Eslovaquia. El 27 de diciembre de 2022, la Inspectoría San Juan Bosco (SLK) celebró el Centenario de la marcha de las dos primeras jóvenes eslovacas para ingresar en el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora.

El 27 de diciembre de 1922, Jozefína Sobotová y Helena Ščepková partieron para Italia con el sueño de ser FMA. Jozefína, de veintidós años, de Kátlovce, y Helena, de casi dieciocho, de Plavecký Peter, las dos jóvenes habían crecido juntas en Chtelnica y formaban parte de la congregación mariana.

Don Viliam Vagač, Salesiano de Don Bosco eslovaco, había pedido a la Madre General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Caterina Daghero, que aceptara a las jóvenes eslovacas. Luego ellas se fueron a Turín acompañadas por Don Ladislav Stano, SDB eslovaco.

Después del Noviciado en Nizza Monferrato, el 5 de agosto de 1925 emitieron la primera Profesión. Las dos FMA tenían dones y misiones diversas: sor Jozefína era muy hábil en varias labores domésticas y pasó la mayor parte de su vida religiosa en la ropería y en la cocina.

Sor Helena tenía grandes capacidades organizativas y artísticas. Aunque deseaba partir como misionera, las Superioras le confiaron el acompañamiento de las vocaciones eslovacas. Además de la enseñanza en la Escuela materna, las labores y la actividad en el oratorio, se dedicó a las Postulantes eslovacas: les enseñaba el italiano, las introducía en la nueva vida y buscaba bienhechores entre los eslovacos en América. Así pudo organizar varias expediciones de las jóvenes eslovacas a Italia, donde entraron en el Instituto de las FMA, contribuyendo a la fecundidad vocacional del Instituto FMA en Eslovaquia.

Después de unos 20 años en Italia, en 1940 Sor Jozefína regresó a Eslovaquia y Sor Elena lo hizo en 1944, ambas en la ciudad de Trnava, a la edad de 40 años. Entre el 1945 y el 1950, sor Helena fue Directora de la primera casa de propiedad de las FMA eslovacas en Trnava – Kopánka, una casa pequeña y en malas condiciones, donde, sin embargo, junto con sus hermanas se dedicó con iniciativa a las niñas pobres y abandonadas.

Eran tiempos difíciles, después de la segunda guerra mundial, con el poder creciente del partido comunista. En este oratorio femenino las hermanas enseñaban a las muchachas, además de la religión, también las costumbres higiénicas básicas, las labores domésticas, a cocinar y a tener un comportamiento educado. Les distribuían la comida, los vestidos, los artículos para la escuela y preparaban con ellas espectáculos teatrales.

Para las jóvenes organizaban conferencias sobre el matrimonio y sobre la vida familiar, dándoles la oportunidad de dialogar. A pesar de ser sólo tres, con algunos cambios cada año, y sin ingresos regulares, hicieron un gran bien.

Desde el 1950, por decisión del gobierno comunista, las religiosas eran internadas y a menudo trasladadas a diferentes monasterios, donde vivían mezcladas entre varias congregaciones. Desde el 1968, sor Helena vivió con otras dos hermanas en una pequeña casa privada en la ciudad de Šoporňa, donde enseñaban religión y se dedicaban a las niñas, pero después de unos años fue internada de nuevo en un monasterio.

Contaba a las hermanas los recuerdos de los tiempos en Nizza Monferrato, de Madre Caterina Daghero, de sor Petronilla Mazzarello, de sor Eulalia Bosco, resobrina de Don Bosco, y otras personalidades de los inicios del Instituto, que ella había conocido personalmente. Sor Helena murió el 18 de noviembre de 1980, a la edad de 76 años, después de una grave enfermedad, sor Jozefína el 2 de junio de 1984, a los 84 años, ambas en Sládečkovce, en el monasterio de concentración.

Aunque no experimentaron la libertad del comunismo, la Inspectoría SLK reconoce en estas dos hermanas su preciosa contribución, porque gracias a su ejemplo, hoy las FMA eslovacas pueden acompañar a muchos jóvenes por los caminos de la verdadera libertad.

2 COMENTARIOS

  1. Muy interesante. Estás noticias nos invitan a agradecer al Señor por su presencia en nuestro Instituto y a amarlo más.

  2. Grazie per questo articolo: è molto bello ricordare non solo la data dell’arrivo della FMA in un paese, ma anche quella della partenza delle prime giovani di quel paese verso l’Italia. Sono due movimenti di un inizio, ugualmente importanti e degni d’essere meditati insieme. Interessante è il motivo della loro decisione e l’accompagnamento dei Salesiani, in questo caso. La Provvidenza ci svela i suoi progetti e ci aiuta, a distanza del tempo, accorgerci delle Sue delicatezze

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