Roma (Italia). El 30 de agosto de 2023 se cumplen 82 años de la muerte de la Venerable Suor Laura Meozzi (5

de enero de 1873 – 30 de agosto de 1951), hija de María Auxiliadora, pionera italiana en Polonia.

Aunque su vida y su maternidad espiritual sin duda florecieron en Polonia y estuvieron ligadas a ella, probadas por el fuego de las tribulaciones vividas durante la Segunda Guerra Mundial, los años que precedieron al inicio de la misión vivida en Sicilia fueron decisivos para su formación.

Del 1913 a 1922, Sor Laura fue directora de Alì Marina – hoy Alì Terme, en la provincia de Messina – en Catania María Auxiliadora y Nunziata di Mascali (Catania). Como otras dos FMA en camino hacia la gloria de los altares, primero Magdalena Morano y luego Rosetta Marchese, Laura Meozzi vive en “Sicilia Bedda” experiencias significativas de realización del carisma salesiano en comunidades bien establecidas, pobladas por numerosas hermanas y muchachas.

Unas “pinceladas” ayudan a reconstruir el rostro de una educadora salesiana apasionada por el Evangelio y la juventud.

En Alì Marina, Sor Laura, además de animar una comunidad de 28 hermanas y tres postulantes, dirigió la guardería, la Escuela elemental, complementar y normal privadas, con internado, y coordinó las actividades catequéticas parroquiales y el oratorio festivo. Como no había suficiente personal, enseñó educación física.

Su prioridad eran las personas: las crónicas subrayan el cuidado a las hermanas y a las niñas, a las que recibía sistemáticamente en coloquio para cuidar su formación. Una FMA recuerda las enseñanzas recibidas de Sor Laura sobre cómo comportarse con las niñas: “Nunca les habléis con pasión, sino siempre con moderación. A vuestras alumnas habladle en voz baja y nunca antes de su perfecto silencio. No regañéis en el acto cada vez que veáis un incumplimiento del deber. Advertidles siempre alejadas de las otras chicas. Nunca ninguna parcialidad”.

Sor Laura y Sor Linda Lucotti (más tarde Superiora general del Instituto de 1943 a 1957), llegada como Decana en octubre de 1915, inició los trámites para la nivelación gubernamental de la Escuela obtenida tras la inspección que tuvo lugar en agosto de 1916. La Directora y la Decana con tanta amabilidad lograron lo que hoy quizás sería impensable: las niñas pospusieron su partida para las vacaciones de verano.

Ese mismo año la Venerable, con carta al Superior general, pidió ser “elegida entre las afortunadas que irán al hospital de campaña”. Entre octubre y noviembre de 1915, Sor Laura había asistido a un curso de enfermería, cumpliendo la invitación de las Superioras a las hermanas para preparar y asistir a los soldados heridos. De hecho, había estallado la Primera Guerra Mundial.

En el 1918 llegó a Catania María Auxiliadora. La casa, que se convirtió en 1908 en sede de la Inspectoría de Sicilia, contaba con un internado (colegio de estudiantes), un oratorio festivo, escuelas privadas y una guardería. En los tres años que vivió allí dejó una huella de caridad y oración.

La Gruta de Lourdes, aún visible, fue deseada por ella como expresión de amor a la Virgen Inmaculada que quería transmitir a las jóvenes y a todos los que frecuentaban la casa. Para construirla, no dudó en pedir limosna a los benefactores y recaudar dinero organizando loterías y espectáculos. Fueron también años de sufrimiento por epidemias que, a pesar de las precauciones, causaron dos víctimas entre las internas y graves enfermedades a algunas hermanas. Sor Laura, inmediatamente después de la solemne inauguración de la Gruta de Lourdes, también fue llevada al sanatorio donde permaneció durante un mes.

En septiembre de 1921 fue trasladada a Nunziata di Mascali, en las laderas del Etna, donde residía una comunidad de diez hermanas dedicadas al internado, a la enseñanza en la escuela primaria, al oratorio festivo y al catecismo parroquial. Supo cultivar relaciones profundas con las jóvenes y con la población.

El año siguiente, el quincuagésimo desde la fundación del Instituto, marcaría un hito decisivo en su vida. Elegida suplente de la Delegada de la Inspectoría al Capítulo General, participó en él en lugar de la Delegada: Sor Laura nunca volverá a Sicilia. Las hermanas se entristecieron por esto, pero comentaron: “su partida para la difícil misión en Polonia fue dolorosa para todas pero no obstaculizada porque entendieron bien que esta llamada de Dios estaba reservada a las almas santas y generosas”.

2 COMENTARIOS

  1. The article commemorates the life of Venerable Sister Laura Meozzi, an Italian pioneer in Poland. Her dedication to education, compassion for others, and commitment to her faith shine through. The narrative paints a vivid picture of her journey and impact, from Sicily to Poland, leaving a legacy of love and service.

  2. What a life of generous dedication and passion for the Kingdom. Lord we praise and thank you for our dear venerable Sr. Laura Meozzi and through her intercession pray for an increase of missionary vocations.

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