oma (Italia). El 6 de mayo de 2023 se celebra la memoria litúrgica de Domingo Savio, un santo adolescente que creció en el colegio de San Juan Bosco, señalado como ejemplo de vida cristiana a miles de jóvenes que asisten o han frecuentado las Casas Salesianas. Los educadores inspirados en el carisma salesiano perciben en este joven la realización concreta de aquello a lo que tiende el proyecto educativo salesiano: ser un cristiano que vive y pone en práctica la Palabra como y con María, dispuesto al servicio, alimentado diariamente por la Eucaristía, creativo en la caridad.

Se han subrayado diferentes aspectos de Domingo, según la sensibilidad de los tiempos. ¿Es posible encontrar todavía aspectos de su historia de inspiración para hoy?

En la biografía escrita por Don Bosco, se subraya la valentía y el ingenio de este joven que varias veces no dudó en correr el riesgo de pagar en persona, para evitar lo peor a sus amigos. Estos son hechos de los que muchos son muy conscientes, pero que aún pueden iluminar las situaciones de hoy.

Antes de ser acogido en Valdocco y conocer a Don Bosco, Domingo frecuentó la escuela de Mondonio. El profesor relata un grave “falta” cometida en clase, generalmente sancionada con la expulsión; sus compañeros acusaron a Savio y éste permaneció en silencio, a pesar de la incredulidad del maestro y de la posibilidad que se le ofrecía de defenderse.

Cuando se supo la verdad, el maestro le preguntó a Domenico por qué no se había defendido. Él contestó: “Porque ese muchacho, siendo ya culpable de otras faltas, tal vez podría haber sido expulsado de la escuela; por mi parte esperaba ser perdonado, siendo la primera ofensa que le acusaban en la escuela; por otra parte pensaba también en nuestro divino Salvador, injustamente calumniado». “Me callé entonces, pero todos admiraban la paciencia de Savio, que había sabido devolver bien por mal, dispuesto a tolerar hasta un castigo grave en favor del mismo calumniador”.  Es el testimonio del maestro.

Domingo elige el camino de la no violencia y con su comportamiento interrumpe la cadena del mal, obteniendo para el  compañero una nueva posibilidad.

No fue la única vez. Más tarde, estando él en Valdocco, una riña entre dos compañeros degeneró en pelea. Habían llegado al punto de desafiarse con piedras. Don Bosco escribe que Domingo trabajó de varias maneras para disuadir a sus compañeros: les habló, escribió cartas, amenazó con informar de todo a sus familiares, pero fue en vano. Así que les pidió, antes del duelo, que aceptaran al menos una condición:

Sacó el pequeño crucifijo, que tenía colgado del cuello, y sosteniéndolo en una mano dijo: “Quiero que todos fijen la mirada en este crucifijo, luego, arrojándome una piedra, pronuncien estas palabras con voz clara: Jesucristo murió inocente perdonando a sus crucificadores; yo, pecador, quiero ofenderlo y vengarme solemnemente”. No solo eso: Domingo se arrodilló ante cada uno de los desconcertados duelistas, que “ante esta demostración de caridad y coraje los compañeros fueron derrotados”.

En tiempos en que la paz vuelve a ser una urgencia que involucra a todos, el ejemplo de Domingo muestra a lo que se puede educar y educarse. La cadena de la violencia se interrumpe con la paz y el amor perseguido “cueste lo que cueste”. Sin embargo, este es el resultado de elecciones diarias. La oración, la vida sacramental, el deber de cada día bien hecho preparan estas opciones valientes que inciden profundamente en el ambiente que nos rodea.

Incluso la Compañía de la Inmaculada nació con la intención de fortalecer la vida cristiana. Por otra parte, “todos eran amigos de Domingo: quien no lo amaba, lo respetaba por sus virtudes. Él sabía llevarse bien con todos”. Por ello, “en su tiempo libre era el alma de la recreación; pero lo que decía o hacía tendía siempre al bien moral de sí mismo o de los demás”.

En estos meses, hemos estado siguiendo con inquietud la evolución de diversos acontecimientos en muchas partes del mundo donde parece que no hay alternativas al uso de las armas. Para responder al sentimiento de impotencia que se experimenta, se puede pedir la intercesión de Domingo Savio, verdadero apóstol de la paz. En la sencillez de su vida estudiantil y la coherencia heroica de su comportamiento, se puede decir que construyó alternativas concretas para interrumpir la espiral de violencia. Eso es lo urgente ahora, y Domenico sigue siendo un ejemplo para todos.

1 COMENTARIO

  1. Purtroppo un esempio difficile da imitare ai nostri tempi!
    Chiediamo con la preghiera a San Giovanni Bosco e Maria Ausiliatrice che aprano all’esempio le menti dei
    guerrafondai.

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