promoción integral. A veces pensamos que, para un buen oratorio, son necesarios espacios, medios, oportunidades óptimas. Todo esto es útil, pero no suple el ardor del da mihi animas que vibra en el corazón de una educadora y de una comunidad.

Sor Teresa, desde cuando era novicia en Roma en la Casa llamada “Bosco Parrasio” en las laderas del Janículo (1901-1902), aunque era una casa incómoda, pobre y poco funcional, inmediatamente se dedicó al oratorio para las vivaces chicas del Trastevere. Eran un centenar. No había un patio plano, sino macizos de flores hechos por escalones entre la hierba y los árboles antiguos. De ahí el nombre de Bosco Parrasio.

Una consejera general, madre Eulalia Bosco, que fue de visita a aquella casa, dijo así: “He visitado muchos Noviciados en Italia y en el extranjero, pero no encontré un Noviciado más incómodo y más pobre que el Noviciado de Bosco Parrasio”. El hermano de sor Teresa constataba que ella estaba contenta de encontrarse en una casa pobre porque ”era feliz haciéndose pobre”.

Sor Teresa tenía el encargo de seguir a las mayores y dedicarse a su formación religiosa a través de la catequesis y los grupos de compromiso. En la Crónica de la Casa ella misma anotaba:

“Eran numerosas, pobres criaturas incultas, abandonadas, sin protección y defensa… Llenaron el ambiente con sus gritos de alegría, sus cantos, sus saltos festivos e incluso sus ‘monellerie’ ni pocas ni leves. Pero eso no nos importaba. Don Bosco había visto mucho más en Valdocco. Sus hijas no estaban molestas por nada si podían hacer algo bueno a las almas que estaban en necesidad. ¿Qué importaba el resto?”

El oratorio estaba dentro de ella, fluía de su corazón enamorado de Jesús y de los pobres y este amor ardiente la ayudó a superar todo esfuerzo. Las chicas se sintieron atraídas por su manera amistosa y amable y “acudían en masa a ella haciendo fiesta”.

Como verdadera educadora salesiana, sor Teresa participaba en los juegos, cuidaba la formación catequística, la oración, la vida sacramental. Era hábil en la música, en las academias que preparaba con creatividad y buen ingenio.

Un ejemplo sacado de un cuaderno manuscrito suyo donde se encuentra un texto teatral sobre el Oratorio es un diálogo entre dos chicas, de enfoque e ideas muy diversas:

“Una dice: Buenos días, Agnese, ¿a dónde vas con ese ramo de flores?

Y la amiga responde: Voy al Oratorio: hoy hay una gran fiesta, ya sabes, hacemos una bella academia en honor a María Auxiliadora, ¿quieres venir con nosotras?

He aquí la respuesta, que por otra parte está bien motivada: ¡No, de verdad! Ya te dije, querida, que a las monjas no las puedo ni ver. Yo soy de ideas modernas. Mantén tu intolerancia para ti misma.

Y la otra sigue: Si vinieras, entenderías inmediatamente que te estás engañando a ti misma”.                

Esta muchacha comparte después su sufrimiento, las malas amistades que ha encontrado y al final va al oratorio, conquistada por las fuertes convicciones de Agnese que la ha comprendido, acogido y confortado. Los testimonios sobre sor Teresa nos confirman que “era la confidente y la consejera de las oratorianas”. Ella creía en el valor educativo del oratorio, a pesar de las dificultades.

La casa y el oratorio eran pobrísimos y varias veces se pensó en cerrarlo. Ella contaba con la Providencia y se comprometía con creatividad a atraer a las muchachas para el bien y también a buscar bienhechores, confiando muchísimo en la presencia de S. José.

También después de la profesión religiosa, emitida en Nizza el 3 de agosto de 1903, sor Teresa, aunque con poca salud, volvió por un tiempo a Roma y continuó dedicándose a las chiquillas pobres del Trastevere. Su sueño era el hacer que se divirtieran, pero sobre todo formarlas como mujeres, cristianas comprometidas en el trabajo, en el camino de fe y en el testimonio de vida.

El oratorio era para las muchachas pobres un espacio de agregación, y sobre todo un laboratorio de humanidad, formación, alegría salesiana y preparación para un nuevo futuro.

Un rosario mensual

Para descubrir la figura de sor Teresa Valsè Pantellini y confiarse a su intercesión, el’Archivo Histórico de la Casa N.S. delle Grazie de Nizza Monferrato propone la plegaria del rosario mensual, enriquecida por una introducción a cargo de sor Piera Cavaglià.

El rosario se rezará cada 3 del mes a las 21:00 (hora italiana) desde la Iglesia del Sacro Cuore, donde sor Teresa está sepultada, y se transmitirá en directo streaming por el Canal Youtube del Archivo histórico FMA- IPI.

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