Nizza Monferrato (Italia). Del 18 al 20 de agosto de 2023 en Nizza Monferrato (AT), en la Casa Nostra Signora delle Grazie de las Hijas de María Auxiliadora de la Inspectoría María Auxiliadora (IPI) se realizó un retiro espiritual para laicos y laicas sobre el tema: “Ven también tú a parte”.

Una veintena de mujeres y algunas parejas se reunieron “en Nuestra Señora” en el gran Patio Don Bosco donde muchas de ellas, como alumnas/os y o como “internas”, jugaron con vivacidad y asistieron a la escuela hasta alcanzar la madurez. “Fue un momento de encuentro hermoso y sereno, en el hilo de la memoria del corazón que recuerda a profesores, asistentes, orientadores escolares y directoras, algunos un poco severas, pero todos los participantes son conscientes de haber vivido en este ambiente rico de historia, de cultura y de fe, los años más bellos de la vida”, afirma la señora Sisi Cravera, una de las participantes.

Don Alejandro Guevara Rodríguez, Salesiano de Don Bosco, Director de una de las Comunidades SDB de Valdocco (Turín) y animador mundial de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), acompañó al grupo en el camino espiritual de tres días.

“Somos inmensamente amados por Dios, deseados, queridos, abrazados por Él. Nos creó por amor y para amar, para irradiar este amor al mundo, comenzando por las personas más cercanas. La fe es una respuesta confiada y fiel a este amor”. Es la   una noticia anunciada por el predicador.

“En este camino miramos a María que es nuestra guía con su triple experiencia de amor y de fe: el Hágase de la Anunciación, el Magnificat de la Visitación y el Stabat  de la cruz, culmen de un camino de gran amor”. Precisamente Don Alejandro inició la meditación desde el Magnificat, pues “María puede cantar este himno de alabanza porque tiene la percepción de la vida toda iluminada por la certeza de que está en las manos y en el corazón de Dios. De ahí la alabanza y el agradecimiento a ese Dios que hace grandes cosas en quienes confían en él y le abren la puerta”.

Las meditaciones fueron propuestas con profundidad y sencillez, basadas en la Palabra de Dios y en la experiencia de vida concreta, para descender al corazón y abrir horizontes de luz.

Las jornadas transcurrieron en silencio, oración, meditaciones del sacerdote, y culminaron con la Eucaristía celebrada en el Santuario de Nuestra Señora de las Gracias. Incluso los muros de esta casa, inaugurada por San Juan Bosco en 1878 y habitada durante dos años por Santa María Dominica Mazzarello (1879-1881), hablan de una historia de santidad y educación que ha llegado hasta hoy, entre nuevos desafíos y oportunidades.

Sor Paola Cuccioli, responsable del Archivo Histórico, acompañó cada día al grupo en la visita a algún ambiente significativo de la Casa Madre de las Hijas de María Auxiliadora, haciendo que todos pudieran redescubrir el significado de este lugar donde María Auxiliadora es de casa, “pasea y bendice”, como decía Don Bosco.

Aunque proceden de diferentes lugares – Nizza, S. Stefano Belbo, Chieri, Asti, Roccaverano, Turín, Refrancore – entre los participantes hay una profunda sintonía de afecto y de búsqueda de Dios, de oración y de encuentro renovado con el Dios de la vida, del amor y de la alegría. Se comprometieron a evitar distracciones -móvil, agenda, trabajo…- y a concentrarse en lo esencial: encontrarse con Dios y con ellos mismos desde Su perspectiva.

Las FMA de la Comunidad se esforzaron en preparar lecturas y cantos, visitas a la casa, así como pausas para el café con delicias y almuerzos con alegría comunitaria, para sostener no sólo el espíritu, sino también el cuerpo.

Los días anclados a Jesús y María, al estilo de los Fundadores, han “pasado volando” rápidamente, aunque queda la promesa de repetir esta experiencia, enriquecedora para todos desde muchos puntos de vista.

En efecto, fue en continuidad – aunque de forma diferente – con lo que vivieron cada año Don Bosco y Madre Mazzarello, convocando a las jóvenes, especialmente a las maestras, durante una semana de agosto para una semana de Ejercicios Espirituales. Eran conscientes de que la orientación y la formación espiritual son de vital importancia para todos, especialmente para los laicos llamados a “ser sal y luz” en una sociedad tan llena de desafíos como sedienta de Dios.

Animados por el silencio, la oración, la escucha de la Palabra de Dios, el encuentro con la misericordia del Padre y la interacción serena con el grupo, los participantes regresaron felices a casa, conscientes de haber vivido una experiencia de gracia. Lo atestigua la verificación realizada al final, ¡con evaluaciones de excelencia!

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