Alepo (Siria). El 24 de mayo de 2023, la Comunidad Educativa de las Hijas de María Auxiliadora de Alepo, en Siria, de la Inspectoría Jesús Adolescente (MOR), celebró la Solemnidad de María Auxiliadora con un tono particular de alabanza y agradecimiento por la presencia de María, por su ayuda y su constante protección en esta ciudad donde el sufrimiento, dado por una historia de conflictos, se hizo aún más intenso por el terremoto del 6 de febrero de 2023.
Para celebrar con ellas la Fiesta tan querida de la Familia Salesiana, la Ecónoma General del Instituto de las FMA, Sor Ena Bolaños, estuvo también presente en Siria del 19 al 27 de mayo para una breve visita, de la que comparte los objetivos y la experiencia vivida:
“Visitar Alepo ha sido un deseo desde el terremoto del 6 de febrero, y finalmente pude hacerlo realidad en esta fecha, que considero providencial, porque me permitió celebrar la gran Solemnidad de nuestra Madre Auxiliadora con las FMA y la Comunidad Educativa.
La visita era en nombre de Madre General, Sor Chiara Cazzuola, de cada una de las hermanas del Consejo General y -puedo decirlo- en nombre de todo el Instituto, dado que el primer objetivo era hacer que las hermanas y la Comunidad Educativa sienta la cercanía, el acompañamiento, la oración y la solidaridad con la que participamos desde todo el mundo para seguir dando nuestra aportación en el apoyo a la emergencia inicial y en la fase posterior de reconstrucción.
Durante mi visita, al abordar esta situación, pude constatar dos realidades. La primera la habíamos visto en las noticias: la de una ciudad destruida, azotada por dos grandes calamidades, la guerra y un terremoto. La segunda, aún mayor y que me conmovió profundamente, la de un pueblo de pie, que sigue caminando con fe y esperanza, para vivir y buscar soluciones a tantas situaciones que golpean duramente a las familias, especialmente a los jóvenes. He visto personas serenas, acogedoras, que en medio del dolor y de la falta de muchas cosas, saben apreciar hasta el momento de la celebración y ser agradecidos por las cosas más pequeñas, como por tanta solidaridad, con la que experimentan que no están solos
El 24 de mayo vivimos el día como una celebración familiar, reunidos para festejar a nuestra Madre . Toda la comunidad estuvo involucrada en la preparación: durante todo el mes, por la tarde, se rezó el Rosario, invocando a María por los niños, los jóvenes, las familias, por la paz y por todas las necesidades del mundo. El 23 de mayo, víspera de la Fiesta, todo era movimiento, actividad, alegría: hasta el lugar más escondido había que limpiarlo y adornarlo y los jóvenes eran los responsables de estas actividades. Al mismo tiempo, el grupo de mujeres preparó las velas con la copa y la imagen de María Auxiliadora, mientras otros grupos se dedicaban a la liturgia, a la decoración, con atención a los más mínimos detalles.
La Eucaristía fue presidida por el Don Pier Jabloyan, Director de la Comunidad de los Salesianos de Don Bosco y concelebrada por el D. Georges Fattal, SDB, y por algunos sacerdotes de la Iglesia greco-católica.
Puedo afirmar que María Auxiliadora es una presencia concreta y viva en la Comunidad Educativa de las Hijas de María Auxiliadora de Alepo. El espíritu de la celebración, el clima de oración, alabanza y alegría, me permitieron comprobar que la certeza de Don Bosco “María camina en esta casa” es una realidad concreta para esta Comunidad. De hecho, experimenta que, así como María estuvo atenta para servir a su prima Isabel e interceder en las bodas de Caná, donde no había vino, así sigue estando atenta a sus necesidades, haciéndose presente a través de muchas personas del mundo que sigue los acontecimientos con la participación de este pueblo y no deja que su ayuda decaiga.
Nuestras hermanas – Sor Graziella y Sor Jannette – viven en una casa de “puertas abiertas”, donde niños, jóvenes, mujeres pueden sentirse como en casa; están siempre disponibles para brindar su ayuda a quienes la necesitan y la buscan. Un detalle especial, sobre todo en los jóvenes, es el espíritu de solidaridad y servicio: no se cierran en sus necesidades, sino que tratan de ayudar y servir a los que necesitan ayuda.
Concluyo agradeciendo a todas las Inspectorías, Visitadurías, Comunidades Educativas, Exalumnas/os, Salesianos Cooperadores, bienhechores, amigos, familiares y tantas personas generosas que se han mostrado solidarias para colaborar en esta emergencia y apoyar a nuestra Comunidad de Alepo.
Sabemos que después de la primera emergencia continúan muchas necesidades: las consecuencias de un desastre como el de un terremoto son grandes y variadas. Impulsados por nuestro carisma educativo, que pone en primer lugar a los niños, los jóvenes y las mujeres, queremos seguir respondiendo no solo a las necesidades básicas – alimentación, techo, vestido, salud – sino también ofrecer una educación que responda al futuro de los niños, de los jóvenes y familias de esta zona.
Por eso, el segundo objetivo de mi visita fue dialogar y pensar, junto con la Comunidad, la Inspectora Sor Charlotte Greer y la Ecónoma provincial Sor Jacinta Saldanha, las respuestas que podemos seguir dando para “ser una presencia que genera vida” en esta ciudad. Las decisiones que se toman y las que se disciernen son posibles gracias a las ayudas económicas recibidas de diversas partes del mundo.
Por eso expreso mi GRACIAS, que es la voz de nuestra Madre, Sor Chiara Cazzuola, por vuestra sensibilidad ante el dolor de la humanidad, que se ha concretado y sigue estando presente en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas de Alepo, víctimas del terremoto.
María, Auxiliadora de la humanidad, siga intercediendo como lo hizo en las Bodas de Caná, para que no falte el vino de la alegría, de la esperanza y de la paz”.
Es posible enviar contribuciones y ofertas en la forma indicada en el Sitio web del Instituto FMA, designando en la causa Emergencia Terremoto Turquía y Siria.