Roma (Italia). El 24 de mayo de 2023 se celebra en todo el mundo la Solemnidad de María Auxiliadora. Podría pensarse que invocar a María con el título de Auxiliadora de los cristianos está hoy fuera de lugar o, al menos, debería adaptarse a los tiempos del diálogo ecuménico e interreligioso. ¿Cómo interpretar hoy el consejo de Don Bosco de invocarla con este título?

En la tarde de Pentecostés, el 20 de mayo de 1877, Don Bosco dio una Buenas Noches a los jóvenes del Oratorio que, después de casi 150 años, conserva su efectiva frescura. El Santo afirmó que en la Novena a María Auxiliadora “cada día no una, sino muchas al día se obtienen gracias de María Santísima… gracias asombrosas obtenidas de María Auxiliadora”.

El Padre y Maestro de la juventud prosiguió diciendo: “Os recomiendo, cuanto sé y puedo, que tengáis siempre grabado en vuestra mente y en vuestro corazón y que invoquéis siempre el nombre de María, de esta manera: María Auxilium Christianorum , ora pro me, [María, Auxiliadora de los cristianos, ruega por mí]. Es una oración que no es tan larga, pero que se muestra muy eficaz” (cf. Istituto Storico Salesiano, Fonti Salesiane – LAS Roma 2014, pp. 941 – 943).

Él dedicó algunas de sus obras a este tema, recordando la intervención de María en hechos históricos -como la Batalla de Lepanto en 1571- y en sus hechos personales, por ejemplo el “sueño de los nueve años”. A los muchachos del Oratorio, en cambio, en aquella buenas noches, les indica a María Auxiliadora como maestra y ayuda en la vida espiritual: “Cuando queráis obtener alguna gracia espiritual, y la gracia espiritual puede entenderse como liberación de las tentaciones, de las aflicciones del espíritu, de la falta de fervor, si alguno de vosotros quiere librarse de alguna tentación o adquirir alguna gran virtud, no le queda sino invocar a María”.

En su sabiduría de profundo conocedor del alma humana, Don Bosco supo que el camino de la fe es difícil para los muchachos que muchas veces tienen un pasado difícil y carecen de herramientas culturales. María Auxiliadora, a la que él mismo acogió como Maestra y que sintió infaliblemente presente en su vida personal, puede sostener válidamente a cuantos quieren vivir plenamente su fe.

María es una ayuda para crecer como cristianos , como creyentes que encarnan la fe que profesan en el tiempo y en el lugar. María es la Inmaculada, la que supo escuchar y creer plenamente en la Palabra, permitiendo la encarnación de la Palabra de Dios, se podría decir que ninguna otra palabra encontró espacio en ella, excepto la dicha por Dios. Toda relativa a la Palabra, María engendró al Hijo de Dios, cumpliendo la promesa y el sueño de Dios: habitar en el corazón del hombre y habitar la historia.

Sin María Auxiliadora no se puede crecer “Buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Y por “cristianos” ciertamente podemos referirnos a todos los que profesan la fe en Jesucristo, pero también a todos los que profesan otras religiones. Y quizás, hoy, María sea una ayuda especialmente para aquellos que sienten que no tienen esperanza ni razones para creer y comprometerse: cualquiera puede encontrar en ella ayuda y consuelo en cualquier circunstancia.

Don Bosco sabe que sus hijos e hijas viven “tiempos difíciles”: María Auxiliadora, que también es Asunta al cielo, Ella que experimentó en su cuerpo la victoria de Cristo Resucitado, puede guiarlos también en la tribulación de la existencia humana. Invocar a María Auxiliadora significa reconocer la vocación de discípula de Cristo: abierta a todos, dispuesta al diálogo y a la acogida, disponible al encuentro.

En Nizza Monferrato, en 1885, Don Bosco aclaraba inequívocamente la relación entre María Auxiliadora y las Hijas de María Auxiliadora: “¡Quiero decir que la Virgen está verdaderamente aquí, aquí entre vosotros! La Virgen pasea en esta casa y la cubre con su manto” (MB XVII, 557). La fe permitió a Don Bosco ver lo que otros no vieron y experimentar una presencia real, concreta y maternal, a la que se refirió a lo largo de su vida.

El Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, en el deseo del Santo, debía ser su “monumento de agradecimiento a la Auxiliadora” y las FMA ser, en todas partes del mundo, presencia de María entre la juventud. Esto implica haber experimentado su protección materna y poderosa y, en la fe, percibir su cercanía cada día, hasta el punto de ser “auxiliadoras”, especialmente entre los jóvenes, como dice el artículo 4 de las Constituciones.

3 COMENTARIOS

  1. Salve Mamma celeste, aiuto nostro….
    Guarda a tante calamità che ci affliggono: guerre, alluvioni, povertà,
    In qsti gg di dolore sia in Italia, sia nel mondo intero, indicaci la via della Speranza e della Gioia infinita. Ti preghiamo, va’ dal tuo e nostro Gesù e dì Lui che “non abbiamo più vino”….. fa’ che Egli trasformi qsti periodi di buio e di dolore, in periodi di Luce e di Pace. 🙏🏻 Maria

  2. Bellissimo io amo Maria, il nostro caro don Bosco di cui ho sempre ammirato la sua fermezza e la sua forza nella fede in lei sia un esempio per i giovani persi in una vita dissoluta e senza valori. Che possa ricrescere la vita in loro, una vita piena di cristianità.

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