Roma (Italia). Con ocasión del 150° aniversario de la Fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, una parte del jardín de Casa Generalicia (RCG), en Roma, ha sido mejorada con aportaciones carismáticas, en continuidad con la Exposición del Carisma que se puede visitar en el interior del edificio.
La idea nació del compartir de las Consejeras Generales con las hermanas de la Comunidad Maria Auxiliadora, para ofrecer un espacio en que las FMA, las/los jóvenes y todos los que pasan por Casa Generalicia tengan un primer encuentro con Madre Mazzarello, en respuesta a cuanto pedía la Madre en la Circular nº1014:
“Es importante y vital para el presente y para el futuro del Instituto, reforzar, a todos los niveles y en todos los ambientes en que estamos presentes, la capacidad de acogida de los jóvenes y de las jóvenes, para que sientan que el Instituto es “casa” para ellos, que nosotras estamos disponibles para caminar juntos en el construir un mundo de fraternidad universal y en el recorrer un camino de conversión ecológica global”.
El proyecto intenta también recoger la invitación a la conversión ecológica pronunciada por el Capítulo general XXIV con la Deliberación, a través de la creación de paneles, colocados en la naturaleza, que inviten a la contemplación, la reflexión y la oración.
La ruta comienza con un panel de madera que recuerda la primera fiesta de María Auxiliadora en el Colegio de Mornese:
“De la Cronohistoria, 24 de mayo de 1872 – Era la fiesta de la Madre divina y en aquella fiesta ella, la siempre más tierna Madre, había querido a sus hijas en la casa preparada para ellas por su amor preventivo. Terminada la Misa, se apresuró a organizar el taller. Exigir silencio esa mañana y esperar que trabajaran como de costumbre habría sido querer que el agua subiera”. Sigue el elenco de los nombres de las primeras 11 Hijas de María Auxiliadora.
Más adelante se puede parar ante algunos paneles que presentan las fechas más significativas de la vida de Santa Maria Domenica Mazzarello y algunos rasgos de su espiritualidad – el amor a Jesús y a María, la alegría, la caridad apostólica – que emergen de las Cartas.
Para recordar que la vida de Madre Mazzarello se prolonga en el corazón y en la cotidianidad de las Comunidades Educativas esparcidas por los cinco continentes, en el jardín se puede encontrar un tótem con las flechas direccionales y la distancia geográfica de las ubicaciones de fundación de la primera casa FMA en cada uno de los cinco continentes.
También se ha creado un macizo de flores que reproduce el logo del 150º, junto al cual hay un panel con la frase que la Madre Chiara Cazzuola envió como deseo y compromiso a las FMA.
En la Circular 1020, la Madre anunció otro “toque carismático”, en proceso de realización:
“como perenne recuerdo de este año, la Casa Generalicia tendrá un nuevo y particular toque de acogida ‘mornesina’: una estatua de Madre Mazzarello colocada en el jardín, que la representa sentada, dispuesta a dialogar con sencillez y familiaridad con quienes se detengan a su lado”.
Se plantará entonces un árbol, signo de la vitalidad fecunda y duradera del Instituto, que extrae siempre nueva energía del Evangelio y del carisma salesiano.
El 5 de agosto de 2022, al final de una jornada de fiesta, de oración y de memoria grata, las Consejeras generales en sede y la Comunidad de Casa Generalicia rezaron el Rosario en el jardín, parándose delante de los paneles para meditar las palabras de Madre Mazzarello, en comunión con todas las FMA del mundo.
Al final, la Vicaria general, sor María del Rosario García Ribas, dio las Buenas noches, invitando a proyectarse en el futuro con caridad paciente, rasgo distintivo de las FMA, así como indicó Don Bosco en las virtudes esenciales propuestas para el estudio de las Novicias y para la práctica de las Profesas en las Constituciones del 1885, que ahora se encuentra en el inicio de las Constituciones actuales. La caridad, en efecto, hace a la comunidad unida y propositiva y empuja a la misión.
Maravilha! Já senti, imensamente, o desejo de estar aí, sentar com Madre Mazzarello no jardim e dialogar, com ela, do fundo do meu coração. Que muitas Irmãs aproveitem, fisicamente, deste jardim abençoado, iniciando novo ardor carismático depois dos 150 anos vividos.
Mi piacerebbe vederlo, chissà ? Sono un vecchio cooperatore con qualche difficoltà.
una iniziativa stupenda quella del giardino carismatico. Richiama alla mente la parola gentilezza, oggi un pò desueta ma che se ben usata ha la forza di trasformare il nostro mondo.
In questo 150 di fondazione l’aiuola fiorita è un altro segno “gentile” come lo sono i fiori, come il loro colore che ha mille sfumature e rende il mondo più luminoso, sano e pieno di speranza.
Lorena Motta
Che bella iniziativa, realmente merita un segno forte della nostra storia. Possiamo ripeterla in altri posti questo bellissimo e significativo segno della nostra storia.
Congratulazioni per chi ha pensato tutto questo.